Capitulo 19. Padre adoptivo

Mientras que Bastían trataba de ayudar a su teniente, mientras que Cybelle y Elma trataban de contener a los ángeles.

-Vaya son muy resistentes señoritas -Se escuchan aplausos- Las felicito...Aunque podrán con lo siguiente.

En menos de un minuto ya no solo habían dos ángeles empezaron a aparecer más y más, como si se tratara de un llamado. Pero estos no eran verdaderos ángeles eran clones.

-Yo creo que con cien clones bastará -Dijo Gabriel- Ahora veamos cómo logran contenernos jajajajaja nunca me había divertido tanto haciendo esto.

-Lo que nos faltaba -Dijo Cybelle- Ni modo toca hacer horas extras de trabajo.

-No estás asustada jovencita? Me sorprende que no estés vomitando de miedo en este momento -Menciono Amaterasu- Eres muy valiente o simplemente una suicida.

-Soy una suicida bastante valiente -Respondió- Y si tengo mucho miedo, pero no pienso dejar que esté me controle.

-Bueno dicho Cybelle, ahora empecemos esto.

Elma se fue directamente hacía Gabriel y lo empezó a atacar con todas combinaciones de ataques, esto le consumía bastante energía pero sabía que si dudaba por lo menos un momento podría morir. La subteniente peleando al tu por tu y haciendo daño lo cual es bastante importante. Amaterasu estaba apunto de ir a pelear junto con su compañero pero se fue hacia el suelo cuando Cybelle le logro conectar un gancho en las costillas.

-A dónde vas perro? Está es mi revancha por lo de la última vez, yo misma me encargaré de matarte.

-¡Esa es la actitud! -Grito con una sonrisa- Ven y ataca con todo lo que tengas pequeña Cybelle.

La humanidad contra todo pronóstico estaba conteniendo bastante bien a esos clones, pero eso no significa que no tuvieran bajas. Comandados por el general Ares lograban eliminarlos cada vez más rápido.

-No duden soldados y ataquen, ya solo quedan cincuenta colones. ¡Es nuestro momento!

-¡Si!

La humanidad por primera vez pensaban que podrían ganar esta batalla, la cual ya tenían perdida. Todos estaban eufóricos atacando sin contenerse, mientras que Bastían trataba de ayudar a su teniente.

-Bastían..Por mi culpa todo mi escuadrón murió, si no los hubiera utilizado como carnada ellos seguirían aquí. ¡Cómo me puedo ser su teniente cuando no los pude salvar!

Murieron soldados novatos que nunca habían estado en un campo de batalla tan feroz, murieron soldados los cuales habían prometido sobrevivir ¡Murieron soldados que no merecían morir! ¡Murieron soldados que no pudieron despedirse de sus familias!

En esta batalla se comprobó que dios no existe, ya que si existiera porque permitiría este tipo de atrocidades hacía los humanos, porque permitiría este tipo de masacres. Este era el tipo de pensamientos que estaban en la cabeza de todos eso soldados los cuales luchaban ferozmente por sobrevivir.

-Alguien se lo tiene que decir y ese tendré que ser yo señor -Lo tomo de la cara- ¡Quedarse aquí no evitará que soldados mueran! No es el único que está sufriendo por todas esas muertes, he visto morir en esta batalla a personas las cuales consideraba más que unos simples compañeros de trabajo.

Ignacio se quedo en silencio sin decir ninguna palabra y sin mostrar expresión alguna sobre todo lo que Bastían le decía.

-Sabe algo, usted es la persona a la que más admiro ya que me mostró esa luz para seguir adelante y no darme por vencido...Pero en estos momentos no logro reconocerlo teniente Ignacio, me retiro a seguir luchando por favor manténgase a salvo

Sin más que decir Bastían se fue para tratar de contener a esos clones, los cuales ya cada vez quedaban menos. Está batalla fue la más sangrienta que posiblemente viva la humanidad, todos estaban esforzándose bastante superando sus límites cada vez más.

En otra parte del campo de batalla Cybelle le estaba proporcionando la paliza de su vida a Amaterasu, quien ahora ya no solo tenía heridas superficiales si no que en verdad estaba sufriendo en la batalla. Elma hacía lo que podía para poner en su lugar a Gabriel pero este con el paso del tiempo iba aumentando su intensidad en los ataques.

-¿Qué sucede subteniente? No me digas que ya llegaste a tu límite -Menciono Gabriel- Es una lastima y justo cuando me estaba poniendo serio.

-Ja bromeas -suspiro- Esto solo fue el calentamiento, no pienso rendirme tan fácilmente.

-¡Esa es la actitud! Ahora veamos cómo manejas mi siguiente ataque. Técnica secreta. Primera ala: Lanza de longinus.

-Batalla cuerpo a cuerpo -Dijo Elma- Mi especialidad

Era una lanza bastante larga con doble y que se llega a dividir con forma de horquilla cerca del centro. Es bastante imponente gracias a su tamaño y sin duda puede causarte una de las muertes más dolorosas, con un simple corte bastaría para que el cuerpo humano se empiece a pudrir poco a poco.

El intercambio de golpes entre estos dos fue de tal grado que hacía temblar el suelo, Elma sabía que si continuaba sin protección terminaría bastante herida así que decidió ponerse sería y creo su mejor movimiento de defensa una armadura de sangre.

-Sin duda el rojo le queda bien, pero una armadura no hará la diferencia en nada.

-Eso es lo que tú crees, pero menos charla y más acción.

Los golpes cada vez eran más fuertes y precisos de ambos peleadores, no se lograba notar la diferencia entre ellos dos. Esto era una lucha sin cuartel en dónde una de los humanos más poderosas estaba poniendo contra las cuerdas al ángel que les ha traído bastante dolor, sufrimiento y lágrimas.

Cybelle seguía en su batalla y cada vez más ganaba más terreno, la princesa de la oscuridad en estos momentos no tenía miedo a nada incluyendo a la muerte. Aunque no todo le estaba saliente bien, cada vez sus ataques perdían más velocidad por la bastante energía que consumía su transformación. Y en un terrible descuido recibió con todo su cuerpo el calor sofocante de la autoproclamada "Diosa del sol" Amaterasu.

-Llego la hora de lucirse -Exclamó con una sonrisa- pagarás por ser tan irrespetuosa mocosa, prepárate para ser devorada por mis llamas.

Cybelle no tuvo ni tiempo de dar un suspiro cuando el ángel ya la estaba golpeando sin piedad alguna, aquí si dejabas que tu rival se levantará significaba derrota, los golpes fueron tan brutales que empezó a brotar sangre del rostro de Cybelle pero no estaba en su plan morir de una manera tan patético y con un golpe de suerte logro quitarse de encima a la ángel.

-Vi pasar mi vida en un segundo.

-Sin duda eres muy resistente señorita -aplaudió levemente- Es de admirar lo fuerte y feroz que eres...Pero podrás seguir con ese ritmo.

Por otra parte del bosque Bastían se encontraba matando a los pocos clones que seguían vivos, pero al ver fuertes explosiones en dónde estaba Cybelle rápidamente se fue hacia allá no sin antes llevarse a la joven Astrid para que curará a quienes estuvieran heridos...Pero no fue el único que se puso en acción si no que por fin el teniente Ignacio se había recuperado y se dirigió a toda velocidad en su motocicleta para brindarle ayuda a sus queridos alumnos.

-Perdón por la tardanza muchachos, no estaba pensando claro las cosas pero ya estoy mejor -Menciono Ignacio- Astrid encárgate de curar a Elma y Cybelle. Mientras que Bastían y yo les damos una lección a esto ángeles por cierto lo hicieron muy bien en mi ausencia chicos.

-Vaya vaya te recuperaste rápido Ignacio, pero no tienes que llorar por tus reclutas. Me encargaré de mandarte al infierno, justo en dónde ellos están.

-Cierra la boca -Dijo firmemente- No pienso dejar que hables así sobre mis reclutas, prepárate porque la paliza que estoy apunto de darte le va a doler hasta tus ancestros.

-Tienes valor para ser un simple humano -Respondió Gabriel- Me será más fácil matarte ya que tú si eres humano completamente.

-Ven e intenta matarme, si es que en verdad tiene la capacidad para vencerme. Muchachos llegó la hora del contraataque de la humanidad.

Ignacio aunque sea un humano sin poderes y sin una gran capacidad física era capaz de esquivar los ataques del ángel y contraatacar al instante con su katana. Esto pego bastante en el ego de Gabriel ya que un humano común y corriente le estaba proporcionando unos golpes con bastante fuerza.

Mientras eso sucedía Bastían se encargaba de Amaterasu está batalla prometía para dejar a un oponente muerto, era la batalla de los autoproclamados dioses del sol. Y sin duda ese apodo les queda corto a ambos, ya que estaban demostrando su poder en el máximo espléndida tanto que aumentaron la temperatura del bosque por lo potentes que eran sus llamas.

Los dos humanos más fuertes trabajando en conjunto para darle la victoria a los humanos...Hasta que sucedió algo que podría poner la balanza a favor de los ángeles. Un error de Bastian lo había dejado por la defensa bastante vulnerable y su vida estaba pasando frente a sus ojos.

-¿Por qué no logro moverme? -pensó- Acaso este es el fin de mi historia.

-¡Bastían!

El teniente al ver cómo su soldado estaba a punto de morir no lo dudo ni por un segundo y fue a salvarlo. Utilizando su cuerpo como escudo, pero a causa de eso quedó con daños bastante graves que ni la mejor medicina podría curar.

Ignacio ya sabía lo que estaba apunto de pasar y no tenía miedo porque estuvo esperando este momento durante años. El sabía que si Bastían moría la humanidad tendría menos oportunidades de ganar el combate.

-¡Teniente Iggy!

-Ay no...Bastían estás bien -susurró el teniente- Por favor dime qué estás bien, porque si no fue en vano lo que hice.

-Por favor teniente no se mueva. ¡Astrid ven aquí! ¡El teniente necesita atención!

-¡Bastían cállate y escucha! -Grito Ignacio- Yo sé que no voy a sobrevivir y eso no me molesta he esperado este momento durante años. Y mi misión al parecer llegó a mi final, me voy pero no regresaré

-Por favor teniente no muera...Usted no puede morir -Dijo entre lágrimas- Yo quería que asistiera a mi boda y que me viera con orgullo, como un padre lo haría.

-Se feliz y cuida de Cybelle...Si llegan a tener hijos cuéntales sobre lo heroico que fui yo...Tu padre adoptivo

Esas fueron las últimas palabras del teniente Ignacio quien murió en los brazos de sus estudiantes más fuertes. Solamente se logró escuchar como el corazón de ellos dos se rompía junto con sus esperando de seguir luchando.

-¡Que más quieres de mi Dios! Siempre me arrebatas a las pero que quiero ¡Por qué eres tan injusto conmigo!

Bastían gritaba y se lamentaba en repetidas ocasiones por la muerte de su maestro, la única persona que en verdad lo cuido y lo quiso como si fueran padre e hijo.

-Mocoso deja de lamentarte -Dijo Amaterasu- Hacer eso no te lo devolverá, y por cierto te lo vuelvo a repetir. Dios nos ama a todos por igual solamente que ustedes tres son la excepción.

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