Pequeño castigo

Patrick en cuanto llegaron a la oficina se concentró en sus deberes, pasó un rato cuando recibió la visita de una de las acompañantes que acostumbraba contratar, era la única que podía entrar a su oficina por lo que ella se sintió importante pensando que él no tenía ojos para alguien más que ella, sin embargo eso estaba muy alejado de la realidad el la dejaba entrar por el sexo oral que ella daba, podía relajarlo en gran medida sin tener que hacer algo más, su boca era más que suficiente para el.

-No te envié a llamar - dijo él con tono seco cuando la vio entrar meneando sus caderas.

-Es que creí que necesitarías relajarte vine por eso - decía mientras se acercaba a él, se sentó en el escritorio con intención de besarlo pero él la esquivó.

-Creo que sí necesito relajarme - tenía en su cabeza el rostro de María y aquellos ojos, no podía sacarlos de su mente, se corrió en la silla dando un poco de espacio - a lo tuyo.

Ella aún después del desplante del beso se bajo, arrodillándose frente a él, mientras lo miraba acariciaba las piernas de el e iba subiendo sus manos para soltar el cinturón, soltó el botón y luego bajo el cierre, el miembro de Patrick aún no tenía reacción por lo que ella lo metió a su boca, Patrick cerró los ojos tratando de dejarse llevar pero no sentía nada.

-Creo que no lo estás haciendo bien - dijo aún con sus ojos cerrados, la mujer intentó de todas las maneras posibles hacer que reaccionara pero no pudo, cuando Patrick estaba a punto de alejarla se abrió la puerta entrando la mujer que no puede sacar de su mente, se veía asustada, se disculpó y cerró la puerta, Patrick sonrió ante aquello - párate hoy no es un buen día.

Patrick arreglo sus pantalones mientras la mujer estaba incómoda no había logrado nada y era extraño ya que el siempre reaccionaba, después de arreglarse.

-Puedes irte - Patrick sacó algunos billetes y se los dio - aunque no sentí nada te pagaré, vete.

Después gritó - Pasa - la puerta se abrió saliendo la acompañante ella salió con una sonrisa en el rostro, María sabía que clase de mujer era como ella habían muchas en el club que se entregaban por unos cuantos billetes y está miró con desdén a María.

-Tan desubicadas algunas, capaces de interrumpir buenos momentos.

-Ja buen momento como no - entró en la oficina y Patrick la miraba - solo venía a despedirme quién iba a saber que estarías tan bien acompañado.

-¿Y por qué te vas?

-Se acabó el horario, por supuesto me voy a casa.

-No recuerdas que te dije que debías estar disponible siempre.

-Si, pero será él siempre que sea horario de oficina, no pienso trabajar más que eso - dijo cruzando los brazos.

-Entonces, ¿Ahora tú eres la jefa?

-No, pero..

-Tú sales a la hora que yo lo haga, no puedes irte antes que yo, al ser mi asistente si yo me quedo en la oficina tú harás lo mismo, no tienes horario, tu horario será el que yo tenga ese día, ¿Entendido? - el hablo serio -

-Entiendo, volveré a la oficina - María por un momento creyó que era mentira que tendría que estar con Patrick hasta que se fuera, en serio se convertiría en una esclava.

-Si no hubieras interrumpido aquel momento estaríamos de salida aunque tú deberías continuar aquello que dejaron incompleto por tu culpa - dibujó una sonrisa ladina en su boca mientras señalaba con un dedo hacia su entrepierna -

-Eres asqueroso - María se dio la vuelta y volvió a la oficina dejando a Patrick con la sonrisa en el rostro -

-Es encantadora hasta avergonzada - Patrick no sabe porque tiene esa atracción particular por María, siente que no puede dejarla ir sin embargo tampoco puede obligarla a quedarse por eso es tan confuso para él.

Maria en la oficina estaba molesta por aquello que vio, no le atrae Patrick es para ella un hombre detestable pero ver a una mujer de rodillas haciendo un oral la molesto y avergonzó al mismo tiempo.

-Estupido Patrick.

Ya habían pasado varias horas y Patrick decidió que por fin era hora de irse, no acostumbra salir tan tarde a menos que salga algo urgente pero por solo molestar a María se quedó jugando con su teléfono varias horas, para el era un pequeño castigo por querer irse.

María estaba mirando el reloj a cada momento ya casi eran las 8 y seguía en la oficina aunque Patrick no la volvió a llamar estar en el mismo lugar tanto tiempo la tenía aburrida.

Cuando sonó su teléfono ( el hombre detestable)

A las 8 nos vamos así que arregla todo, no me hagas esperarte.

Maria se puso roja de ira - ¿esperarme? Ese idiota yo soy quien a tenido que esperar todo este tiempo - se levantó mirando el reloj para cuando faltarán 3 minutos para salir, llegado el momento salió de la oficina cerrando con seguro al salir y cuando miro a la otra oficina venía Patrick saliendo colocándose la chaqueta, quedando ella como idiotizada mirándolo sin poder apartar la vista el, mientras él se acercaba a ella María sentia que quien lo hacía era Dereck, veía era el rostro de su esposo, es por eso que no podía apartar su vista, el se acercó a ella se agachó quedando sus rostros muy cerca, María no reaccionaba.

-Yo sé que soy hermoso, pero no es necesario perder la conciencia por eso - eso hizo que María cobrará sentido de lo que pasó y se puso roja.

-Jaja, nada que ver, estaba pensando en un hombre que es realmente hermoso y ese no eres tú.

-Aja ¿si? Pues no lo parece, no dejabas de verme.

-No era a ti, ya vámonos - María comenzó a caminar muy rápido dejando atrás a Patrick, su corazón estaba latiendo muy rápido sus mejillas le ardían, pidió el ascensor y espero, no pasó mucho para que Patrick la alcanzará.

-Yo sé que no es fácil para ti tener a alguien tan hermoso a tu lado, por eso te perdono - María no podía creer lo narcisista que era Patrick, giro su rostro ya sin secuelas del enrojecimiento de sus mejillas y lo miro.

-He visto cosas mejores - en eso el ascensor llegó María entró primero, Patrick con una sonrisa entró tras ella, el viaje hacia el estacionamiento fue silencioso, todo el edificio estaba vacío los únicos que quedaban eran ellos y el personal de vigilancia.

Cuando llegaron al estacionamiento María casi corre hasta su auto, pero mantuvo la calma y camino a la par de Patrick aunque era complicado el tenía las piernas más largas, el chófer lo esperaba antes de entrar se despidió.

-Hasta mañana, llega temprano.

-Como ordene jefe - el se montó en su auto y ella continuó al suyo así cada uno agarró su camino

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Comments

Nohe

Nohe

Lol, Maria lo dejo con un fetiche por las mamadas xD

2025-01-20

0

caprichosa

caprichosa

en serio? en la empresa?

2025-02-02

0

Lita Wellington

Lita Wellington

Desgraciado eso no se hace

2024-12-21

0

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