Capítulo 11. El reencuentro

Se podía sentir una gran tensión en el cuartel general ya que apenas habían pasado unos días de la masacre que hubo. Todos se encontraban con un pésimo estado de animo incluso el general. Pero prefirieron dar vuelta de hoja y se prepararon para la reunión militar que tendrían.

-Ya casi es hora, quiero que todo salga perfecto el día de hoy. Sargento quiero que refuerza la seguridad aún más, y también estén preparados por si llega a haber ataques enemigos.

-Entendido subteniente. ¡Ya escucharon soldados no quiero ni un error el día de hoy!

En el rostro de Elma se notaba cierto nerviosismo ya que el pueblo del norte y el pueblo del sur fueron los mayores protagonistas de "la guerra de los cien años". Y tenía miedo que se desatará el desastre en estos momentos.

-Elma, relájate yo igual estoy nervioso. Pero debemos de mantener la paz, mejor dime en dónde está Bastían.

-Me pide lo imposible teniente, este si no le equivoco Bastían estaba patrullando alrededor para evitar cosas intrusos.

-Ok, dile que deje lo que está haciendo y se dirija al bosque. El coronel dió la orden para que la joven Astrid esté el día de hoy bajo el cuidado del cuartel.

-Creo que ya comprendo el porque. Bueno entonces me retiro mi teniente.

Por otra parte Bastían se encontraba un poco emocionado ya que conocería al general del ejército del norte. El fue un héroe de guerra ya que acabo con todo un pelotón el solo, y Bastían era su fiel admirador.

-Concéntrate Bastían, no te dejes guiar por el fanatismo. Ahora bien espero que después de esta reunión no se desate una guerra, ya que es lo último que necesitamos.

Unos minutos después por fin Elma encontró al joven así que le dió la orden que le dieron a ella.

-Entendido subteniente Elma, me retiro para ir por la señorita Astrid.

Bastían tomo una motocicleta y rápidamente se fue, ya que mientras más rápido cumpliera su encargo más tiempo tendría para descansar. Sin más pasaron unos cuantos minutos hasta que por fin encontró la dichosa cabaña.

-¡Buenas tardes soy el sargento primero Bastían!, señorita Astrid vengo aquí por órdenes del general, ya que posiblemente allá ataques en esta zona.

-Un momento por favor...Solo deme un momento.

Astrid como de costumbre estaba preparando medicinas nuevas para el cuartel ya que este le pagaba y le proporcionaba protección.

-Perdón por la tardanza sargento, por favor pase y tome asiento mientras preparo mis cosas. Usted es un nuevo soldado, ya que nunca antes lo había visto

De pronto se escucharon unos cuantos pasos por la cabaña, eso alertó un poco a Bastían ya que pensó que solo vivía ahí la niña.

-Disculpe ¿Quién más vive aquí? Es que me comentaron que usted vivía sola.

-No se preocupe señor, es una amiga que es muy fuerte. Ella es mi compañera de trabajo y de aventura.

-Veo que están hablando de mi...¡Astrid alejate de el! ¿Que diablos haces aquí Bastían? ¿A qué viniste?

-Espera...Ustedes dos se conocen.

Bastían apenas escucho la voz ya sabía que se trataba de quién alguna vez fue su aliada, así es la otra persona era Cybelle. Ella ya no lucía como antes, ahora ya no tenía un brazo y su cabello lo tenía aún más corto.

-Pero vaya que la vida te ha tratado mal Cybelle. Aunque debo de admitir que te vez más atractiva y fuerte, pero tranquilo vengo en paz.

-Y eres tú el que me lo dice, mírate ahora perteneces a las fuerzas armadas del sur. Nadie nunca esperaría eso de ti, además que me sorprende que sigas vivo después de tantos meses.

-Jajajajaja si te soy sincero yo ya te hacía muerta, pero veo que sigues más viva que nunca. Bueno volviendo al tema principal, señorita Astrid necesito que se apresure ya que se hace tarde.

-Bastían... Porque te la tienes que llevar. A menos que me des un buen motivo la dejaré, pero por el momento está niña está bajo mi cuidado.

-Cybelle esto es información confidencial pero te la diré. Tendremos una reunión con el pueblo del norte y posiblemente se desate una guerra en todo el bosque. Es por eso que el general me ordeno venir por Astrid.

-Si es por eso entonces llévatela y más te vale que la cuides muy bien. Porque si algo le llega a pasar yo te mató a ti, Astrid cuídate mucho y llévate tu cuchillo para que te defiendas.

-Entendido Cybelle, oiga sargento ella nos puede acompañar. Es que tengo miedo a que le llegue a pasar algo.

Bastían tomo la maleta de Astrid y solamente respondió a la pregunta de la forma más neutral posible.

-Desafortunadamente no será posible ya que solo me dieron órdenes de llevarte a ti. Pero tú tranquila Cybelle es incluso más fuerte que yo, ella podría lidiar fácilmente con cualquier oponente ¿O me equivoco?

-Me ofende que dudes de mi fuerza Astrid, aún sin un brazo soy capaz de ganarle al soldado más fuerte, así que por favor vete tranquila.

-Bueno entonces nos vemos luego Cybelle, cuídate mucho por favor.

-Si tranquila, Chico fuego si le haces algo o le llega a pasar algo. Te destruiré sin importar las consecuencias.

Bastían subió a la motocicleta, le puso el casco a Cybelle y sin más se dirigieron al cuartel general. Al parecer iban un poco retrasados así que Bastían aceleró aún más.

-Subteniente Elma, ya estoy aquí lamento la tardanza pero me encontré con una conocida.

-Luego hablamos de eso, mejor apresurense porque los estamos esperando para dar inicio a la reunión.

Después de cinco minutos caminando por fin llegaron al salón de juntas, ahí ya se encontraban los altos mando del ejército del norte y por otra parte se encontraba el teniente Iggy.

-Discúlpenme por la tardanza señores, surgieron unos inconvenientes. Me presento soy el sargento primero Bastían Fernández, es un honor conocerlos.

-Tranquilo Bastían no te disculpes, mejor toma asiento y déjame te presento al general y coronel del ejército del norte. El coronel es el señor Benedict III encargado de los materiales de guerra.

-Gusto en conocerlo sargento.

-Y el general de las fuerzas armadas del norte, el señor Zenit Petrov.

-Gusto en conocerlo jovencito.

-El gusto es mío señor, se la mayoría de sus hazañas.

-Oh me halaga sabe eso.

-Perdón que los interrumpa pero podemos dar inicio a la reunión.

Todos tomaron asiento en una mesa redonda, esto ya que el general del sur consideraba a todos sus hombre iguales.

-Los cité aquí el día de hoy por lo sucedido en el pueblo del oeste, como ya sabrán hubo un genocidio en masa. Se calcula que hubo más de 10,000 bajas, todo esto gracias a esas cosas que se les llama ángeles.

-Por la información que pude recolectar todos los que llegan a tener poderes, fue gracias al encuentro que llegaron a tener con los ángeles. Tengo una duda para la subteniente Elma y para el sargento, ¿Cómo estamos seguros que ustedes no son traidores?

-Señor Benedict le pido que cambie su pregunta por favor -Menciono Bastían manteniendo la compostura- Esto se lo digo con todo respeto.

-Bastían por favor responde. Para acelerar las cosas.

-Como ordené general. Una de las pruebas que no trabajo con los ángeles y mucho menos soy uno de ellos, es que me he enfrentado a ellos por más de una ocasión. Y en esas dos ocasiones casi termino muerto.

-Ya veo, y usted subteniente cómo se que no es una traidora.

-Señor Benedict me sorprende que todavía desconfíe de mi, cuando ya nos hemos visto por más de una ocasión. Y mi encuentro con los ángeles fue justamente en operación de batalla junto con el teniente Ignacio.

-Bueno continúe por favor Ignacio.

-Como les venía comentando, la poca información que tenemos, les puedo casi confirmar de que los ángeles son seres casi perfectos. Y como todo ser humano tienen una debilidad pero que es muy difícil que muestren.

-¿Cuál es esa debilidad?

-Esto yo mismo se lo puedo confirmar coronel, ellos pueden crear ciertos escudos que son imposibles de romper sin importar que arma se use no se logrará romper. Pero si se le llega atacar de todas las direcciones posibles ese escudo se debilitará poco a poco. y cuando el escudo este lo más frágil es el momento para el contraataque.

Iggy seguía explicando todo hasta que llego a la parte más importante de toda su explicación.

-Pero quienes en verdad pueden derrotar a los ángeles, son las personas con poderes ya que le podrían dar batalla en cuestión de cuerpo a cuerpo.

-En resúmen teniente, para que necesitan las fuerzas militares del norte.

-Necesitamos que sean la carnada para debilitar lo suficiente a los ángeles y así los dotados aprovechen para darle el golpe final.

-Ya veo, así que quiere que seamos la carne de cañón, mire denos una semana para pensarlo y después de eso le daremos su respuesta. Por el momento ya nos retiramos, un gusto en volver a tener platicas con ustedes.

-Esperamos su respuesta.

Afortunadamente la reunión termino en buenos términos para cada uno de los pueblos, solamente faltaba el apoyo militar del norte para que se de inicio el contraataque final contra esos malditos ángeles.

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