Bienvenido a la ciudad

Se escuchan unos pasos en dirección a Cristal, voltea y ve una niña alta, delgada con aparentemente un gorro de astas, orejas de ciervo, cabello naranja, ondulado y largo, con ojos azul claro.

—No está sola, también estoy yo, me llamo Elaine—

Cristal: mi nombre es Cristal.

Selene: y yo soy Selene.

Cristal: pudiste haberte presentado antes, donde compraron esos sombreros.

Selene: en esta ciudad es fácil conseguir gorros con huecos para las orejas secundarias.

Se quitan los gorros revelando que no son parte de alguna moda, sino parte de ellas, Cristal se queda sin palabras por un momento y cuando recupera le dice a Selene.

Cristal: las tuyas no me dicen que rayos eres.

Selene: y será mejor que no lo sepas, usamos los gorros para que piensen que son adornos y protegernos, porque últimamente ha desaparecido gente sin dejar rastro y no creo que quieras ser la siguiente.

Suena el timbre para entrar al salón, cuándo entran todas las niñas y los niños del salón se quedan viendo a Cristal con disgusto.

Cristal: ¿Y esto por qué? ¿Y Elaine?

Dice Cristal buscando a Elaine con la mirada.

Selene: Ella está en otro salón, con menos revoltosos.

Luego la maestra entra al salón.

—¿Qué te pasó? —

Le pregunta la maestra a Ryan.

Ryan: me tropecé y me golpeé la cara con la pared.

De repente muchos de los niños gritan.

—Fueron Cristal y Selene—

Selene: no es cierto.

Cristal: pequeños delatores.

—Tendremos que llevar esto con el director—

Dice la maestra.

—No es necesario decirme nada—

Dice alguien detrás de la cortina y es el director al otro lado de la ventana.

—¿Estaba espiando? —

Pregunta confundida la maestra.

—Lo único interesante son las peleas, lo demás es solo papeleo, volviendo al tema de la pelea—

Dice el director, mientras entra al salón.

Cristal: no lo golpeamos.

—Claro que si—

—No mientras—

—Fueron ustedes—

Empiezan a gritar todos los niños.

—Tendré que castigarlas—

Advierte el director, esta muy convencido de lo que dicen los demás niños.

Cristal: pero en las cámaras demuestra lo contrario.

Selene: es cierto.

—Como saben de la existencia de las cámaras, es decir, no hay cámaras—

Dice el director algo sospechoso.

—Claro que si, y ahora que recuerdo, usted nunca les mencionó a los padres de familia, que sus hijos serían monitoreados en casi cada momento de su estadía en este lugar—

Comenta la maestra en forma de amenaza.

—Salgan niños, a jugar un rato, menos Cristal y Selene—

Todos los niños salen corriendo del salón.

—Sabes que son órdenes de una persona más arriba incluso que el alcalde—

Menciona el director algo nervioso.

—Yo digo que las deje ir a cambio de su silencio—

Sugiere la maestra.

—Si prometen no decirle a nadie sobre las cámaras las dejaré ir sin problemas, ¿Estamos de acuerdo?—

Dice el director un poco más tranquilo.

Selene: si.

Cristal: está bien.

—Me lo esperaba, cuando suene el timbre se van, mientras yo volteo hacia otro lado—

Menciona el director cerrando el trato.

Cuando suena el timbre Cristal y Selene salen corriendo del salón, pero luego regresan, toman sus mochilas, y pasan por la puerta rápidamente.

Cristal: hasta luego Elaine.

Selene: bye bye Elaine.

Elaine: adiós.

Mientras ven a sus mamás acercarse.

Cristal: lo bueno es que nos dejaron salir.

Dice Cristal con la respiración agitada.

Selene: ¿las criaturas como tú se cansan?

Cristal: ¿Cómo podrías saber qué clase de ser soy?

Selene: vamos, todo mundo sabe que los Fahrenheit son inmortales.

Cristal: es difícil matarme, pero si conozco el cansancio.

Selene: Cristal, al parecer nuestras mamás, también se llevan bien.

Cristal: ¿Por qué?

Selene: vienen para acá platicando y riendo.

Cristal: es cierto.

—mi hija me está esperando—

Dicen Amanda y la mamá de Selene al mismo tiempo y empiezan a reír.

Amanda: fue divertido platicar, pero tenemos que regresar a casa.

Selene: porque no nos acompañan a él...

Selene intenta decir algo mientras su mamá, que se llama Aura, la interrumpía.

Aura: el día de mañana, porque no vamos a comer en algún lugar.

Amanda: Si, mañana estamos libres.

Aura: les parece mañana a las tres en la gran plaza.

Amanda: me parece bien, mientras puedas tolerar más niños.

Aura: no es problema puedes traer a tu otra hija, yo traigo a mis dos hijas y a mi hijo pequeño.

Amanda: de acuerdo nos vemos.

Aura: bye bye.

Después la mamá de Cristal y ella se suben a su auto, Amanda conduce hasta llegar a la casa, cuando llegan Emy llega corriendo, las saluda con mucha alegría, y sin que Cristal se de cuenta Emy le quita la mochila, la empieza a registrar y se lleva una gran desilusión.

Emy: no trajiste dulces.

Cristal: mañana traigo, es que se me olvidaron.

Emy: que no vuelva a pasar.

Dice Emy con ligero enojo, se va corriendo al jardín de la casa.

Cristal: mamá, ¿Estás segura de que es mala idea hacerla enojar?

Amanda: si, aunque yo creo que son iguales, pero será mejor no comprobarlo.

Después Cristal va a jugar con Emy en el jardín.

Al día siguiente, después de salir del jardín de niños, van al restaurante acordado, es un lugar con área de juegos para niños, en el que venden hamburguesas, Selene y su familia pidieron hamburguesas solo de carne, ni siquiera pan.

Cristal: porque no la pediste con pan y lechuga.

Selene: quieres que me enferme.

Cristal: no, solo pregunto.

Selene: ¿sabes que comen los de mi especie?

Cristal: no se que especie eres.

Selene: escupo fuego.

Cristal: dragones, no se supone que comen de todo, pero prefieren la carne.

Selene: eso es lo que todos piensan.

Cristal: entonces.

Selene: nos hace daño, cuando somos pequeños.

Cristal: era por eso que la rechazan, creí que eran muy exigentes con la calidad.

Les dan sus órdenes y se sientan todos en una mesa grande, cuando terminan de comer, se van al estacionamiento, cuando Selene se sube al auto de su mamá, Cristal logra escuchar que la estan regañando y al parecer menciona algo de un castillo, al principio Cristal no entiende a lo que se refiere.

Al final no es problema que Cristal sea amiga de Selene, en cambio ser amiga de Susana Haro sería otra historia.

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