Entre El Amor Y El Odio
—Oh, vamos, ¿De verdad vas a llorar por esto? — Miro con desprecio a la persona arrodillada en el piso, sintiéndose superior por toda la atención que estaba recibiendo en el momento —. No sos más que una inútil, cobarde ¿De verdad pensaste que tendrías alguna oportunidad con Darío?
El nombrado bajo la mirada al piso, sintiéndose demasiado asustado como para ponerse firme y defender a la chica de aspecto desalineado que lo miraba con súplica. Él había aceptado participar en eso desde un inicio, pero en ese momento ya no lo quería. Los ojos de los demás se clavaban como puñales sobre él, dejándole herido y asustado.
—Ella es horrible, Darío no tiene tan mal gusto —comento con burla una chica de cabello castaño, quien mantenía en todo momento su celular en mano grabando todo.
—Vamos, Darío, di algo —añadió alguien entre la multitud.
Ante su pedido, todos centraron su atención en Darío, incluso la chica tirada en el piso. La presión era tanta, que forzó su mejor sonrisa burlona y, tragando el nudo en su garganta, dijo.
—Es cierto, jamás saldría con alguien tan fea.
Las risas inundaron el lugar, con comentarios hirientes dirigidos a ella. Darío quiso decirle que nada de eso era verdad, que lamentaba ser tan cobarde y que ella se merecía alguien mejor, pero al final no dijo nada, limitándose a intentar transmitir eso con su mirada. Ella no lo notó, ahogada completamente en su dolor, no fue capaz de percibir lo que el chico tanto deseaba hacerle saber, pero la que si lo hizo fue Amber.
—Traeme la botella —le pidió a la chica de la derecha.
Ella no tardo ni dos segundos en buscar la botella, la cual desprendía un olor asqueroso. Amber, con una sonrisa maliciosa en el rostro, destapo la botella y tiro la mitad del contenido sobre la chica en el suelo. Todos alrededor reían, sin dejar de grabar, aunque también había algunos que se tapaban la nariz porque no podían soportar el olor tan desagradable.
Amber de repente se detuvo, mirando a Darío con burla disfrazada.
—Vamos, Dar, seguí vos.
—¿Yo? —Se señaló a sí mismo, atónito.
—¡Vamos Darío! —grito alguien.
Eso ánimo a los otros para que se unan a corear su nombre, queriendo ver el espectáculo. Darío no se animó a decir que no, así que agarro la botella y tiro el líquido restante sobre ella.
3 años después
—¡Yo tengo muchas ganas de ver "El secreto de la luna"! —exclamó Camila con emoción.
—No, esa es aburrida —se quejó Sofía —ni siquiera sé por qué te gustan tanto las películas de hombres lobos.
—¡Porque son sexis! —aseguro de inmediato.
—No son la gran cosa, prefiero los vampiros.
—Los vampiros son aburridos.
—No lo son. Tienen superfuerza, velocidad ¡Y no envejecen!
—Sí, y no pueden salir de día porque la luz del sol les hace daño.
Sofía frunció el ceño, en contra de las palabras de su amiga, sin embargo, apenas abrió la boca para decir algo sintió que alguien chocaba contra ella y la tiraba al piso.
—Pero que mier...
La chica en frente suyo se puso pálida, sin saber qué decir para salvarse.
—Miren quien tenía que ser, la inútil de Amber. Lo hiciste a propósito ¿Cierto? Para eso es lo único que sirves, para molestar a los demás. Dime ¿También quieres acabar conmigo? Igual que lo hiciste con...
—¡Ya basta! —grito al fin, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.
Antes de que puedan hacerle algo por haber gritado, salió corriendo sin mirar atrás. Mientras Sofía y Camila reían con burla, un chico de campera negra miraba la escena con una sonrisa. Ya era hora, llego el momento de la venganza.
Amber, por su parte, corrió hasta llegar a una calle solitaria, dejándose caer al suelo y llorando con amargura. Por más que intento escapar de su pasado, era imposible, este la seguía a donde sea que vaya. Era una maldición que ella misma había buscado.
Si tan solo se hubiera comportado mejor en el pasado, si tan solo se hubiera detenido antes de cruzar la línea, si tan solo...
Dejo escapar un grito de rabia, golpeando el suelo tantas veces como pudo, dejando su mano con algunos moretones. Su respiración se encontraba acelerada y sentía como si alguien la mirara y se riera de su desgracia. Era eso lo que se merecía ¿Verdad? Entonces, todo lo que debía hacer era aguantar.
Una mano cálida se apoyó en su espalda, reconfortándola. Cuando alzo la mirada, vio un par de ojos café mirándola con preocupación. Era Dayana, su mejor y única amiga.
—¿Fueron ellas otra vez?
Amber asintió.
—¡No puede ser posible! Tenemos que hacer algo, no podemos dejar que siga molestándote y saliéndose con la suya.
—¿Por qué? Esto es lo que merezco —susurro Amber con la voz rota.
—¿Por qué? ¿Por algo que paso hace tres años? No voy a decirte que no pasa nada, porque lo que le hiciste a la chica es muy feo, pero estas viva y eso es por algo, no puedes seguir estancada en eso.
Amber no dijo nada, pero Dayana sabía que nada de lo que dijo haría que cambie de opinión. No era la primera vez que pasaba. No entendía por qué tanto odio, ellas ni siquiera la conocían a ella, ¿Por qué parecía que se lo tomaban tan personal?
—Vamos a casa —dijo finalmente Dayana con resignación.
Amber se levantó del suelo para seguir a su amiga, sin embargo, no alcanzo a dar más de unos pasos cuando algo impacto contra su rostro: era una bola de papel. Giro alrededor esperando ver a las mismas chicas que la molestaron antes, pero no había nadie.
Pensó en seguir su camino, dejando de lado aquel papel igual que siempre lo hacía, pero algo la impulso a agarrarlo y ver si tenía algo escrito. "Elena Flores" decía y abajo, en color rojo aparecía una fecha "23/05/23". Podría haber sido alguna de las chicas que la molestaban, pero había algo que le decía que no era así. No era ninguna de ellas. Alguien más estaba buscando venganza.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Comments
Esta chido /Smile/
2024-06-04
0
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
2023-04-06
0