Capitulo: 7

9 días después

-Estamos en la tienda de vestidos de novias. Supongo que es una forma de pedir disculpas.

-Siendo sincera, no tengo necesidad de pedírtelas ambas, sabemos que no he hecho nada malo, pero al parecer mi madre te considera una hija, así que elige cuál juego de joyas quieres, yo la compraré.

-Oh. Disculpa aceptada.

-No me estoy disculpando, solo deseo terminar con este estúpido juego.

-Bien. Quiero aquella.

-Perfecto.

-Por cierto, ¿No vas a ordenar tu vestido de novia?

-¿Crees que solo estamos aquí para comprar joyas? ¿Es una broma? Hice unos tres días fui a comprar unas pulseras y vi un hermoso vestido, deseaba comprarlo, pero como la dueña de la tienda no estaba no pude comprarlo ahora que ella está aquí, yo lo compraré.

Samanta era una famosa diseñadora de joyas y vestidos de novias de unos 35 años que se ganó el apodo de la diosa de la belleza, era hermosa, su cabello rubio y sus ojos castaños siempre llama la atención al igual que su belleza y la ropa que siempre utiliza cada vez que es invitado a los eventos de la alta sociedad.

-Kristine, Mariana, tiempo sin verlas. ¿Cómo están?

-Samanta. Estamos bien, Kristine desea comprar un vestido de novia que vio hace tres días.

-¿De verdad?

-Es correcto. Era un hermoso blanco que brillaba como si estaba compuesto de joyas, al igual que la corona y el velo, que era muy delicado y a la vez sofisticado. Cuando lo vi me dije que debió tenerlo sin importar el precio.

-Entiendo, Kristine. Ese vestido ya está apartado.

Mis ojos brillaron con determinación.

-No importa el precio, debo comprarlo, sabes que nunca pierdo cuando quiero algo.

-Escucha, entiendo lo que quieres decir, pero el prometido de la persona pago el triple para que nadie pudiera obtener ese vestido, así que por primera vez no podrás obtener lo que deseas, aun así tenemos vestidos hermosos que puedes utilizar para el día de tu boda.

-¿Es broma? ¿Por qué yo utilizaría un vestido que no deseo? ¿Quién es esa persona? Puedo ofrecerte cinco veces más lo que ella pagó por ese vestido, por eso soy una Bonaparte lo que quiero lo obtengo sin importar el precio.

Me sorprendí mucho cuando en el medio de la conversación que tenía con Samanta apareciera la perfumera que trabaja para Rosa, no entendía como una persona como ella podía estar en una tienda de vestidos de novias de la alta sociedad.

-Samanta.

-Oh. Susie. ¿Cómo estás?

-Estoy bien, señorita Kristine.

-¿Tú? ¿Qué haces acá?

-Lo mismo que usted está haciendo aquí.

-Kristine ella es la chica que tiene encargado el vestido de novia.

-¿Qué? Debe ser un chiste.

-Susie, a la señorita Kristine le gusta mucho tu vestido.

-Bien, terminemos con esto. ¿Cuánto quieres por el vestido? Puedo darte el doble de lo que pagaste mejor dicho cinco veces más del precio original, creo que con lo que pagaré tendrás unos cuantos meses sin trabajar.

-Señorita Kristine. Me alegra mucho que le guste mi vestido de novia, pero mi novio a mí nos gustó, así que lamento informarle que no lo venderé y no importa el precio que ofrezca; utilizar un vestido de novia significa amor eterno, la pureza y la inocencia de la novia. Creo que debe encontrar un vestido en el cual usted se sienta identificado y pueda tener esos sentimientos.

¿Acaso estaba loca? ¿Inocencia? ¿Amor puro? ¿Acaso esto era una clase de broma? ¿Qué clase de persona pensaría como ella?

Murmuré mientras trataba de procesar lo que había escuchado.

Ella me hizo una sonrisa generosa.

-Estoy segura de que usted podrá ser feliz y encontrar ese vestido que de verdad desea y que hará que su corazón lata y se sienta cálido.

Mi objetivo era tener el mejor vestido de novia de todos los tiempos, además de ser el centro de atención de toda la alta sociedad. Estaría bien ser siempre la única persona de la que las personas siempre hablen.

En la actualidad mi familia o mejor dicho mis padres no habrían permitido que yo no tuviera lo que yo deseo, No entendía por qué odiaba tanto a esa mujer que siempre era feliz con lo poco que tenía. ¿Cómo puede existir una persona de ese tipo? De hecho, no es una exageración decir que aquella mujer la odio porque no puedo ser como ella o tener la felicidad que ella tiene.

-Eres una persona tan tonta y extraña.

¿Estás bien? ¿Por qué rechazas una cantidad de dinero que puede ayudarte a vivir bien por un buen tiempo?

-Porque soy feliz con lo que tengo y no deseo más.

Ahora que lo pienso, es la primera vez que una persona después de ser insultada es capaz de sonreír amablemente. Entonces debería reconsiderar que lo que esa mujer acababa de hacer era insultarme y hacerme ver como una persona malvada y déspota de corazón frío. ¿No sería un problema si acabara con ella? Por desgracia, no puedo dejar que mi imagen como heredera y siendo hija de la familia Bonaparte sea arruinada por un arrebato.

-¿Sucede algo?

Sin embargo, la miraba con frialdad mientras le respondía con indiferencia sin cambiar mi semblante.

-Estoy bien. Estoy muy bien, gracias por preguntar tu preocupación la tendré muy pendiente y la recordaré siempre.

A juzgar por la expresión de Susie, era lógico que lo que acaba de decirle era una advertencia de que nunca perdonaría lo que ella acababa de hacerme pasar, no se trataba de una simple advertencia al menos Mariana, mi mejor era consciente de que era una venganza asegurada, sino que también haría que aquella chica tuviera la peor vergüenza de toda la historia.

-Samanta te pagaré el doble por el mejor vestido de todos.

-¿Qué?

-Quiero que me hagas mi vestido de novia dentro de un mes.

-¡Qué! Kristine un mes es poco tiempo.

-¿De verdad? Oh, vaya. Este lugar fue remodelado por el dinero de mi familia.

¿Cierto? Las personas debemos ser leales, al menos deberías aceptar lo que te estoy pidiendo creo que es lo mejor después de todo gracias a mi familia puedes tener aún tu tiempo.

-Kristine….

-Es un mes vendré por mi vestido, espero tenerlo listo.

-Señorita Kristine. Creo que un mes es poco tiempo, debería darle más tiempo a la señora samanta. Estoy segura de que si lo hace tendrá un fabuloso vestido de novia.

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