Después de tomar un poco de jugo de frutas Selene, Emy y Cristal van a jugar a las escondidas al bosque, Selene es la primera en contar y Cristal se va corriendo a esconder, esta tan entretenida jugando que no se da cuenta de cuanto se alejo del castillo, cuando nota que esta muy lejos, continua caminando para ver si encuentra un camino conocido, pero sigue perdida y continua caminando hasta que llega a una meseta despejada, en la cual se ve una pequeña cabaña de madera y piedras con una chimenea humeante, Cristal sube por que le dio curiosidad saber si había alguien viviendo en eso lugar o si olvidó apagar la chimenea, toca la puerta pero nadie responde, hasta que se abre y de repente una ballesta le dispara, se hace a un lado para esquivar las flechas, pero justo un segundo después, le cae encima una red de pesca, por la desesperación no puede liberarse y comienza a gritar.
Cristal: ¡Que alguien me saque de aquí, ayuda!
—Baya, por fin mi trampa captura algo —
Dice con sorpresa una voz femenina.
Se acerca una joven de aproximadamente 18 años de cabello naranja con un flequillo tapando su frente y el resto esta trenzado, tiene los ojos rosas, viste una blusa gris y una camisa café desabotonada de manga larga, un pantalón de mezclilla con unas botas cortas beige de agujetas, saca una navaja de su bolsillo y comienza a cortar la red hasta que libera a Cristal.
Cristal: perdona el atrevimiento, pero ¿Por qué tienes tantas trampas?
—Se ve que nunca has estado en el bosque de noche, suele ser más peligroso y peor con tantas pestes nocturnas—
Cristal: y porque no te vas a vivir a la ciudad con tu familia, imagino que vives sola.
— No puedo —
Mientras dice eso, la joven llamada Fabiola se acerca, Cristal voltea a verla y nota que es la joven que busca, darle la advertencia.
Cristal: tal vez esto te suene raro, pero, se quién eres y ...
Fabiola: como podrías saberlo, no soy alguien famosa.
Cristal: pero se algunas cosas sobre ti.
Fabiola: espero que no sea mucho.
Cristal: solo conozco tu nombre, y sigo sin saber porque vives en el bosque.
Fabiola: para proteger a mi familia de mí misma y ¡Largó de mi casa! No tengo que hablarle de mi vida a cada extraño que llegue.
Después de haber dicho eso se va a la parte trasera de la cabaña, agarra un hacha y comienza a cortar leña. Cristal la sigue para hablar con ella.
Cristal: escúchame, no tengo mucho tiempo, a lo que vine es a darte una advertencia, a tu familia le pasara algo malo, tienes que avisarles.
Fabiola: cómo estás tan segura, será por qué, tú les harás daño.
Cristal: como podría, ni siquiera los conozco.
Fabiola: pues yo me voy a encargar de que no lo hagas.
Repentinamente Fabiola le lanza el hacha que tiene en la mano, Cristal logra esquivarla e involuntariamente toma un tridente y lo lanza hacia Fabiola provocando que quede atrapada con su cuello entre dos dientes del tridente y un gran árbol.
Fabiola: ven a quitarme esto, para que pueda eliminarte.
Cristal: si claro, voy a liberarte.
Dice Cristal de manera sarcástica.
Cristal: me creas sobre la advertencia o no, yo ya me iré.
Fabiola: no me dejes aquí, si oscurece y sigo afuera tal vez muera.
Cristal: si, tienes razón, tendré piedad y te devolveré el favor que me hiciste al lanzarme esa hacha.
Fabiola: no fue intencional.
Cristal: me di cuenta que tu intención era matarme, pero igual no hubieras podido.
Instintivamente Cristal agarra el hacha, la lanza hacia Fabiola quedando a centímetros de cortarle la cabeza y se acerca a Fabiola.
Cristal: porque soy inmortal.
De repente Cristal vuelve en sí, es como si durante el combate ella misma no se controlara, fue como si alguien más la controlase.
Cristal: ¿qué te pasó, te encuentras bien?
Fabiola: ¡aléjate estás loca, por que no sabes que pasó, si fuiste tu!
Grita Fabiola con gran temor.
Cristal: en serio lo lamento, pero tú empezaste.
Fabiola: ¡ Largo de aquí !
Cristal no cree que tiene más opción que irse, además ya esta oscureciendo, Cristal se aleja del lugar dejando a Fabiola atascada, a medio camino comienza a preguntarse.
Cristal: noto algo diferente, pero no sé qué es, seguro que no es nada o tal vez sea que los árboles parecían más grandes la primera vez que pase por aquí, y esta más frío ¡espera estoy volando!
Es cierto que Cristal esta volando, sus alas son blancas con algunas plumas verdes claro al final, al darse cuenta de su presencia, Cristal cae sobre varios árboles altos, que para su suerte las enredaderas amortiguan su caída, Cristal se suelta y sale corriendo al castillo a contarles a todos que misteriosamente tenía la habilidad de volar.
Cristal: mamá, no sabes lo que acaba de ocurrir.
Amanda: ¿Qué ocurre?
Cristal: ¿no lo ves?
Amanda: ver qué.
Voltea a ver hacia atrás y ya no estan.
Amanda: que decías.
Cristal: encontré un sendero en el bosque.
Selene: que buena eres al esconderte, jamás te encontré.
Amanda: despídete, ya nos vamos.
Cristal: adiós Selene.
Selene: by-bye Cristal.
Después se suben al auto Emy y Cristal, Amanda va conduciendo, cuando llegan a la casa apenas es de noche y su padre ya había salido del trabajo, bajan del auto, entran a la casa, Cristal va al comedor de su casa, cena espagueti a la boloñesa, sube a su habitación y se va a dormir tranquilamente.
A la media noche Fabiola sigue atorada en el árbol, continua intentando liberarse mientras pide ayuda desesperadamente, pero esta en un bosque muy peligroso, al
que casi nadie se atreve a entrar, mucho menos de noche, nadie arriesga la vida por salvar a un extraño en ese lugar, además ya se esta cansando, que incluso ya no puede gritar, Fabiola escucha un ruido un poco familiar entre los arbustos cercanos.
Fabiola: aléjate que más quieres, me has arruinado la vida entera, si es comida ya no tengo.
Reclama mientras casi suelta el llanto.
Fabiola: solo eres tú, niña.
Cristal: a la próxima dejo que te devoren viva.
Cristal se acerca a Fabiola e intenta sacar el tridente que la aprisiona jalando con todas sus fuerzas.
Fabiola: pensé que estarías dormida.
Cristal: intenté, pero la culpa no me dejaba dormir.
Se escucha un ruido atrás y Fabiola se paraliza por completo, Cristal voltea con cuidado y lentitud, mira una enorme bestia de pelaje café con orejas de lince y cuerpo de lobo, de grandes colmillos, ojos azul marino y cuatro patas con largas garras muy afiladas.
Cristal: Fabiola, reacciona.
Dice Cristal mientras intenta safar insistentemente el tridente y la bestia se acercaba a gran velocidad, hasta que lo destraba, la bestia choca con el árbol, lo que le da tiempo a Cristal para arrastrar rápidamente a Fabiola hasta su cabaña, deja a Fabiola adentro y la bestia comienza a abrir la puerta, pero Cristal empuja con todas sus fuerzas, no cree que pueda ganarle, hasta que siente que su fuerza esta aumentando, parece qué se fortalece pero es porque Fabiola ha vuelto en sí y también esta empujando y juntas cierran la puerta.
Fabiola: gracias por volver.
Cristal: si, no agradezcas, te lo debía, me iré en cuanto esa bestia se alejé.
Fabiola: hay una puerta trasera, solo se puede abrir por dentro, sal y corre lo más lejos que puedas, yo cerraré la puerta, es por aquí, la bestia prefiere molestarme.
En cuanto termina de hablar se dirige a la puerta y Cristal la sigue, Fabiola le pregunta.
Fabiola: ¿Estás lista?
Cristal: Si.
Fabiola: Suerte.
Cristal: gracias, la necesitaré.
Fabiola abre la puerta y Cristal sale corriendo lo más rápido que puede, sin detenerse ni por un segundo, sin poder voltear hacia atrás, la bestia seguía algo aturdida por el golpe que se dio en el árbol, de no haber sido así hubiera alcanzado a Cristal y engullido de un solo bocado, corre hasta llegar su casa, que por suerte ya tiene memorizado el camino, aunque tuvo que correr por 2 horas continuas sin descanso alguno, pero llega finalmente a su casa como a 6:00 AM.
Comienzan a verse los primeros rayos de luz solar saliendo entre las majestuosas montañas, iluminando el frondoso bosque cubierto por el sereno, mientras Cristal intentaba trepar el cerco que rodea su casa, cuando por fin logra cruzar al otro lado, cae sobre un arbusto espinoso, para su suerte nadie se ha despertado así que corre hasta su cuarto, se da un baño, esconde la ropa que quedó como harapos y se va a su cama, fingiendo que nada fuera de lo normal había pasado, parece que se está volviendo costumbre para Cristal, salir a escondidas, pero al menos tiene motivos.
En la hora del desayuno.
Amanda: que sorpresa, normalmente no te bañas por las mañanas.
Cristal: es que tenía calor.
Emy: mamá tiene razón, es raro que te bañes temprano.
Si alguien les dijeran que regreso, al bosque a la media noche, para salvar a una chica extraña que ella misma puso en peligro, aunque ella la atacó primero y que escapo de un monstruo que come-gente no le crearían.
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