Capítulo 8 REGALOS

...NARRADORA...

Los quince años a Kendra le sentaron de maravilla. Dejó crecer más su cabello y comenzó a utilizar más maquillaje para resaltar sus ojos. Renovó su guardarropa viéndose así más atractiva a los ojos del sexo opuesto. No era vulgar pero tampoco usaba algo aburrido, su manera de ser tan espontánea era lo que llamaba aún más la atención.

Pero aún así con todos los cambios había alguien que seguía sin notar nada, Ciro.

El cumpleaños número quince estuvo muy animado, Kendra bailó con todos los invitados, rió y cantó las canciones de moda con sus amigos a todo pulmón. Aunque quiso tomar alcohol no se lo permitieron por ser menor pero pasó un día maravilloso aunque sintió que alguien faltaba y eso la entristecia.

Miró constantemente la puerta del salón para ver si llegaba Ciro así fuera tarde, guardó la esperanza hasta que los últimos invitados se fueron y fue momento de volver a casa.

-¿Te pasa algo tesoro?- le preguntó su padre al ver su semblante triste

-No papá, solo estoy cansada y necesito dormir- sonrió débilmente

-¿Y como no estar cansada si no te quedaste dos minutos quieta princesa?- Brian sonrió feliz, ajeno a todo lo que en verdad sucedía

Llegaron a casa y ella en su habitación abrió algunos regalos y después conectó su teléfono para encenderlo y ver si al menos Ciro había recordado su día especial pero no hubo nada, ni mensaje ni notificación de redes sociales por su parte.

Bastante desanimada se durmió. Al siguiente día despertó bastante tarde porque se había acostado muy entrada la madrugada y terminó de abrir los regalos.

Recibió relojes, joyas sencillas porque ya sabían que no le gustaba nada en exceso ostentoso así que hubo cadenas con dijes de su inicial, otras con un corazón, una tenía una libélula. Sus amigas le regalaron ropa porque sabían exactamente que le gustaba y su talla.

Mientras tiraba todos los envoltorios y moños vió que una bolsa se había caído y la abrió. Era de los Park pero había dos obsequios dentro. Uni de ellos tenía una tarjeta de los integrantes de la familia excepto de Ciro y el otro solo decía "Feliz Cumpleaños Hermanita" así que sabía de quién era.

El regalo de la familia era un kit de maquillaje profesional precioso. Definitivamente sabían que ella ya estaba aprendiendo a arreglarse más y a resaltar su belleza. Lo dejó feliz en el tocador, sus amigas lo amarían y podrían prepararse juntas para salir.

El segundo regalo lo abrió y su sonrisa se borró instantáneamente. No podía creer que Ciro le regalara eso, ¿Acaso no la conocía? Se decepcionó muchísimo. Era un diario íntimo de unicornio. Ella había tenido uno así cuando tenía ocho o tal vez nueve años.

Cuando vió a Ciro de nuevo estaba más que molesta y aún más cuando él se acercó a ella para preguntarle si le había gustado su regalo..

-Hace seis años no uso diario íntimo- lo miró mal pero él no comprendió

-Ahora tienes uno para utilizar, sabía que te gustaría- sonrió y apretó su mejilla

-En tu cumpleaños te regalaré algo muy especial, ya lo verás- sonrió y le devolvió el gesto de apretarle la mejilla

Ciro se quedó extrañado, era raro que ella se comportara así con él y pareció utilizar el sarcasmo en sus palabras, algo que era muy extraño.

Así fue que los meses pasaron y los Park fueron a visitar a los Miller. Mientras los dos matrimonios conversaban sus hijos se aburrían. Kendra se quedó en su habitación acostada haciendo una videollamada con su amigo mientras que Bastian estaba en su cuarto hablando con su novia así que Ciro fue al cuarto de su "hermanita".

Hacía tiempo que allí no entraba y ya no era el mismo cuarto que el conocía. Dónde habían motivos infantiles ahora ya no habían. Había pocos adornos y en las paredes posters de sus bandas favoritas que no eran para nada infantiles.

La posición en que encontró a quien consideraba una niña por un instante hizo que se preguntara si era ella o quien estaba en el cuarto cuando la vio acostada boca abajo hablando animada a la pantalla.

-Yo también te quiero bombón- ella le decía a Tahiel, quien no era más que un amigo

-Me gustaría ser tu novio, seguro mis amigos sentirían envidia- le decía él mientras le guiñaba el ojo

-Lastima que estás muy lejos, cuando llegues lo pienso- ella siguió la broma

Pero después alguien cerró el computador y la miró con desaprobación, no era más que Ciro.

-¿Que crees que estás haciendo?- reclamó.

-Hablaba con un amigo hasta que llegaste a interrumpir

-Eso no fue lo que escuché, eres muy chiquita para pensar en esas cosas- la miró aún con enojo

-Cumplire dieciséis pronto, ¿No era esa la edad a la que tu te besabas con Pamela?- lo miró y él se quedó mudo, ¿Como ella supo de Pamela? Además no recordaba bien la edad a la que eso sucedió

-Eres muy chica, le diré a Brian esto- la amenazó con decirle a su padre

-Mi padre me deja tener novio pero puedes ir a decirle lo que quieras- lo empujó y lo sacó del cuarto

Kendra había mentido, posiblemente su padre la mataría si tuviera novio pero Ciro no tenía por qué saberlo. A fin de cuentas si le decía que su supuesto novio era Tahiel él se reiría.

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