Edith Angel de la vida y la muerte

Han pasado 4 años desde que Cristal entro a la primaria, su madre ha decidido que debe de entrar a una clase de Karate, no es como que Cristal llevara entrenado desde los siete años y que Milena hubiera entrenado arduamente por 11 años, pero si veían la agilidad que tenía sin ningún entrenamiento aparente, llamaría demasiado la atención, sobre todo la atención de Haro industries, a su hermanita la inscribieron en la misma clase, no quería tener una batalla real contra nadie, así que todas las veces que se enfrentan Emy gana, pero como siempre la basura no puede faltar, cada vez que Cristal pierde escucha comentarios como:

—Que patético ni a su hermanita le gana—

—nadie tan torpe debería de entrar a esta clase—

—es una vergüenza para sus padres—

No es que no pueda defenderse, solo no quiere llamar la atención, y la única persona que interviene es la hija del instructor.

—Ya no la molesten, todos mejoran su nivel con el tiempo, a menos que quieran un enfrentamiento contra mi—

Después de su amenazador comentario todos se callan y continua el entrenamiento.

Pasaron varios meses de asistir a la clase de karate y ha llegado la última semana de octubre, casi todas las casas de la ciudad estan decoradas con aterradores adornos de tumbas, vampiros, zombis, esqueletos, brujas y otros monstruos, que son bien aceptados por la sociedad actual, a pesar de que en épocas antiguas les encantaba atemorizar a los minoseres comunes.

La mayoría de los niños esperan las montañas de dulces que reciben en la noche de los monstruos, pero Cristal deseara no salir a pedir dulces porque tendrá una razón muy especial.

Un día saliendo de la clase de karate, van Elaine, Emy y Cristal platicando de camino a sus casas.

Elaine: mi época favorita, cuando el color naranja se pone en todos lados.

Evidentemente lo dice porque es su color preferido.

Emy: y hay tantos dulces como para deshacer todos mis dientes en pura azúcar.

Elaine: Cristal, has estado muy callada, ¿te pasa algo?

Cristal: no, estoy bien.

Elaine: imagino que es emocionante que estén en una clase de artes marciales, a mí me encantaría ir.

Cristal: si, algo.

Emy: podrías entrar también, por cierto, Cristal no ha ganado ninguna pelea.

Elaine: espera, es en serio.

El rostro de Elaine demuestra mucha sospecha.

Cristal: pero no hay problema, lo importante no es ganar.

Emy: los niños de la clase te seguirán fastidiando hasta que les ganes.

Elaine: te conozco tan bien y estoy segura que los estás dejando ganar, ni siquiera lo estás intentando.

Repentinamente Cristal siente una sensación muy extraña y sigue caminando.

Milena: ya he sentido está presencia antes.

Cristal: enserio y significa algo malo.

Piensa Cristal, está algo preocupada.

Milena: no lo recuerdo.

Comienzan a escucharse pasos que parecen provenir de atrás de ellas.

Elaine: parece que alguien nos sigue.

Voltean Elaine y Cristal, pero no hay nadie.

Elaine: ¿Qué extraño?

Emy: exageran, nadie nos seguiría hasta aquí, estamos muy cerca del bosque más temido de todos.

—yo no estaría segura de ello, a mí me parece un lugar agradable—

Emy: Cristal no estoy para tus imitaciones.

Cristal: no fui yo.

Miran hacia todos lados y siguen sin ver a nadie, hasta que Elaine se queda pasmada al ver como una sombra muy oscura, se va formando lentamente el suelo, sola sin que nadie la proyectará.

Milena: espera ya reconocí la voz, dile a Emy y a Elaine que se alejen de aquí.

Cristal: ¿Por qué?

Pregunta en su mente.

Milena: está criatura es muy peligrosa.

Cristal: váyanse de aquí, yo las alcanzaré después.

—Vaya no has cambiado nada, no quieres que te vean caer, Cristal o debería decir Milena, la verdad no me importa—

Emy: Cristal, ¿De qué está hablando?

Cristal: no lo sé, ustedes vayan.

Emy: más te vale que ganes.

Cristal: no creo que sea necesario pelear.

Emy y Elaine salen corriendo hacia el castillo de Selene, que es el lugar seguro más cercano.

—Milena, sabes que para los fantasmas, manipular una criatura joven que no es tu descendencia, está estrictamente prohibido—

Cristal: no es lo que está pasando.

Milena: y tu bien lo sabes, Edith.

Edith: vaya, recuerda mi nombre terrenal, sabes que me enfurece que me llamen así, lo único que haces es darme más razones para eliminarte.

Edith finalmente se aparece, como una chica alta y delgada, de piel gris al igual que su cabello que es ondulado, con una capucha negra que cubre parte de su cara, sus ojos brillan de un resplandeciente color morado y una guadaña del mismo color que irradia una gran cantidad de energía, con la que lanza su ataque llamado energía letal, Milena toma del hombro a Cristal y esquivan el ataque con gran facilidad, al parecer Edith puede escuchar incluso a los fantasmas, porque escucha claramente la voz de Milena.

Milena: es todo lo que tienes, ángel de la muerte.

El comentario de Milena hace que la sangre de Edith hierva, lanza su arma en un movimiento giratorio y Milena lo esquiva, pero el ataque fue solo una distracción y Edith logra darle un golpe directo a Cristal.

Cristal: Me usaste como escudo.

Milena: no, bueno si.

Cristal: ¡¿Por qué lo hiciste?!

Milena: mi resistencia comparada con la tuya no es nada.

Cristal: y que pasó con protegerme del sufrimiento.

Milena: yo no puedo decidir eso y dijiste que no.

Cristal: ¡cuidado!

Mientras Milena y Cristal discutían, logra dirigir un ataque al rostro de Cristal, pero está vez dejando una gran herida en su mejilla.

Edith: Mejor si te distraes, así te asesino más pronto, capturo a Milena y voy tras tu querida familia.

El comentario enfurece a Cristal.

Cristal: A mi familia no vuelves a amenazar y si no entiendes, lo pagarás con tu vida.

Edith: puedo ver tanta irá en ti Cristal, es mucha comparada con tu corta edad.