Capítulo VII - Deseo
Aunque habían matado solo parásitos durante esos días, para Adrián resultaba difícil seguirle el ritmo a Mina.
–No puedo matar a un ser humano. ¿Acaso no hay otra forma? –preguntó ella a Adrián.
Necesitaba intentar lo que fuera necesario. No iba a convertirse en una asesina.
–Lo siento, pero es la única manera. Además, tu poder no es lo bastante fuerte como para que desterremos otro tipo de demonios –le explicó él y notó que sus heridas se habían vuelto a abrir.
Adrián no tenía el tiempo ni las ganas de volver a entrenar a una cazadora. Había logrado entrenar a varias por lo que sabía cómo terminaría Mina al final. Así que ya estaba cansado de esforzarse en vano. Él solo quería poder cumplir con su parte para poder al fin descansar en paz. Hacía mucho tiempo que venía haciendo esto y su cuerpo se había debilitado luego del contacto con tantos demonios. Su energía espiritual era superior a la de otros, pero eso no era suficiente.
–Incrementemos mi poder –le pidió ella con ansiedad. Era raro que ella se comportara así con Adrián, pero en verdad no quería herir seres humanos.
–Eso tardaría mucho tiempo. De todas formas, los primeros demonios te serán familiares. No creo que nadie extrañe a estos seres humanos –dijo con una sonrisa en sus labios.
Él tomó su teléfono celular y le mostró los rostros de las personas que tenían que eliminar, varios eran responsables de haberla mandado al hospital. Eran violadores y asesinos. Poco ser humano quedaba dentro
de esos monstros. Por lo que no seria negativo que la humanidad perdiera a esos ejemplares.
–Empezaremos con este. Ya asesinó a doce prostitutas y su idea es matar diecisiete para crear una puerta y permitirles a los demonios entrar a nuestro plano –dijo Adrián mientras salía del lugar donde habían destruido a todos esos parásitos. Adrián se limpió la ropa, su saco estaba lleno de cenizas.
Mina quería matar a un demonio de categoría tres por lo que él le iba a dar el gusto. No es que ese fuera el demonio más fácil pero tampoco era el peor de ese tipo. No solo dependía de la cantidad de demonios que estuvieran en el cuerpo de la persona poseída sino la cantidad de crímenes que esta hubiera cometido influenciado por los demonios en su interior. Las acciones de las personas lograban fragmentar su energía espiritual lo que hacía que fuera más fácil de digerir para los demonios que la poseían.
Ya eran casi las tres de la mañana, Mina no dormía hacia casi dos días. Tal vez lo mejor hubiera sido que los dos se fueran a casa a descansar. Sin embargo, ninguno tenía intenciones de detenerse. Él la llevó a un club nocturno donde bailaban chicas, como antes lo hacía ella. Mina conocía a alguna de esas bailarinas porque también habían trabajado en su club.
Entraron y en ese instante las luces y el olor le recordó a su antigua vida, una que Mina nunca extrañaría. No tardaron mucho en localizar al demonio que debían deportar. Estaba entrando a un reservado con una de las chicas.
La mesera también le pareció familiar a Mina. Se llamaba Isabel y tenía tres hijos pequeños, a los que mantenía trabajando en los clubes por la noche. Ya que su familia la había desahuciado y el padre de sus hijos la había abandonado recientemente por lo que no había logrado conseguir otro tipo de trabajo.
Los siguieron hasta el reservado, que llevaba a una puerta oculta. Detrás de la puerta había una habitación. Cuando entraron vieron como el tipo sujetaba del cuello a la joven mujer mientras la golpeaba contra la pared. Mina se sorprendió al notar la brutalidad con la que lo hacía. A diferencia de las otras chicas, ella tenía la habilidad de sacar la conciencia de su cuerpo. Lo que hacía que no recordara nada de lo que esos desgraciados le habían hecho.
Mina no dudó un segundo y sacó su arma espiritual. Adrián le había dado una escopeta calibre 12 modificada que disparaba una bala con una combinación de plantas secas mescladas con la pólvora. Las cuales dañaban a los
demonios o los debilitaba. Ella disparó en su rostro sin pensarlo ni por un momento, incluso sin ningún tipo de estrategia.
El impacto desfiguró el rostro del demonio, deshizo su piel y parte del músculo facial. Fue ese el momento en que Mina se dio cuenta del por qué Adrián había sido tan insistente en decir que esos ya no eran seres humanos. El parásito, o mejor dicho los parásitos que habitaban en ese cuerpo habían crecido tanto que ahora eso se había convertido en solo el envoltorio de lo que alguna vez fue un ser humano. Debajo estaba la horrorosa realidad, a la vista había quedado la carne putrefacta del ex habitante entrelazado a los demonios que lo poseían.
Adrián tomó su espada y atacó al demonio cuando este soltó a la chica. Isabel cayó al suelo desmayada. Aunque el entrenado maestro de Mina logró cortarle una mano, el monstro pareció no sentir dolor. Con su mano libre agarró
del cuello a Adrián y lo tiró contra una de las paredes. Luego se dio vuelta para ver a Mina.
–Pequeña zorrita. Pensé que ya había acabado contigo –dijo y se acercó a ella a toda velocidad, como si su cuerpo flotara y no necesitara mover las piernas para desplazarse por la habitación.
Mina había abierto la caja de pandora sin darse cuenta. Esa bala había hecho que los demonios por fin controlaran al cuerpo de ese ser humano como a una verdadera marioneta. Se quedó inmóvil viendo como el demonio la agarraba del cabello y le daba la cabeza contra la pared. El dolor era muy intenso e incluso le costaba respirar. Sabía que sino hacía algo no iba a poder contarla. Y en ese momento se dio cuenta. Ella ya no quería morir.
Eso fue algo que la sorprendió. Hacia años que nada le importaba y por primera vez en mucho tiempo ella deseaba sobrevivir.
Autora: Osaku
Todos los hechos y personajes de esta novela pertenecen a la ficción. Cualquier semejanza con la realidad son pura coincidencia.
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Updated 56 Episodes
Comments
chiquita
🙈🙈🙈
2024-04-21
1
Scarleth Montano
iniciamos a ver la luz del túnel para mina...se reactivó su deseo d vivir¡¡¡😙😙
2024-03-23
1
Marita Peña
VAMOS MINA MATALO
2023-11-27
3