Capítulo 8 Consecuencias

Eloise estuvo teniendo pesadillas después de todo lo sucedido, se despertaba a mitad de la noche sudando, lo único que la distrajo en los últimos días fue pasar tiempo con Benjamin, pero también le molestaba el no saber nunca lo que él estaba pensando, el joven trabajaba mucho todos los días, a pesar de que se supone que estaba descansando, ella solía ayudarle a transcribir algunos documentos y a veces a ordenarlos, pero por más que ella hacia el esfuerzo por iniciar una conversación él siempre la terminaba abruptamente, aun así le gustaba estar con él, aunque fuera en silencio, pues la distraía bastante, no quería estar en casa todo el día y por el momento no la dejaban ir a su trabajo. El día del juicio también estaba bastante cerca, pero ella no quería ver a Sam, porque muy en el fondo ella seguía recordando las cosas que él hizo por ella y la cantidad de veces que la ayudo.

Después de las 10 de la mañana llego a casa de su amiga y no encontró a nadie, solo a Alice en la cocina, haciendo la lista de cosas que faltaba en la despensa.

-hola, Eli – le dijo la mujer cuando la vio 

-¿no hay nadie? – pregunto ella 

-hoy no. Cameron se quedó ayer en casa de un amigo, supuestamente para estudiar, pero yo la verdad no le creí, aun así le doy el beneficio de la duda, y Aurora se fue a trabajar- 

Su amiga era nutricionista deportiva y trabaja como nutricionista de la liga femenina de voleibol, misma a la que hubiera pertenecido si no se hubiera lesionado en la universidad. Aurora era una gran deportista, pero después lesionarse en un partido tuvo que abandonar su sueño de pasar a ligas mayores, aún practicaba deportes de vez en cuando, pero era muy propensa a las lesiones. 

-¿y Benjamin se encuentra en casa? – pregunto 

-creo que está en su habitación, si quieres sube a buscarlo – 

Eloise subió a buscarlo, toco la puerta, pero no obtuvo respuesta, toco de nuevo y tampoco, después se dio cuenta de que la puerta estaba entre abierta, así que entro.

-¿Benjamin, estás aquí? – pregunto, la habitación estaba vacía y la cama aun estaba deshecha, era la segunda vez que entraba ahí, así que aprovecho para dar un vistazo, se acercó al closet que tenía las puertas abiertas, todo estaba tan ordenado ahí, de pronto escucho un ruido en el baño y fue hacia ahí, abrió la puerta sin pensarlo y se encontró con Benjamin todo mojado.

-¿estás bien? – pregunto 

-¿Qué haces en aquí? – 

-perdón por entrar sin tocar, pero escuché un ruido, ¿Qué haces? –

-trato de lavarme el cabello, es difícil hacerlo ducharte con una sola mano y es más difícil, lavar tu cabello- dijo este y le mostró su mano herida envuelta en plástico para evitar mojarse.

-debiste haberme pedido ayuda, por eso estoy aquí, dije que te ayudaría –

-no me gusta pedir favores – dijo él 

-a veces tenemos que hacerlo – dijo Eloise y le quito el champú – 

Le tomo un momento convencerlo, pero al final le lavo le seco el pelo, cuando Benjamin se cambió de ropa, lo vio quitarse algo del brazo derecho, era algo parecido a una bandita, después lo vio ponerse un brazalete, y fue ahí cuando se dio cuenta de una cosa, jamás lo había visto sin ese brazalete, a veces incluso usaba unos un poco más grandes, y tampoco lo había visto usar manga, corta, la pregunta era ¿por qué?

- ¿en todo eso closet tienes algo que sea de manga corta? –pregunto curiosa 

-probablemente, pero hace tanto tiempo que no uso ropa así, que ya olvide si tengo o no-

-¿por qué? – pregunto ella

-no seas tan curiosa, recuerda que la curiosidad mato al gato – 

-no soy un gato – 

-segura, a veces me recuerdas a un gato – dijo Benjamin 

-¿te gustan los gatos? – pregunto ella, curiosa 

-no – respondió él 

-¿por qué? - Eloise estaba sentada sobre la cama sin tender, mientas él iba de un lado para otro, preparándose para salir.

-cuando era niño mi abuela tenía un gato, y este era un gruñón cuando quise tocarlo me araño toda la cara, desde entonces no me gustan –

Ella se echó a reír – es tu culpa por tocarlo – le dijo ella 

-Me dejo una cicatriz- respondió Benjamin 

-¿Dónde? Yo no veo nada –

-aquí – respondió él, acercándose a ella y mostrándole el lugar

-llamas a eso cicatriz – dijo ella burlándose - eso apenas se nota, nunca me había percatado, si no me dices que tienes una cicatriz en la barbilla ni me habría dado cuenta, además una cara como la tuya – 

-¿Qué tiene mi cara? – pregunto él 

-como si no te vieras en el espejo todos los días –

-sigo sin entender –

-olvídalo- respondió ella sonrojada, no quería darle el gusto de decirle que lo considera atractivo, porque lo era, ahora sabia que se parecía a su madre, y Henry el padre de Benjamin, también era muy bien parecido, y él parecía haber heredado lo mejor de ambos, pero ella no iba a decírselo – por cierto ¿a dónde vas? – pregunto cambiando de tema –

-al hospital hoy me quitan los puntos, ¿quieres venir? – 

-¿de verdad puedo ir? –

-claro, de paso te distraes, sé que no has salido mucho últimamente – 

-me he vuelto un poco paranoica y no puedo deja de pensar en el juicio –

-ni siquiera deberías pensar en eso, no es por presumir, pero mi madre solo contrata a los mejores abogados y ella misma es una de las mejores – dijo Benjamin

- ¿y tú porqué no estudiaste derecho? – quiso saber ella 

-porque no me gusta. Mucho que aprender y demasiado por leer, los abogados siempre siguen aprendiendo-

- ¿a tu mamá no le molesto que no siguieras sus pasos? – quiso saber ella 

-para nada, ella nunca me obligo a elegir una carrera, es más cuando era niño, y no quería ir a bañarme, me decía que parecía vagabundo, yo le respondía que cuando fuera grande seria uno y así no tendría que estudiar– dijo él con toda seriedad 

Eloise se dejó caer en la cama riendo - ¿por qué alguien querría ser un vagabundo, por elección propia? –pregunto 

-si fuera un vagabundo no tendría que trabajar con gente que no me agrada, ni tendría que fingir estar de buen humor todo el día, la gente da por sentado que tenemos una vida perfecta y que no tenemos derecho de quejarnos de nada –

Ella ya no respondió pues también se sentía identificada con eso, en los últimos días había eliminado su perfil en redes sociales, y también había escuchado a los vecinos decir que ella se había buscado algo como eso, por exponer tanto su vida privada, o decir que era demasiado ingenua por no darse cuenta de que su acosador era en realidad uno de sus amigos.

-¿nos vamos? – dijo levantándose de la cama, ya no quería seguir pensando en eso.

......................

Ya en el hospital, Eloise se sentía observada, después se dio cuenta de que no la estaban viendo a ella, las enfermeras veían a Benjamin, y cuchicheaban entre ellas, pero este no se daba cuenta o fingía no hacerlo, los atendió una médica bastante joven, ella se sintió ignorada, pues desde que entro solo se dirigió a él. 

-yo mejor espero afuera – dijo ella 

-no sabía que fueras tan miedosa Eloise- 

Ella se detuvo, no por lo que él dijo, si no por la manera en la que dijo su nombre, y ahí se dio cuenta de una cosa, desde sé que se conocían, ella lo había llamado por su nombre, pero ella estaba segura de que esa era la primera vez que él decía su nombre. 

-no soy una miedosa – respondió ella – pero quiero un café, ¿quieres uno? –

-no gracias, el café de los hospitales sabe horrible – respondió el – sin ofender – dijo mirando a la doctora –

-no me ofendes – dijo ella – tienes razón el café aquí sabe horrible, pero lo bebemos por qué es lo que hay – 

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Cuando Benjamin por fin termino, lo primero que hizo fue buscar a Eloise, antes intento que se quedara, para poder quitarse a la doctora de encima, pero esta se fue y los dejo solos, y  el tuvo que esquivar un montón de preguntas, sobre si estaba soltero, encontró a Eloise frente a una máquina expendedora, pero estaba tan distraída que no vio que venía un enfermero corriendo este choco con ella y casi la tira, pero el alcanzo a detenerla.

-¿nos vamos? – le pregunto, ella no respondió solo asintió,  y se aparto de el sonrojada, no era la primera vez que el notaba eso, pero prefería fingir que no se daba cuenta, pues aun  no sabía cuáles eran sus sentimientos por ella.

-¿terminaste? – pregunto ella 

-sí, ¿tienes hambre? –

-la verdad es que si – 

-¿Qué quieres comer? Yo invito –

-¿de verdad me vas a invitar a comer? ¿Debería elegir un lugar caro? – 

El no tenía mucha hambre, pero quería distraerla un rato, para que no pensara tanto en los sucesos de días pasados, ella podía fingir que no pasaba nada, pero él podía ver a través de esa sonrisa y sabia que ella no estaba bien, después de todo el hacía lo mismo, como no iba a darse cuenta cuando otros lo hacían.

-elige lo que quieras, pero hay que salir de aquí, no me gustan tanto los hospitales – 

-a mi tampoco – respondió Eloise, lo tomo por el brazo y lo condujo al exterior del lugar.  

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