5.- Hola

Inicia una nueva semana, y con ello mi tranquilidad y mi paz se van esfumando porque pronto tendré que irme, volviendo a ver al estúpido de Derek, mi madre solo me observa pero necesito decirle no puedo guardar más la situación en la que estoy viviendo pero primero quiero que mi padre lo saquen de ay no quiero que esté en manos de él con su amenaza no sé dé que sea capaz.

Hoy estaba de nuevo limpiando las habitaciones, ya que mi madre solamente me dijo que eso después lo terminara dejándolo inconcluso termine las primeras Habitaciones que estaban en la segunda planta y voy camino al tercer piso, sigo limpiando yéndose las horas hasta que llegue a la habitación del patrón de mi mamá.

Al entrar abrí las cortinas observando la inmensa habitación, cambie sabanas, recogí la ropa sucia y salí a dejarla al cuarto de lavado junto a las sabanas, tome los utensilios para lavar el baño subiendo de nuevo las escaleras, entrando me fui directo al baño al abrir la puerta me quede impactada.

Estaba todo tan lujoso, tenía jacuzzi, regadera y el área de sanitario después de quedarme anonadada me puse manos a la obra pasaron unos veinte minutos y quedo reluciente, olía a limpio pero nunca me percate que alguien estaba observándome hasta que di la vuelta para salir del inmenso baño, casi pegó un brinco del susto

Al verlo es todo un Dios griego fuerte, alto, musculoso me quedo parada sin parpadear y él solo me observa de arriba abajo, su mirada es penetrante pero nos quedamos viéndonos fijamente hasta que corto toda conexión con él tomando las cosas de limpieza camino hacia él para pasar por su lado pero me toma del brazo.

-hola, tú debes ser la hija de Laila.- no le contesto, pero al escuchar su voz, ronca y con demasiada sensualidad impregnada en ella, hizo erizar cada bello de mi piel.

-si, me llamo Samira.- extiendo mi mano en forma amable, pero él solo me deja con mi mano tirante, pero que se cree este, tomo de nuevo la cosas saliendo de la habitación pero escucho que me habla.

-Samira, puedes venir ahora.-camino hasta la habitación entrando y lo veo sentando en la cama del señor Bognádov.-dejaste abiertas las cortinas, las puedes cerrar

-claro que las cierro, pero levántese de ay, arrugara la cama del señor Bognádov y no quiero traerle problemas a mi mamá por su imprudencia de entrar a esta habitación.-lo veo sonreír y me enfurece que sea tan agua tibia lo agarro del brazo e intento levantarlo pero es imposible y desisto saliendo de aquel lugar.

Bajo las escaleras echa un fuego por aquel hombre tan guapo pero tan cínico y agua tibia, dejo las cosas en el almacén y al salir lo veo bajar no le presto más atención caminando a la cocina, veo a mi mamá terminar de preparar y tiene una caja con las comidas de los guardias

-mamá arriba me encontré a un hombre tan irritante que, que.-grito de desesperación y mi madre solo ríe por lo que hago.-después te cuento ma, te parece si yo llevo esto a los guardias mientras tú terminas.-asiente dándome un beso en la frente.

-está bien, calabacita no tardes para que pongas los cubiertos en la mesa, el señor acaba de llegar y comerá junto a su amigo el señor Petrov.-asiento tomando aquella caja, camino hasta salir de la mansión.

Camino largas distancias con esa caja, entregándoles a cada uno la comida y una botella con agua sigo caminando diviso a lo lejos al mismo hombre caminar a mi dirección no le tomo en cuenta continuando hasta que llego con mi amigo D'mitry

-hola hermosa ¿qué tal tu día?.-le sonrió mientras le entrego su plato de comida.

-perfecto mi día, solo que pronto me iré.-asiente, me sorprendo por su abrazo, al separarnos besa mi frente.

-ojalá la próxima vez podamos vernos de nuevo.-asiento, mientras seguimos platicando.

Hasta que escuchamos un carraspeo tras mío, al ver la cara de D'mitry me asuste estaba más pálido que un papel, hasta que volteé y era el mismo hombre de minutos atrás le iba a decir cosas, pero la voz de D'mitry al nombrarlo me hizo quedarme paralizada y pidiéndole a Dios que abriera la tierra para que me tragara en ese instante

-patrón, buenas tardes.-lo ve a él pero su mirada vuelve a caer en mí, ya mi garganta estaba seca de que tal vez metí en problemas a mi madre por mi estupidez.

-D'mitry, aquí estas para trabajar no para hacer amistades.-él asiente sin decir una palabra más.-es un gusto conocerla señorita Samira, soy Faddei Bognádov.-estira su mano y la estrecho sintiendo una corriente extraña pasar por todo mi cuerpo intento soltarme pero él no me suelta.

-disculpe, necesito mi mano.-me suelta y me voy a paso rápido hasta entrar a la mansión.

Entre a la cocina, tome las cosas para preparar la mesa, estaba todo listo regresando con mi madre los minutos pasaron hasta que la vi servir los platos me hizo señas haciendo que saliera de mis pensamientos

-hija ayúdame toma aquella jarra para que les sirvas a los señores y regresas por los platos por favor.-asiento, tomando la jarra yendo al comedor echa un manojo de nervios.

Me acerco a sus lugares sirviendo la bebida, bajo las miradas de aquellos dos hombres es demasiado estresante, dejo la jarra en la mesa y voy de nuevo a la cocina tomo la charola de servicio y salgo junto a mi mamá mientras dejo los platos mi madre habla con ellos.

-buenas tardes, señor Bognadov, señor Petrov espero les guste.-asienten con una sonrisa.

-Laila cuantas veces te e dicho que solo me digas Faddei y a Boris igual sabes que no debe haber formalidad con nosotros, y sabes que todo lo que cocinas me gusta.-mi madre sonríe un poco apenada por ser tan formal.

-lo siento señor Faddei no volverá a pasar, quería pedirle permiso para retirarme me duelen un poco las piernas.-la ve con preocupación.

-necesita que llame al médico Laila.-solamente niega.

-no, no solo con descansar me ayudará, si me llegan a necesitar solo llame a la casa donde me quedo.-él niega viéndome y vuelve a ver a mi madre.

-no se preocupe Laila descanse sin problema aquí su hija puede ayudar mientras usted se recupera no cree.-mi madre me ve y asiento solo por ayudarla.-ve ella podrá con todo, es joven así que vaya a descansar, Laila si necesita algo sabe que puede pedírmelo

Mi madre asiente caminando hacia mí, nos retiramos llevándola a la casa para regresar a la mansión, solo espero hallar el momento adecuado para disculparme con el señor Bognádov.

FADDEI BOGNÁDOV

BORIS PETROV

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