Empezar de nuevo.

Ambos nos quedamos paralizados mientras nos mirábamos directamente a los ojos, sin embargo, Randall pareció reaccionar primero y aparto la cabeza con una expresión tímida y avergonzada.

No pude evitar sentir que su rostro estaba más rojo que el mío, si mal no recuerdo, en mi vida pasada, Randall nunca salió con una mujer, pues detestaba estar cerca de las personas y tenía paranoia por las bacterias.

No dejaba que nadie, a excepción mía, lo tocará por su fobia a contagiarse de algo.

No le gustaba relacionarse con las personas y siempre fue muy dominante con los demás, a veces incluso me parecía cruel y despiadado por lo frío que era con sus empleados y amigos.

De todo eso, resulta que siempre fue tierno conmigo, me permitió tratarlo como Sirviente y hacer lo que quisiera con él incluso delante de sus empleados, haciéndolo suspirar. Conmigo...no fue frío ni dominante.

-Randall, tengo un poco de hambre.- Hice un puchero como si nada hubiese pasado y me apoye en su pecho, frotando mi cabeza contra su pecho fuerte. Ahora que lo siento así, su cuerpo es bastante fuerte y no parece enfermo en absoluto, sus mejillas son sonrosadas y sus brazos también son fuertes gracias a que hace ejercicio diariamente.

El corazón de Randall latía con fuerza, haciendo que me sintiera satisfecha, él siempre me había amado y ahora, soy yo la que está dispuesta a amarlo. Es una suerte que aún no me he transferido de preparatoria, así puedo seguir yendo a clases con Randall como lo hacía en mi vida pasada antes de conocer a Maxwell.

Sí no me equivoco, aún no he conocido a Maxwell en este tiempo, eso sería hasta dentro de un mes.

-¿Qué tipo de coge quieres? Los de la cafetería del hospital son muy feos, iré a traértelo a tu restaurante favorito.- Randall me aparto con suavidad y se puso de pie, se dirigió al sofá y tomó su mochila y las llaves en la mesita de noche.

Lo miré con la cabeza ladeada y sonreí, pues se veía bastante nervioso y muy tímido, lo cual, me resultó adorable viniendo de Randall. Parecía que quería salir corriendo y escapar.

-No hace falta, con el que venden en la cafetería está bien, y con que sea de avena está bien, por favor, Randall.- Le sonreí encantadoramente mientras decía, él me miró y su rostro se sonrojó, luego salió corriendo de la habitación, lo que me hizo soltar una carcajada.

¿Por qué hasta ahora me resulta tan lindo su comportamiento? Antes no era tímido y mucho menos se avergonzaba o ¿Acaso es por mi cambio repentino?

Cuando deje de reírme, una luz fría brillo en mis ojos, ya que Dios me dio otra oportunidad, me aseguraré de usarla muy bien.

-Maxwell, ah, Maxwell, te haré sufrir en el mundo del entrenamiento.- Sonreí con frialdad, sin duda, dejaría que Maxwell, el hombre que me uso y mintió, conociera a la verdadera Harley Hu. Me aseguraré de destruirte lenta y dolorosamente, Maxwell Yang.

Cuando Randall regresó, se sentó a mi lado y sirvió con mucho cuidado el coggie, tomó la cuchara y luego de obtener el coggie, soplo cada cucharada con cuidado.

Yo simplemente abrí la boca y disfrute de la especial atención que solo a mí se me proporcionaba, esa sensación de ser atendida con mucho cariño finalmente podía disfrutarla con atención.

Luego de un tiempo, mi padre regresó, los tres conversamos alegremente sobre cosas ridículas y triviales que sucedieron durante mi infancia. Había olvidado por completo algunas de ellas y otras, simplemente prefería no recordarlas, pero esta vez, deje que todos esos recuerdos salieran a la luz mientras hablábamos.

Cuando el reloj marcó las 8 de la noche, tanto Randall como mi padre insistieron en que me fuera a dormir, así que solo pude obedecerles sin poner quejas ni pretextos.

Randall volvió a casa y mi padre a la villa para traer algunas de mis cosas, pues las enfermeras dijeron que podía regresar a casa mañana mismo, un día antes que en mi vida pasada.

Me quede dormida con grandes expectativas, podía empezar de nuevo y tener una nueva vida al lado de las personas que sí me aman. Esto me dio muchos incentivos y expectativas sobre mi futuro.

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A la mañana siguiente, me desperté antes de que mi padre llegase, lo cual lo sorprendió un poco, pero no dijo nada al respecto.

Él me llevó personalmente a casa y luego se fue a la compañía, me pasé el resto del día mirando y registrando cada rincón de la Villa familiar, me sentía nostálgica y no pude evitar recordar cuando éramos una familia de tres.

Mi madre sufrió una enfermedad grave cuando yo tenía 5 años, después de luchar contra esa enfermedad durante tres años completos, murió dos días luego de que cumpliera 8 años. Desde entonces, ella ya no siguió a nuestro lado.

Al cumplir los 20 años, deje de visitarla en su lugar de entierro, pues creía que era innecesario hacerlo. En ese entonces, mi padre se enojo muchísimo conmigo y me restrego en la cara lo poco filial que era hacía mi madre, eso hirió mis sentimientos pero también me dio coraje y enojo, terminamos discutiendo a causa de tema.

Mientras me paseaba por la villa, terminé llegando al jardín trasero, mis ojos se detuvieron en una mesa redonda de piedra con tres sillas de piedra igualmente echas de piedra. La mesa redonda estaba pintada como una pizza, lo cual me hizo reír un poco.

Las tres sillas de piedra están pintadas de tres colores distintos, azul, celeste y turquesa respectivamente. La azul tenía la palabra 'Bebé' grabada, la celeste 'Papi' y la turquesa 'Mami'.

Me acerqué a la silla que decía mami y no pude evitar tocarla, este era mi lugar favorito en mi niñez. Todos los días, en las tardes, mis padres y yo nos sentábamos a hablar sobre nuestro día y pasar un tiempo en familia. Esos eran sin duda, eran los mejores días de mi vida en mi niñez, pero terminé olvidándolo.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando mi celular sonó, notificando un mensaje de WeChat. Al abrirlo, vi que decía "Sirviente Randall", mi ceño se frunció con disgusto, rápidamente cambie el nombre y le puse "Bebé tímido". No pude evitar recordar la expresión que tenía en su rostro el día anterior, tan avergonzado y tímido, sin duda, el nombre le quedaba a la perfección.

Luego de cambiar el nombre, revise su notificación "¿Has llegado a casa? ¿Te sientes bien?" No pude evitar sonreír al ver el texto, rápidamente le respondí "Sí, me siento muy bien, pero estoy aburrida y tengo ganas de comer chuleta de cerdo asada."

Pasaron unos minutos antes de que el texto fuera respondido "Acabas de salir de tu fiebre, aún no puedes comer ese tipo de cosas ¿Qué tal ir por postres naturales o algo más sano?"

No pude evitar sonreír, aún estando en clases se preocupa por mí.

"Está bien, tú decides." Le respondí, utilizando un emoji de carita lanzando un beso. Igual que antes, el mensaje tardo un poco en ser respondido, pude imaginarlo respondido a escondidas mis textos "Bien, paso por ti después de clases." Me respondió con una carita de guiño, lo cual me hizo levantar la ceja.

Sin duda, este es un Randall al que no conozco muy bien.

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