2.- Fiesta

Llego a casa subiendo a mi habitación preparo la tina para darme un relajante baño de burbujas me desvisto y me sumerjo por completo en esa agua cálida aguantando la respiración para olvidar un poco mi terrible vida, me levanto agitada vuelvo a sonreír y termino de bañarme

Me enrollo en mi toalla saliendo del baño y esta Derek parado en el marco de la puerta

-que haces aquí, necesito cambiarme sal por favor.-solo me observa de arriba abajo poniéndome nerviosa.

-solamente quiero deleitarme con tu cuerpo ver esos cambios Samira sé que vas al gimnasio.-ruedo los ojos tomando mis cosas para regresar al baño.

-pues si tanto quieres deleitarte,-hago comillas con mis manos mientras él frunce el ceño.-porque no llamas a una de tus amiguitas ellas lo harían sin que se los pidas Derek

-contigo no puedo ser romántico.-niego con mi cabeza riéndome a la vez.

-no gracias deja tu romanticismo sabes que no me gusta.-al terminar de decirle sale dando un portazo.

Me cambio con ese vestido que por lo visto me a detallado bastante bien porque me a quedado muy bien, me siento frente al espejo tratando de tapar el morado sin cargarme mucho de maquillaje nunca me a gustado, me recojo el cabello en un chongo ya listo salgo de mi habitación pero antes me baño de mi perfume favorito

Camino escaleras abajo y ya estaba él esperándome en la puerta con su cara de pocos amigos, camine hasta salir de la casa subimos a su auto y nos fuimos a la añorada fiesta

Todo el camino era silencio el concentrado en la carretera y yo admirando todo por la ventanilla de auto, estaciona bajando rápido camino hasta que me jala del brazo

-Samira espera tenemos que entrar juntos.-asiento sin mirarlo, toma mi mano y a comenzar a fingir ser un matrimonio feliz.-sonríe carajo

Me susurra pero no lo tomo en cuenta entramos y estaba lleno nos acercamos a unos hombres que al lado de ellos era pequeña Derek me presento a ellos como su tan amada esposa y por cortesía salude a cada uno de mano

Estuvimos el tiempo justo para estar incómoda bajo las miradas de aquellos hombres como si nunca hubieran visto una mujer bonita y como veía que no nos iríamos de ese lugar me aleje para ir al baño

salí y recorrí un poco ese lugar donde trabaja Derek hasta que una rubia se atravesó parando mi caminar

-¿tú eres la esposa de Derek?.-la veo y creo que está a de ser una de tantas de ese idiota y después de verla asiento.-ya veo porque me busca

-perdón.-ya va a empezar esta Barbie con sus estúpidos insultos de niña de primaria.-sé directa por favor que no tengo tiempo como para perderlo contigo

-que me busca a mí, porque mírate no entiendo como Derek sigue contigo.-me carcajeo ante sus comentarios tan gastados

-ni yo lo sé nena, pero sabes cuando te busca a ti es solo porque yo me niego a darle.-pasa un mesero por mi lado y tomo unas copas dándole una a ella chocándolas entre sí y tomo el líquido de un solo.-no te hagas ilusiones nena solo serás un calienta bancas.

Ella se va furiosa y solo muevo mi mano en despedida continuando con mi recorrido en este inmenso lugar, camino por varios lugares comenzando a aburrirme me siento en un pequeño sofá solo veo mi bebida y con mi dedo juego con los hielos, hasta que llega con sus típicos gritos sordos porque ay gente.

Se pone en cuclillas frente a mí tomando mi mano haciendo presión

-¿dónde mierda estabas?, desde hace rato te estoy buscando Samira.-me suelto de su agarre parándome de aquel sofá.

-caminando que más, esto es demasiado aburrido Derek.-se levanta tomando de nuevo mi mano caminando entre la gente.

Se escucha un hombre hablar, me suelta y veo a Derek pasar al frente del podio recibiendo una condecoración de no sé que la verdad ni puse atención, todos le aplaudían y felicitaban pasaron muchos minutos hasta que al fin salimos de ese lugar regresando por fin casa.

Al estacionar me bajé estaba cansada y no por bailar o pasarla bien subí casi corriendo los escalones entre a mi habitación quitándome estas zapatillas que me mataban, me desmaquillé y solté mi largo cabello

Estaba por bajar el cierre de mi vestido cuando entra Derek con los ojos rojos lanzándose sobre mí agarrándome del cuello llevándome hasta la pared, intento zafarme pero me es imposible Derek es un hombre alto corpulento y con mucha fuerza.

Y yo no soy muy alta y mi fuerza ante la de él no es nada, golpeo su pecho sin descanso pero parece que eso no le inmuta en nada, me besa a la fuerza es demasiado salvaje y desesperado.

Busco por todo mi habitación que algo pueda ayudarme a alejarlo, visualizo un pequeño adorno, estiro mi brazo pero el de un movimiento me agarra llevándolas sobre mi cabeza, siento un sin fin de sentimientos y demasiada desesperación hasta que deja de presionar mi cuerpo contra la pared dejando un espacio preciso para darle un rodillazo que hace doblarse del dolor.

-eres una hija de puta.- corro a la puerta pero me alcanza forcejeo con el hasta lograr zafarme, voy escaleras abajo lo más rápido posible al abrir la puerta grito.

-auxilio, ayúdenme por favor.-es muy noche y no ahí ni un alma en la calle, no doy ni cinco pasos fuera de la casa cuando me agarra del cabello jalando hasta llevarme dentro de casa, al cerrar la puerta me tira al suelo.

Su mirada se torna oscura y muy penetrante tengo miedo de lo que me pueda pasar, me levanto rápido pero soy interceptada de nuevo por él llevándome casi a rastras a su habitación, me rehusó a pasar por la gran puerta pero me da un puñetazo doblegándome y jalándome adentro

Me tira a la cama subiéndose arriba de mí volviéndome a besar, solo lloro e imploro por mi vida solo me queda eso nada más, siento su mano escabullirse bajo mi vestido toca mis piernas, mi intimidad y yo no paro de llorar

-deja de llorar carajo.- dándome una fuerte bofetada tan cerca de mi oído que me hace perder un poco el sentido escuchando un ligero pitido.

Arranca mi panti de un jalón, hundiéndose tan fuerte que me hace gritar de dolor, me resigno y solo pido que esto termine pronto, él me golpea cada que me ve llorar por lo que hace hasta que tiempo después por fin termina bajándose de mí

Me duele mi intimidad al igual que mi rostro y mis muñecas estoy perdida en mis pensamientos por lo que acaba de sucederme.

-LARGO, SAMIRA QUE ESTÁS SORDA, LARGO.-me toma del brazo levantándome de la cama, sacándome a empujones de su habitación cerrando la puerta.

Me quedo en el pasillo aun con mis lagrimas corriendo por mis mejillas y me voy a mi habitación, se que no podre escaparme la casa es una fortaleza y solo me queda resignarme.

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