Hola, mi nombre es Nahiara Soler y desde que tengo memoria he viajado con mi madre, la madre que me ha criado desde pequeña y vive conmigo, mi madre biológica, ella es una escritora mundialmente reconocida y también hija de un gran diseñador aunque no se hablan mucho, por lo que viajamos mucho, en cada viaje después de cumplir los 5 he ido aprendiendo algunas habilidades o practicándolas en donde llegamos, así aprendí a tocar todo tipo de instrumentos, aprendí también cada uno de las danzas tradicionales de los lugares a donde viajaba, al igual que defensa personal y diferentes artes marciales, pintura, costura, cocina, entre otras cosas por lo que mi madre dice que soy una cajita de monerías.
Hasta la fecha como ya mencioné no nos hemos quedado mucho tiempo en un solo lugar, pero hubo una excepción, en Japón vivimos durante un año entero, algo extraño pero agradable. Antes duramos por lo mucho un par de meses, viajábamos para que mi madre consiguiera inspiración, algunos eventos de firma de libros o algo por el estilo... aunque ambas aprendimos de los viajes estos siempre eran cansados, durar horas sentados en un avión no es para nada agradable si es que no te gusta fusionarse con el asiento claro.
Bien es hora de ir a dormir para mañana tomar el avión, y comenzar con una nueva aventura que me estará esperando en la nueva casa en París…
El siguiente día llegó antes de lo esperado pues a pesar de dormir temprano nos levantamos un poco mas tarde de lo habitual y aún así quedamos con sueño ¿cómo está eso?, bueno cuando terminamos de hacer nuestras maletas pues como siempre lo dejábamos al ultimo, hicimos varias cosas antes de irnos al aeropuerto como es por ejemplo desayunar, el despedirnos de todos los que conocimos en nuestra estancia aquí, algo que hicimos relativamente rápido, ver los alrededores por última vez este año entre otras cosas... al llegar al aeropuerto hicimos lo de rutina y cuando terminamos ya estaban anunciando nuestro vuelo por lo cual salimos corriendo a donde nos tocaba. Tomamos el avión y comenzó nuestro viaje, una nueva aventura nos esperaría, una nueva casa, un nuevo país, nuevas personas así como una nueva escuela nos esperaba.
Después de algunas horas, que me pareció una eternidad llegamos a París, salimos del aeropuerto y tomamos un taxi a la cual seria nuestra nueva casa, esta vez mi madre me había prometido dejarme terminar el año escolar sin ningún viaje de entremedio, pues se suponía que en Japón duraríamos dos años pero como podrán notar no fue así pero ella me lo repondría aquí.
Cuando llegamos al nuestro nuevo hogar bajamos las maletas y entramos en el, mi madre me mostró cual seria mi dormitorio y después de ver toda la casa comencé a desempacar, tarde un poco más de una hora era un domingo por la tarde, hoy debía descansar lo más que pudiera ya que al día siguiente mi madre me inscribiría a la escuela, ellos ya sabían sobre mi llegada solo tenían que ver algunos asuntos y me podría quedar a clases.
Cenamos y después de un rato de hablar fuimos a dormir, al día siguiente mi madre me despertó para ir a la escuela, de lo que me dijo sobre la escuela me gusto la mayoría de lo mencionado. Me vestí, llevaba un vestido celeste unos cuantos centímetros arriba de la rodilla, un saco blanco y botines del mismo color, llevaba el cabello suelto una gargantilla que me había regalado mi madre en mi cumpleaños con la forma de alas de ángel…
Al llegar a la escuela nos dirigimos a donde un hombre nos había dicho que quedaba la oficina del director, parecía ser el conserje, en ese lugar mi madre hablo con el director durante unos minutos después este pregunto:
—Señorita ¿Necesita ayuda en algo o se le dificulta nuestro idioma? -lo dijo mirando de reojo a mi madre ya que más que para mí la pregunta se la hacía a mi madre, pues si no supiera su idioma ¿Cómo le contestaría?
—No necesito nada señor, y como ve no tiene por que preocuparse -dije con un fluidez y con una sonrisa en mi rostro,
—Maestra -dijo el hombre llamando a una mujer que estaba parada junto a la puerta, a la que no había notado asta que el hombre la llamo- por favor lleve a la señorita al salón de su primera clase -después se dirigió a mi- la maestra le mostrará los salones y todo lo que debe saber sobre la escuela antes de llevarla al salón.
Me entrego una hoja donde estaban las clases y el salón donde se impartiría cada clase, después de tomar la hoja le agradecí y salí de su oficina despidiéndome de ambos, una vez afuera revise la hoja que me entrego al parecer en 15 minutos tocaba clase de historia, aunque no era mi clase favorita no podía quejarme y debía aprender más sobre el lugar donde viviría. La maestra me mostró la escuela y en aproximadamente 25 minutos terminamos el recogido y llegamos a un salón, la mujer que me guiaba llamo a la puerta y otra maestra abrió esta, la persona que me guiaba explico y asintiendo me dejo pasar una vez adentro hablo:
—Jóvenes, como pueden ver hoy tenemos una nueva alumna, a la cual han transferido a nuestra escuela -al decir esto volteo a donde estaba- ¿podrías por favor presentarte? -Nahiara asintió.
—Buenos días, mi nombre es Nahiara Soler De Luna, tengo 16 años y a partir de hoy seré su nueva compañera -dije he hice una pequeña reverencia- estaré a su cuidado.
—Bien Nahiara, veo que hablas con fluidez nuestro idioma, ¿podrías contestar algunas preguntas de tus compañeros?
—Claro maestra -dije con una sonrisa y entonces después de que la maestra digiera algo una chica castaña hablo.
—No eres de aquí ¿verdad? ¿De donde eres?
—No, no soy de aquí, yo soy nacida en el Cairo pero he viajado a muchos países con mi madre por su trabajo y me han trasferido desde Japón.
—Eso explica la reverencia -dijo un chico rubio en vos baja que al parecer nadie más escucho.
—¿Podemos saber que trabajo tiene tu madre? -dijo un chico con lentes en la primera fila.
—Mi madre es escritora… -dije sin más pues aunque aceptara contestar ya no quería hablar ya había hablado más de lo que hubiera hecho al principio pero no podía negarme a la petición de la maestra.
—¿Cual es su nombre? ¿Podrías decirlo por favor? -dijo el rubio junto al chico de la pregunta anterior.
—Berenice Soler... -entonces veo como algunos de los chicos se miran entre si.
—¿La escritora con el mayor número de libros vendidos en todo el mundo y que se presentara al fin de mes aquí en París para una firma de libros? -lo dijo muy rápido y sin respirar, note que se quedo sin aire, era la castaña que había hablado al principio.
—¿Si? -al parecer conocía a mi madre pero yo estaba deseando que la maestra detuviera las preguntas y me permitiera tomar asiento.
—¿Qué tiene eso? -dijo una rubia en la primera fila- no es más que una escritora, ni mas ni menos, ¿y ya con eso te crees superior? Ese trabajo no es nada mi padre es secretario del alcalde de París…
—Señorita disculpe pero… -dije interrumpiéndola- ¿me podría decir en que momento me creí superior? Si alguien más creé eso de mi lo siento pero si fue solo usted le pido el favor de que se guarde sus comentarios -al decir eso observo que la chica me mira algo molesta sin darle mayor importancia miro a la maestra- disculpe maestra pero… ¿podría pasar a sentarme por favor?
—Oh claro, tu lugar será en la ultima fila junto a Damián -miro como un chico pelirrojo se sobresalta al escuchar esto, agradezco a la maestra y camino a mi lugar entonces escucho que ella continua con la clase
—Hola -le digo al chico y este me regresa el mismo saludo, la clase pasa rápido para mi pues como no conocía nada del lugar se me hizo interesante, después de esa clase seguía el almuerzo, mi madre me había preparado un almuerzo así que esperaba con ansias saborearlo, al terminar la clase todos salieron pero antes de que yo lo hiciera la maestra me llamo.
—Nahiara ¿podrías pedirle los apuntes a alguno de tus compañeros? -yo asentí pues debía hacerlo si quería saber lo que han visto asta ahora y para tenerlo en cuenta para algún futuro examen- por cierto ya se les informo a los demás maestros sobre ti, Damián será tu compañero de asiento en cada una de mis clases más no te podría decir en las demás clases…
—Esta bien maestra no se preocupe me adaptare -dije sonriente y después salí del aula.
Di una pequeña vuelta buscando un lugar donde sentarme a comer hasta que encontré una banca alejada de todos la cual me pareció perfecta para mi, me senté y de mi mochila saque un recipiente con mis fideos y unos palillos pues el día de ayer mi madre solo alcanzo a comprar algunas cosas ya que las compro de camino a casa saliendo del aeropuerto y por eso hoy compraría lo que hiciera falta. Así que aquí me tienen comiendo fideos en un recipiente con dibujos de gatitos comprado en una tiendas de recuerdos, aunque no se porque tenían esto en ese tipo de tienda.
—Hola -al escuchar la voz levanto la mirada era la chica castaña y su compañera de asiento- soy Rosalya y ella es Marianne -dijo señalando a la chica de ojos azules la cual me saludaba con su mano.
—Hola… yo soy Nahiara es un gusto conocerlas… -le conteste un poco sorprendida de que viniera a donde me encontraba para presentarse.
—Nahiara ¿podemos sentarnos contigo? -me pregunto Marianne a lo que asentí, cuando se iban sentando yo tapó mi traste y guardo las cosas en mi mochila entonces la escucho decir- ¿Qué comías?
—Fideos… -no se que más decirles, no quiero que piensen que no me agradan pero no estoy acostumbrada a hablar mucho con la gente pues en los viajes cortos madre contrataba un tutor para no estar inscribiéndome en una nueva escuela cada dos o tres meses… y tampoco es como que quisiera hablar con ellas en este momento.
—Hola chicas -escucho unas voces que me sacan de mis pensamientos, bien ahora ahí más gente ¡Fantástico!
—Hola -contestamos Rosalya y yo al mismo tiempo después escucho a Marianne contestar tartamudeando.
—Nahiara ¿cierto? -dice el chico rubio, yo me limito a asentir- soy Adrián y el es Ernesto -señala al chico con lentes de su lado el cual me saluda con su mano y yo hago lo mismo- ¿no hablas mucho?
—Por lo general hablo solo lo necesario… -los observo pasando mi vista por cada uno de ellos- no estoy acostumbrada a hablar mucho con las personas…
—¿Y eso? Eres muy guapa y tienes un pelo hermoso al igual que tus ojos -dice Rosalya ladeando su cabeza- no me digas que no tienes amigos en ninguno de los lugares a los que viajabas o un novio.
—Solo tuve un amigo pero no de mi edad era un par de años mayor que yo… -¿es extraño no tener amigos? Yo no tengo por todo lo que pasa a mi alrededor y lo que soy- él es hijo de una amiga de mi madre en Japón por lo que nos volvimos amigos así que es todo...
—¡Bien! ¡Te presentaremos a todos nuestros amigos y nosotros seremos tus nuevos amigos! -dijo Rosalya levantándose de un salto y poco después levantándome a mi- ¿verdad chicos? -todos contestan de forma afirmativa y Rosalya me comienza a arrastrar.
—¡Mi mochila! - me suelto y entonces el rubio me la entrega- gracias.
Me llevaron a con cada uno de los compañeros del salón y me presentaron a ellos excluyendo a un par que según ellas la rubia se llamaba Kloe y la chica que se sentaba a su lado era Amalia, me dijeron que evitara el hablar con ellas ya que a la rubia le gustaba molestar a los demás y así me evitaría un mal momento, pero ¿quien dijo que quería hablar con todos? Yo estaba un poco incomoda por hacer algo que no estaba acostumbrada, puedo hablar con muchos adultos sobre temas que les gusta pero me incomoda hablar con personas de mi edad, es irónico ¿no?.
—¿Ahora que hacemos? -escucho a Ernesto preguntar pero revisa la hora y descubre que ya casi era hora de clases- ¿Qué materia toca ahora? -al escucharlo comienzo a buscar la hoja que me entrego el director pero antes de que la encontrara Marianne dijo que tocaba de elección libre a lo que todos voltearon a verme.
—¿Qué clase tomaras? -dijo Rosalya mirándome fijamente.
—No lo se, ¿pueden decirme que clases hay?
—Música, artes plásticas y cocina -dice Adrián pensativo- ¿Cuál te gustaría tomar? Por las tardes la escuela da clases de pintura, esgrima, he idiomas por si gustas tomar alguna extra…
—Mmmmm, todas me gustan… y sobre las extras tendré que pensarlo ¿en cuales están ustedes?
—Cocina, -hablaron Rosalya y Marianne a la vez- así puedo probar lo que Mary prepara recién lo saca del horno -prosiguió Rosalya.
—Yo estoy en música aunque solo se tocar guitarra… -anuncio Ernesto.
—Estoy en música… -concluyo Adrián.
—Mmmm, puedo cocinar en casa pero no puedo tocar… ¡esta decidido entrare a música! Las artes plásticas no me llaman tanto la atención... -mientras daba mi grito lleno de decisión sonó la campana y todos fuimos a los salones que nos tocaba cuando llegue la maestra me observa y pregunta:
—¿Eres la chica nueva? -yo asentí había más gente de la que pensé al parecer en este tipo de clases pueden juntarse los diferentes salones sin importar el grado- ¿sabes tocar algún instrumento? -todos me miran esperando la respuesta, yo solo asiento- ¿Cuál?
—¿Cuál queda disponible? -me mira con una cara irritada de que no responda una pregunta con otra- ¿podría decirme por favor?
—Solo queda el piano y violín… -la observo sin decir nada al ver que después de un suspiro iba a seguir hablando- ¿Cuál quiere? Puedo conseguir el instrumento que quieras en la bodega no te limites.
—No, así esta bien quiero tocar el piano… -me observa, no me gusto su mirada era una mirada que me subestimaba- ¿puedo?
—Bien, Adrián ¿puedes enseñarle? Tengo que ver hoy un asunto con otros de tus compañeros y...
—Disculpe maestra -digo interrumpiéndola- no necesito que lo moleste yo puedo sola…
—Mmmmm, -¡otra vez esa mirada! ¡No me subestime maestra! puedo hacer más de lo que aparento- tengo que comprobarlo te pondré una canción fácil y si la tocas sin ningún error te dejare sola -asiento y ella pone las partituras en su lugar entonces tomo asiento- cuando quiera -me dice con un semblante serio entonces veo las partituras, es Beethoven “Für Elise” ¡una de mis favoritas! Esto lo puedo hacerlo asta con los ojos cerrados, veo como la maestra comienza a impacientarse y todos los alumnos me observan ¡que nervios!, la maestra iba a hablar y antes de que pudiera comienzo a tocar.
Esta melodía, siempre me envuelve en ella, imagino lo que quiere decir la canción, los sentimientos que comparte, en repetidas veces ciertos mis ojos y toco toda la canción viviéndola, al principio si dude de tomar esta clase pues no quiero sobresalir ya que estudie música por muchos años pero como no puedo tener un instrumento por tantos viajes y ya extrañaba el volver a tocar pues aquí me tienen. Termino de tocar y la maestra me observa con los ojos abiertos pues al parecer todos pensaron que no podría tocarla entonces veo a la maestra.
—¿Lo has tocado antes? -asiento con una pizca de pena- ¿Qué otro instrumento sabes tocar?
—Bueno, en realidad se tocar todos los que conozco -digo bajando la cabeza de la vergüenza pues no quería que pensaran que era presumida pero tampoco quería mentir.
—¿Es así? -asiento- demuestra lo que dices -me dice incrédula, esta mujer en verdad cree que soy una mentirosa, pero ahora vera que no miento.
—¿Adrián? -se sorprende un poco al escucharme pero el trae un violín en la mano y la verdad soy un poco perezosa para ir a la entrada donde están al igual que no se si se pueden enojar o no- ¿me lo puedes prestar?- al parecer se olvido de lo que traía en la mano un poco sonrojado asiente y me lo entrega- por favor maestra ponga una.
Y así termine tocando el violín y la guitarra, estaba harta de la maestra que no quería creerme aunque ella dijo que tocara la guitarra para ver si no escogía los instrumentos que “ya sabia tocar” siendo que ya le había dicho que se tocar casi todo. Al final me dejo en paz y comenzó bien la clase según dijo, al parecer esta maestra es muy terca y orgullosa, ¿Qué pensaran mis madres de lo que hice hoy?, así pasaron las clases, no he hablado con los demás desde el almuerzo y ya estamos en la ultima con unos minutos para poder salir.
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Comments
Feyre💖
Esto me suena a Lady bug
2022-10-20
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