Caminé hacia la enorme sala de la mansión y me detuve frente a Elizabeth. La miraba fijamente esperando una respuesta de ella por sus escándalos, luego desvié la mirada hacia los demás empleados que se habían detenido al verme llegar.
-Al parecer ser una invitada de mi esposo es no tener educación. ¿Quién te crees para hacer un escándalo? ¿Olvidaste que esta es mi casa y no puedes comportarte como te comportas en tu casa?
-No puedes darme consejos de educación, tú no lo tienes incluso con estos empleados.
-Eso es diferente.
-¿Por qué es diferente?
-Porque yo soy la señora de este lugar, eres simplemente una invitada. ¿Acaso no sabes diferenciar entre ser invitada y ser la señora? Elizabeth si no puedes comportarte como es debido entonces debes retirarte porque no debes olvidar que esta es mi casa y no voy a permitir que una intrusa que se cree la dueña y señora esté haciendo escándalos cuando ni siquiera yo siendo la esposa de Alexander White lo hago.
-No puedes hablarme así
-¿Qué no puedo? ¿Quién me lo impedirá? ¿Tú? No lo creo, todos vuelvan a sus puestos de trabajos, si escucho un escándalo más serán despedidos y echados de la casa sin importar que sean un invitado.-añadí observando a Elizabeth.
Había pasado alrededor de dos horas. Cuando observé que Alexander entraba a la habitación.
-¿Qué sucedió? Elizabeth estaba llorando. ¿Acaso no te pedí que te comportaras? Ella es la hija de un importante socio y ellos son considerados como mi familia.
-Mientras estabas afuera, tu querida hermana empezó hacer un escándalo en toda la casa. Al menos siendo tu esposa debía detener todo, Entiendo que la quieras como una hermana, pero ella no te ve como un hermano y lo sabes bien. ¿Por qué permites que ella se quede? Sabes que haciendo eso es darle esperanza a que se comporte como la señora de este lugar olvidando que es una invitada, es todo tu culpa Alexander White, desde el momento que continuaste teniendo comunicación con ellos debiste anunciarles que estabas casado, pero no lo hiciste. No vengas a querer justificarte cuando el culpable de todo eres tú y lo sabes muy bien.
-No digas tonterías. ¿Por qué Elizabeth estaría enamorada de mí?
-No estoy segura si eres tonto o te haces el tonto. Abre los ojos, Alexander deja de fingir que no es verdad cuando ambos sabemos que lo es. ¿Por qué no investigas lo que te digo?
-Kristine.-me advirtió Alexander
Habíamos tenido tantas discusiones desde nuestro matrimonio que era imposible estar de acuerdo en algo. Decidí mirarlo en silencio.
"Tonto"-me dije a mi misma.
Santa Margarita era un sitio muy famoso por los visitantes de la isla de Alexander. Había un castillo antiguo que una vez le perteneció al bisabuelo de Alexander, aún había un carruaje, en el enorme jardín, el cual tenía todo tipo de flores.
En el castillo pocas personas tenían acceso a entrar o vivir en él. Esas personas eran “Alexander White”.
Se dice que el castillo fue nombrado “margarita” por una dedicación que le hizo el bisabuelo a Alexander a su esposa que era una joven extranjera rusa que al verse se enamoraron a primera vista desde ese momento ambos juraron amor eterno y prometieron nunca separarse.
Los rumores decían que si visitas el castillo con la persona que amas su amor será tan puro y verdadero como lo fue el de los bisabuelos de Alexander.
Fue una historia que se hizo muy popular por los ciudadanos y extranjeros que visitaban la isla.
Originalmente, el castillo de Santa Margarita estaba en ruinas por algunos miembros de la familia White, cuando los Bisabuelos de Alexander murieron empezaron a llevarse las costosas joyas, cuadros y carros costosos dejando el gran castillo en ruinas.
Toda el área del castillo, incluía el costoso cuadro de la mona lisa, obras y muebles valorados en unos miles de dólares. El diseño de adentro era estilo barroco, lo cual hacía que fuera muy elegante. Aunque fue remodelado, aún permanecía el elegante diseño que una vez tuvo.
-No esperaba que te gustara.
-Odio siempre estar en la mansión, además no hago otra cosa que trabajar, debería relajarme y disfrutar mi vida al menos visitando lugares históricos.
-Escuché que estudiaste administración de empresas.
-Siempre me interesó la historia
-¿Por qué no la estudiaste?
-Al ser heredera de una gran empresa existen condiciones que se debe cumplir y una de esas es estudiar administración empresas, de esa forma serás capaz de cuidar los bienes de tu familia. Tus sueños, metas o tus deseos no importan.
-Pero no eres feliz….
-Así es la vida Alexander no siempre puedes conseguir lo que quieres
-Entonces. Tus escándalos, fiestas o lo que hacías...
-¿Qué crees que es? Muchas personas piensan que hacía todo esto para llamar la atención, pero siendo sincera, lo que hacía era una forma de escapar y olvidarme de todo, por eso siempre iba a comprar y compraba cosas que sabía que no iba a utilizar.
-Es la primera vez que te escucho hablar con sinceridad.
-Todo lo que ves en televisión o en las revistas es falso.
-Posiblemente tengas razón. Pero de algo estoy seguro y es que eres responsable de la desaparición de Susie.
-Espero que cuando se descubra la verdad te arrepientas de todo.
-Nunca me he arrepentido en las decisiones que tomo.
-Veremos quién de los dos tienen la razón.
Después de unas cuantas horas del regreso de Alexander y el mío. La mansión estaba en silencio. Los empleados habían terminado de preparar la cena. Elizabeth se había vestido elegantemente para recibirlo, con una gran sonrisa. Al principio ella estaba enojada al saber que él y yo habíamos salido de la casa a una “cita”. Y tal vez eso hubiera sido algo bueno que Alexander presenciara su ira y sus escándalos; sin embargo, era imposible que lo hiciera porque es una mujer muy inteligente y sabía que no podía hacer un escándalo debido a que su imagen puede dañarse.
-¿Dónde estabas Alex? Te estaba buscando. Me encontraba sola y aburrida.
-Lo lamento mucho Elizabeth…
-¿Por qué lo lamentas? Si ambos no estábamos en la mansión era porque salimos a una “cita” si te sentías sola podías ver televisión o regresar a tu casa estoy segura que tus padres te extrañan y estarían feliz de recibirte.
-Kristine.-Me advirtió Alexander.
-¿Qué sucede? Estoy segura de que los padres de Elizabeth deben extrañarla mucho.
-Mejor cenemos.
-Sí, es lo mejor no deseo discutir.
-¿Lo harías? Quiero decir discutirías por un simple comentario.
Elizabeth permaneció callada y fingió una sonrisa forzada.
-Alex estuve pensando. ¿Por qué no vamos de viaje?
-¿Qué tipo de viaje?
-No, lo sé. Un hotel, playa o a un elegante restaurante.
-Eso son lugares románticos.-dije en voz baja.-donde irías con tú parejas una forma única llamar la atención de un hombre casado.
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