...NARRADORA...
Las clases de manejo siguieron y Kendra ya había dominado lo principal aunque aún le costaba un poco estacionar pero no sé desanimaba porque solo debía practicar más y podría hacerlo bien.
El cumpleaños de Ciro se acercaba. Cumpliría 23 años y sus padres planearon un festejo para ese día, algo sorpresa. Ella pensaba hacer algo para devolverle el detalle del diario íntimo y le regalaría algo igual bien infantil para ver si así entendía cómo ella se sintió.
-Necesito que me lleves a comprar el regalo para Ciro- le pidió a Tahiel con una sonrisa algo malvada
-No me perderé esto, seguro no le comprarás nada que de verdad quisieras regalarle a alguien de 23 ¿Estoy en lo cierto?
-Le demostraré como me sentí yo con un regalo tan infantil- sonrió
Ellos fueron a distintos lugares pero ella no veía nada que le gustara hasta que sus ojos lo vieron. Un diario también con unicornios pero en los tonos que antes tenía su habitación.
-No puedes querer regalarle eso, quisiera ver su cara al recibirlo- Tahiel no aguantaba la risa
-Ese es el detalle, no iré al cumpleaños- la miró con extrañeza
-Deberias ir, al menos está intentando llevarse bien contigo y dejar de ser tan bruto aunque aveces no lo parece- aconsejó
-Eso también señorita, estoy segura de que lo amará- señaló un obsequio más causando que Tahiel no pudiera contener la risa
Los dos salieron del lugar y fueron para una nueva clase de manejo.
(....)
Los días pasaron y cuando menos lo esperaba Kendra recibió un mensaje y al ver el nombre de quién lo miraba creyó que estaba soñando. Hacía mucho que él no le escribía, hasta llegó a pensar que él no tenía su número.
📨¿Te gustaría ir a navegar conmigo?- solo decía eso
*📨No puedo, planeo acabar mis clases de manejo
📨Te enseño, ¿Cómo lo llevas?
📨Muy bien, Tahiel es excelente para enseñar
📨¿Entonces?
📨Solo debo perfeccionar para estacionar y eso es todo, no te preocupes
📨Paso a recogerte en unos minutos*
-¿Y a éste que le ocurre?- se preguntó y fue a cambiarse
Ella se vistió casual y muy cómoda. Ciro llegó en muy poco tiempo y ella se sentía extraña pensando dónde estaba el truco.
-No se por qué estás tan amable conmigo- le dijo aún con extrañeza
-Solo intento que nos llevemos bien como antes
-Como buenos hermanitos- dijo ella y miró por la ventanilla
Aquel comentario molestó a Ciro pero se abstuvo de hacer comentarios. Ella antes no paraba de hablar pero ahora apenas si le dirigía la palabra. Recién allí fue que entendió que ella le estaba devolviendo lo mismo que él le dió y sintió un buen golpe de realidad pero no dijo nada. No arruinaría el día y la única oportunidad de ver a Kendra sin Tahiel a su alrededor.
-Mis padres seguro me hagan una fiesta de cumpleaños, se han quejado de que no quiero nada hace ya bastante, ¿Irás?- preguntó para romper el hielo y esperó su respuesta
-Depende de lo que quiera hacer ese día, tal vez haga lo que tú a mis quince- él pensó un momento y luego estacionó el coche porque ya habían llegado donde el creía ideal para que ella aprendiera
-Lo siento, no debí de irme y estoy intentando compensarlo- afirmó con seguridad bajándose del auto para que ella haga lo mismo
-Solo te perdonaré con una condición y te prometo que iré si cumples- Dijo mirándolo con la mano en la llave antes de encender el motor
-Tú dirás
-Tienes que prometerme que cuando yo decida ir a navegar contigo me llevarás sin quejarte- aquel pedido lo sorprendió pero aún así creyó que debía aceptar
-Lo prometo, ¿Cuando quieres ir?
-Mas adelante- sonrió y finalmente encendió el motor y comenzó a conducir sin rumbo fijo
(....)
Kendra había demostrado que las clases con Tahiel fueron más que buenas y eso le molestó a Ciro. Todo lo que hiciera ese novio suyo le molestaba pero se guardó el comentario para no estropear la tregua que tenían, ya sabía que era muy fácil molestarla pero contentarla costaba demasiado.
Así pasaron los días y Kendra fue a saludar a Ciro por su cumpleaños el día que era, ya que el festejo sería dos días después.
Ella le dió un beso en la mejilla como saludo pero el acabó abrazándola apenas unos segundos. Ella solo creyó que cumplir años de algún modo lo ponía muy sensible.
Le dio los dos regalos y él los tomó con una sonrisa. Cuando abrió el primero era el diario íntimo y comenzó a reírse.
-Te prometo que lo usaré- le dijo en risas
-Uno así pero rosa me mandó como regalo de quince- dijo ella y los padres de él comenzaron a reírse
-Esto no me lo esperaba- tomó la caja que contenía el bote inflable aún riéndose- no puedo prometer que lo usaré porque no entro
-Lo mejor para ti hermanito- pellizco su mejilla como él tantas veces hizo en el pasado
Llegada la noche Ciro la llevó a su casa ya que ella tenía planes pero no quiso decir más. Unos pocos amigos de él habían llegado y se sentía la tensión en el aire por la manera poco disimulada en que la miraban.
Para nadie era una niña y ella ya no era tan boba para no notar cuando alguien la estaba mirando como si fuera un pedazo de carne. Lamentablemente el único que no veía que la mirara así era quien más le importaba pero al menos ya había conseguido lo que quería. Aquella promesa valió más que mil acciones y palabras, ahora solo debía pasar el tiempo para que le tocara cumplir.
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Comments
mariposa 🦋
ojo x ojo......🤭
2024-05-04
2
Francisca Alcantara
Me facina esta historia
2023-07-15
6
Rosa María Corrales Pèrez
Esa promesa que le dijo falta poco
2023-06-07
2