Capítulo 3 BARCOS

...NARRADORA...

La pequeña Kendra era una niña algo difícil, lloraba por las noches, le encantaba estar en brazos y necesitaba atención constante. Bastian jamás había sido así pero ella era muy demandante.

Cuando ella comenzó a gatear si los Park estaban de visita ella se quedaba con Ciro, tenía fascinación con él quien la miraba con ternura y en vez de llamarla por su nombre le decía hermanita.

Kendra seguía regalandole hermosas sonrisas al niño y estirando sus brazos para ser sostenida por él. Lo quería y mucho.

Así con los meses transcurriendo la pequeña cumplió un añito y sus primeros pasos los dió en dirección a Ciro quien estaba más que orgulloso.

Kendra en compañía de Ciro era un ángel y se ponía solo demandante de la atención de él, un descanso para sus padres de tantos escándalos que hacía por todo.

Ella lo miraba y sonreía con ternura, estaba conectada a ese niño. Con Bastian no era igual, parecía no divertirse con él.

Ciro quien estaba en la escuela y tenía amigos de su edad aún gustaba de jugar con quién en el corazón era su hermanita. Pero con el tiempo él también tenía más salidas con amiguitos, aveces iba a dormir a la casa de alguno de ellos y otras a jugar o para hacer alguna tarea de la escuela.

Kendra cuando veía a los Park siempre buscaba al pequeñito y cuando no lo veía se decepcionaba bastante, lo extrañaba y todos se daban cuenta.

Cuando Ciro estaba por cumplir sus ocho años hizo grandes cambios, ya sus autos quedaron en el olvido por completo, parecían carecer por completo de encanto, no le divertían para nada y debía de verlos por cada sitio de la casa así que fue guardandolos en cajas con cuidado y metiéndolos al sótano.

Milena veía que la habitación de su niño estaba más espaciosa y que varios autos faltaban, así con el paso de las semanas solo quedó la cama y ropa de cama de autos. El pequeño ya tenía una nueva fascinación, los barcos, le llamaba tanto la atención como podían flotar en el agua sin hundirse, era como una ciencia extraña que en su cabecita aún no podía comprender.

-Mami quiero que mí cuarto sea pintado de distintos azules y celestes, ya no quiero los autos y que mí cama la guardes para cuando tenga un hermanito o para cuando mí madrina tenga un niño- Milena quien estaba cocinando apagó hasta el fuego para dirigirle una mirada de asombro a su niño

-¿Hijo estás seguro? Mira que si pintamos así tu cuarto luego no lo podremos cambiar, los autos no volverán a aparecer- quiso hacerlo entrar en razón pero el afirmaba con seguridad

-Si mami, no quiero más los autos- iba de camino a su cuarto pero volvió sobre sus pasos para volver a hablar con su madre- Una cosa más, ¿Mí cumpleaños puede ser de barcos y piratas?

-Si hijo, no hay problema, será de lo que tú prefieras- vió a su hijo alejarse y mientras retomaba su tarea de intentar cocinar- ¿Que mosca le habrá picado? Ya no le gustan los autos cuando tiene cientos de ellos, ¿Ahora que haré con todo eso? Espero que no llene la casa de barcos

El cumpleaños se acercaba más y el abuelo de Ciro se encargó de que el mejor pintor de escenografías se ocupara de pintar la habitación de su nieto con un degradé de colores logrando así que las paredes quedaran preciosas. La cama que eligió el niño fue azul oscuro y toda su ropa de cama en distintos tonos de celeste así como de azul con blanco.

El cumpleaños llegó y él se vistió de pirata, su pastel fue un barco y todo tuvo esa acuática temática. Kendra tenía puesta ropa de marinerito y se veía más que adorable con sus cabellos oscuros ondulados.

Ella al ver a Ciro fue caminando lo más rápido que pudo para abrazarlo con sus pequeños bracitos. Se veía tan feliz y el correspondió el gesto de su "hermanita".

-Ella es mí hermanita Kendra- la presentó a sus amigos y después fue a realizar distintas actividades con los niños dejando a la pequeña de lado porque no podía jugar con él

Cuando la fiesta acabó fue que él le prestó toda su atención a la niña que estaba más que rebosante de felicidad. Tenía un gran apego por él.

Así fue que la pequeñita fue creciendo sin despegarse de Ciro mientras Milena pensaba en su novela y las similitudes que extrañamente tenían los niños con ella.

"Si al crecer Kendra se escapa por irse con Ciro seguro Brittany enloquece y a mí me parte mis novelas por la cabeza" pensó y rió Milena, su amiga moriría de la impresión si su niña escapaba de casa a los dieciocho.

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