Capítulo 11 ¿Recuerdas la noche anterior?

A la mañana siguiente Eloise se despertó, en la habitación de Aurora, si recordar como llego ahí, tampoco recordaba en qué momento se cambió de ropa, en cuanto se sentó se arrepintió le dolía horrible la cabeza, hacía mucho que no tomaba tanto, su amiga dormía a como piedra, con el cabello en la cara y el maquillaje corrido, lo más seguro era que ella lucia igual o peor, se levantó y fue al baño a lavarse la cara, pero se sorprendió al ver que no tenía rastros de maquillaje. ¿Tan mal se había puesto la noche anterior, que ni siquiera recordaba haberse lavado la cara? 

-no vuelvo a tomar- le dijo a su imagen en el espejo, salió del baño y vio la hora en el reloj digital que estaba sobre una de las mesitas de noche, era más de medio día, si no estuviera muriendo de hambre volvería a la cama.

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Estaba sentada con los codos sobre la barra de la cocina, sosteniendo su cabeza con ambas manos, mientras le preparaban el desayuno, cuando entro Cameron.

-BUENAS TARDES – grito 

-baja la voz, por lo que más quieras – le riño ella 

-no es mi culpa que seas una borracha, no puedo creer que aun sigan todos dormidos, son unos borrachos – dijo Cameron abriendo el refrigerador 

-¿Benjamin también está dormido? – pregunto, ella no recordaba que él hubiera bebido el día anterior.

- el joven Benjamin, desayuno en su habitación y volvió a la cama tenía dolor de cabeza- dijo el ama de llaves 

-¿también tenía resaca? – pregunto Cameron 

-no, él tiene dolor de cabeza, porque se desveló, cuidando a los demás, anoche hicieron un desastre, él me mando a descansar y me dijo que él se encargaba de que nadie se ahogara en la piscina, no sé a qué hora se habrá dormido – 

-¿él hizo eso? – pregunto Eloise 

-¿Cuánto bebiste anoche? – le pregunto Cameron, mientras bebía un vaso de jugo.

Al final, casi no puedo desayunar tenía demasiadas náuseas, así que volvió a subir, y fue a buscar a Benjamin para preguntarle por la noche anterior. Toco la puerta, pero no tuvo respuesta alguna, así que intento abrirla y esta se abrió sin problema alguno, la habitación estaba en penumbras, las pesadas cortinas estaban echadas y no permitían el paso de la luz del exterior, también estaba un poco más frío que el resto de la casa, aun así Benjamin estaba dormido sobre las sábanas desordenadas, la poca luz que había se filtraba por debajo de la puerta, una vez que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad de la habitación, vio que había un frasco de analgésicos y un vaso con agua sobre la mesa y se sintió tentada a robarle una, para calmar su dolor de cabeza, así que lo hizo, después tomo la manta que había en uno de los sofás y la puso sobre Benjamin, este se movió un poco y siguió durmiendo. Eloise no quería salir de ahí, ya que sabía que afuera la luz sería muy molesta, así que se acomodó junto a él, la idea era estar ahí hasta que la pastilla comenzara a hacer efecto, pero enseguida se quedó dormida.

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Benjamin se despertó, sintiéndose, mejor se sentó levantando el antifaz que cubría sus ojos, se lo había puesto, porque prefería la completa oscuridad cuando le dolía la cabeza, fue al baño y después de hacer sus necesidades, se desnudó y entro a la ducha, dejando que el agua caliente terminara de despertarlo. Al salir se sentía más relajado, tomo una toalla y la enredo en su cintura, después tomo una más pequeña y para secarse el cabello, se rasuró, se puso loción, desodorante, y demás, también se secó el cabello con la secadora, para cuando termino su rutina, el resto de su cuerpo había terminado de secarse, así que salió del baño, lo primero que hizo fue encender la luz de su habitación. Se llevó el susto de su vida al ver que había alguien sobre su cama.

-oye, despierta, ¿Qué haces en mi habitación? – le pregunto a Eloise, después de dos intentos más esta reacciono.

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Cuando Eloise se despertó se llevó varias sorpresas. Primero estaba en una habitación que no era la suya, después recordó, donde estaba, y quería que se la tragara la tierra, pues no tenía manera de explicar que hacia ahí si parecer pervertida. Segundo, Benjamin estaba frente a ella casi desnudo, parecía recién salido de la regadera, él se notaba molesto, pero ella todo lo que veía era, a él, nunca lo había visto así, debajo de tanta ropa, el joven no solo escondía un cuerpo bien trabajado en el gimnasio, sino que también, algunos tatuajes, y varias pequeñas cicatrices, eso le dio mucha curiosidad. 

-¿y bien señorita, que explicación tienes para mí? – 

-ninguna que tú vayas a creerme – Eloise no podía concentrarse, pues aunque él estaba molesto, a ella le parecía, increíblemente sexy, verlo así, además tenía el cabello desordenado, y olía delicioso.

-deja de mirarme, pervertida- le dijo Benjamin, y le arrojo, en la cara, la toalla con la que se había secado el cabello.

Cuando ella se la quito él le había dado la espalda y se dirigía a su closet, El tenía otro tatuaje en la espalda, pero este solo iba por la línea de la columna, Eloise sabía que no debía ver, pero no podía evitarlo “pensamientos impuros, activados” 

-basta, pervertida- se dijo en voz baja y se tapó de nuevo con la toalla, pero no resistió la tentación y cuando se destapó de nuevo, él ya se había puesto unos pantalones, sueltos, como los que solía usar en casa.

-¿y bien, ya me dirás por qué estás aquí? – pregunto Benjamin, mientras caminaba de regreso a la cama, traía los pantalones bastante bajos y ella podía ver el borde de la ropa interior del chico.

-este yo – dijo ella 

-ya sé, es por lo que pasó entre nosotros anoche –

Eloise tomo una almohada y se cubrió con ella - ¿Qué paso ayer?, ¿No hicimos nada verdad? –

-¿te parezco la clase de persona que se aprovecha de una chica borracha? – pregunto él un tanto ofendido sentándose en la cama, a lado de ella 

Ella negó con la cabeza – supongo que la que hizo algo fui yo, ¿verdad? –

-eres un peligro estando borracha, pero también eres muy sincera – dijo él sonriendo, parecía de bastante buen humor, así que ella supuso que él, supuesto mal humor de antes era fingido.

-¿dije algo? – 

-dijiste muchas cosas, pero supongo que es mejor que no las recuerdes, y respecto a que estés ahora en mi cama, hiciste eso estando sobria, y no sé si quiero saber la razón – dijo él poniéndose de pie, se puso la playera que traía en la mano – me siento acosado ahora, ya no sé cuál tú es más peligrosa, si esta o tu versión borracha – 

Ella seguía sentada abrazando la almohada, cuando él llego a la puerta, se detuvo – voy a la cocina, ¿vienes, o quieres seguir durmiendo? –

Ella se levantó y corrió tras él, - te juro que tengo una explicación, para estar en tu cama- Benjamin se detuvo de golpe y ella chocó contra su espalda.

-a mí también me gustaría escuchar esa explicación – dijo alguien más 

-¿Eliot? – Eloise se puso pálida al ver a su hermano 

-¿se puede saber que haces en la habitación de este sujeto? – 

-¿tú qué haces aquí? –

-vine por ti, porque no has vuelto a casa desde ayer, me dijeron que estabas en la habitación de Aurora, ¿acaso nos has visto la hora?, son las tres de la tarde, ¿Qué diablos hacen ustedes dos encerrados en una habitación a estas horas? – 

-no hicimos nada malo, solo dormíamos – respondió ella en voz baja

-¿quieres que te crea eso?, estás en pijama aun, y este idiota parece recién salido de la ducha, así es como te das a respetar, ¿quieres que todo mundo hable de ti de nuevo? –

Cuando Benjamin miro a Eloise esta parecía a punto de llorar, esta se había quedado callada, y solo miraba al piso.

-¿no vas a decir nada? – Dijo su hermano -Bueno tu silencio lo ha dicho todo – 

-¿Qué haces ahí parada, no quieres comer? – Le pregunto Benjamin, extendiendo la mano hacia ella, esta lo miro un tanto confundida - ¿Qué esperas? Muero de hambre – 

Ella miró a su hermano, que estaba furioso, y después a Benjamin, este le guiño un ojo, así que ella tomó su mano, y bajo las escaleras con él. 

-¿quieres comer afuera? – pregunto él y ahí fue cuando ella se percató de que habían salido de la casa y estaban frente al auto de Benjamin, ella estaba usando pijama y sandalias, pero su otra opción era volver al interior y lidiar con su hermano, así que entro al auto. Pero se arrepintió al llegar al lugar, por más que se acomodó y se recogió el cabello, se sentía desarreglada.

-¿quieres volver? Puedo conseguir algo para llevar – dijo Benjamin 

Ella lo vio él también estaba en sandalias, además era fin de semana, y ella también moría de hambre.

En el interior, sintió las miradas de todos, solo después se dio cuenta, no la veían a ella, veían a su acompañante, pues parecía modelo, con un estilo despreocupado y el cabello desarreglado. 

-¿Por qué le tienes miedo a tu hermano? – pregunto Benjamin, mientras les traían la comida 

-no es que le tenga miedo, es solo que él puede decirle a papá, además, no me gusta que la gente hable de mí –

-déjame preguntarte algo, ¿hicimos algo malo? –

-pues, no pero, -

Fueron interrumpidos por la camarera, que les traía la comida, -gracias – dijeron ambos, y comenzaron a comer.

-¿y si hubiera sido al revés? – Pregunto, Eloise de repente – si tú hubieras visto salir a un chico del cuarto de hermana, ¿qué harías? – 

-nada, no es asunto mío, mientras lo haga de manera responsable, que haga lo que quiera, ella no me pertenece – dijo él como si nada 

-supongo que tienes razón –

-¿y tú acaso le perteneces a alguien, que tienes que dar explicaciones de lo que haces? – dijo Benjamin

-pues no, pero él es mi hermano mayor, o dime ¿tú no le das explicaciones a nadie? –

-¿me estás preguntando si le pertenezco a alguien? 

-tal vez – dijo ella, nerviosa por la respuesta 

- pues según yo no, pero ayer me enteré de que al parecer tengo dueña, y yo ni sabía- dijo él tranquilamente 

Al escuchar eso ella tuvo un flashback de la noche anterior, recordó haberle dicho que olía delicioso, y que era suyo– voy al baño - dijo y se puso de pie de repente

-¿estás bien? – pregunto el extrañado de su reacción 

Ella asintió, sin verlo a los ojos, al llegar al baño se lavó la cara, fragmentos de la noche anterior, seguían apareciendo, y se dio cuenta de que porque Benjamin parecía tan sorprendido, de verla en su cama, de verdad parecía una pervertida. Se tomó su tiempo en salir, y cuando volvió a la mesa, la comida había sido recogida y remplazada por dos cuencos de helado.

-¿todo bien? –pregunto él 

-lo siento – dijo ella sentándose 

-¿por? –

-por lo de anoche, me porté como una loca, también por haberme quedado dormida en tu cama, cuando solo iba a ver como estabas, pero supongo que fue la pastilla –

-¿Qué pastilla? – 

-me tomé uno de tus analgésicos, me dolía mucho la cabeza –

-está bien, pero no vuelvas a tomarte mis medicamentos, esos analgésicos son demasiado fuerte, por eso te dio sueño, causan, somnolencia, por eso no me gustan, solo los tomo en ciertos casos, además, requieren receta, médica, por eso, fue bastante irresponsable que te los tomaras, sin saber bien que eran –

-¿por qué no estás molesto? –

-no puedo – respondió él bostezando 

-¿Por qué? – 

-efectos secundarios del medicamento, me relaja demasiado –

-¿y porque a mí no, tomamos lo mismo? –

-mi dosis, es más alta que la tuya, ya te dije, es un medicamento controlado, pero cambiemos de tema, no me gusta hablar de eso – 

-está bien, dime ¿dije algo más anoche? –

-¿no recuerdas más? – 

-¿hay algo más que recordar? – pregunto ella

- no para nada - dijo él sonriendo

Llego a su casa entrada la noche y después del regaño de sus padres por irse todo el día se fue a su habitación, cuando ya se había duchado y estaba en cama, y a punto de dormirse lo recordó.  

-¿quieres ser mi novio Benjamin Young? –esa era la pregunta que había olvidado, Cómo lo vería a la cara ahora que había recordado todo lo que le dijo. 

Tomo su celular, y envió un mensaje – ya recordé lo que te pregunte anoche, ¿entonces ahora estamos saliendo?, dijiste que lo hablaríamos si lo recordaba-

-ya duérmete, Williams, déjame hacer ejercicio – fue toda la respuesta de él, ella vio el celular hasta quedarse dormida, pero no obtuvo otra respuesta, al parecer la había rechazado otra vez.

2:00 am, mensaje entrante 

De: Benjamin 

-si me lo preguntas otra vez estando sobria, te digo que sí. 😉 

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