Capitulo 14

Más tarde fui al armario a buscar mi vestido el cual deje sobre mi cama para tenerlo listo para mañana

-Es un gran diafraz. -Me dije observando aquel disfraz. -De bruja..., tal ves fue el disfraz y la emoción por Halloween lo que eme hizo tener ese extraño sueño... si eso tuvo que ser

Fui a verme al espejo y sonrei pero esa sonrisa duro poco porque en mi reflejo pude notar que detrás de mi estaba aquella mujer de mi sueño, Lilith.

Me voltee rápidamente algo atemorizada pero detrás de mi no había nada, luego voltee a verme de nuevo para ver qué tampoco estaba en el espejo, tal ves estaba cansada aunque al bajar mi mirada pude ver qué aquel collar que tenía en mi cuello ya no estaba. Baje el cuello de mi camiseta buscandolo pero para mi sorpresa ya no estaba allí y en su lugar había una estraña marca sobre mi pecho, era una espera con las mismas alas como si fuera una especie de pequeño murciélago de color negro.

-¿Que significa esto? -Me pregunte. -Mi madre me matará si piensa que me tatue dije viendo eso.

-¿Pero qué? -Me pregunté confundida al ver que aquella marca comenzó crillar de color rojo haciéndome sentir un ligero ligero cosquilleo que poco a poco se convirtió en una sensación de comezón mientras al verme al espejo pude notar que mi piel comenzó a cambiar de color a un tono azul. Observé mis manos hasta que dirigi mi vista al espejo para observarme más claramente, mi piel se habia vuelto de color celeste y mis labios de color negro algo que llamo más mi atención fue que repentinamente mis pupilas cambiaban de color a rojo al.

-Hay no -Dije volteando a ver a ambos lados con nervios. -¿Qué hago? ¿Qué hago?. Me invadió el pánico, comencé a correr de lado a lado pensando que hacer y lo único que se me ocurrió hacer fue correr al baño y encerrarse allí dentro. Al cerrar la puerta apoyé mi espalda contra ella intentando relajarme, mi respiración estaba bastante agitada no sé si por el pánico o porque corrí.

-¿Qué me pasa? -Me pregunté mientras volví a verme al espejo.

Rápidamente, abrí la canilla del agua y tomando el jabón comencé a tallar sobre mis ante brazos, fue lo único que se me ocurrió, entonces abrí la canilla del agua y luego de lavar mis antebrazos y notar que seguían igual cerré mis ojos por unos segundos y al abrirlos de nuevo ya estaba normal

Dejé escapar un suspiro de alivio mientras mis manos seguían mojándose, las deje unos instantes más así antes de cerrar la llave.

-¿Que fue eso? -Me pregunté mientras tomaba la toalla para secarme las manos.

Luego de sacar mis manos me senté junto a la puerta, y observé fijamente mis manos, no pude creer que mis manos hubieran brillado de esta manera. En ese momento recordé lo que había pasado la noche anterior.

Veía las imágenes muy claras en mi mente del momento en el que aquella mujer me dijo que yo había vivido hace mucho tiempo y que en el pasado, en una vida pasada yo era Morgana le Fay y que era su hija que había renacido ahora como hija de una mujer humana comun.

-¿Sería posible? -Me pregunté aún conmocionada. -¿Soy mitad demonio?

Sea como sea tenía que investigar esto, pero no podía dejar que alguien se diera cuenta. Salí del baño y me dirigí a la habitación de mi madre aprovechando que ella estaba en la sala así que intentando no hacer ruido abrí la puerta lentamente.

Junto a la cama de mi madre sobre a su mesita de luz estaba lo que estaba buscando; la biblia de mi madre. Ya con la biblia en mis manos salí con cuidado para ir a mi habitación.

Lo más rápido que pude comencé a buscar todas las referencias que había sobre el fuego del infierno.

El libro del Ténesis dice Satanas al ser expulsado al infierno donde formo su propio reino de tortura, pues había perdido su condición de querubín celestial, pero podía retornar al cielo hasta la presencia de Dios hasta que el sacrificio de Cristo le quito esa posibilidad dejándolo atrapado en la tierra y el infierno.

-Esto no me sirve de nada. -Dije cambiando de páginas leyendo con la vista lo más rápido que pude.

-¿Katie? -Escuche decir a mi madre del otro lado de la puerta.

Escucharla repentinamente me hizo soltar la biblia la cual cayó al suelo abierto. Lleve mis manos a mi cabeza haciendo un gesto de temor.

-Dime, mami -Dije esperando que no abriera la puerta.

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