LAS DUMONTS SE RESPETA

Y si la situación implicará la tranquilidad de Alya, los cachorros y la manada.

- No, mi mujer no es débil, mis hijos mucho menos, este es la fuerza del destino, lo que venga lo enfrentamos, y si suena egoísta lo lamentó, pero con Alya todo sin ella nada, mi mujer tiene que estar a mi lado, ella es mía yo de él, si ella no está conmigo para qué quiero la vida si no es para amarla - Hades tenía la contundencia en sus palabras.

- Aline sonrió antes de hablar - Pues suframos todos - Aline tenía cierta tan tranquilidad luego de escuchar a su hermano.

- Ven aquí, quiero abrazar a mi hermana pequeña - Hades le hizo señas y la Vampiresa se le acercó mientras Hades se levantó, ambos se fundieron en un abrazo reconfortante para el alma.

- La noche estaba tranquila, los pasos de la hermosa mujer que se acercaba hasta dónde se encontraba Artemis se sentían livianas - Pensé que no vendrías- Expresó Artemis, dentro de sus ojos se remolinaba la ira, pero cuándo la vio todo sentimiento de odio fue remplazado por él deseó de tocarla.

- La hija de Hades Dumonts nunca olvida sus palabras y nunca pisa por ellas - La arrogancia de Alya DuPont estaba reflejada en este preciso momento en Amélie.

- Debo aplaudir tus palabras Amélie- Artemis se acercó a la joven.

- Los ojos de Amélie contenía burla - Aún sabiendo quién soy, sabiendo que te mentí, no eres capaz de hacerme daño - Amélie tenía la seguridad de aquello y Artemis lo sabía, no podía hacerle daño, y aunque quisiera su jodido corazón, aquel órgano que no sabía que funcionaría algún día, ahora late desenfrenadamente por la cercanía de una mujer y no cualquier mujer, era la hija de su peor enemigo, ella era su sobrina.

- Quiero ver tu cabello con el color de los Rayos del Sol - Artemis estaba hechizado por la hermosura de la mujer.

- No estás calificado - Amélie le dio la espalda, pero Artemis no estaba dispuesto a aceptar la negativa de la rubia - Te he dicho que quiero verte de rubia.

- A mí no me asustas Vampiro, suéltame- Amélie nunca retrocederá ante alguien y mucho menos ante el enemigo.

- Me gustas - Las palabras de Artemis, dejo que los ojos azules de Amélie se volvieran más intensos.

- ¿Es así? Amélie se acercó al Vampiro.

- Te lo demuestro cómo quieras - Artemis tenía seguridad en su voz.

- Déjame marcarte- La rubia le sostenía la mirada, mientras que poco a poco se quitaba el pelo azul - Déjame marcarte- Volvió a repetir Amélie, esta vez su rubio cabello estaba ante la mirada de Artemis.

- ¿Eso quieres, pequeña loba?

- No eres sordo, has escuchado bien, pero no estás dispuesto a nada por mí- Amélie tenía los ojos brillantes, en cualquier momento podría llorar, aquello detonó la locura y la debilidad de Artemis.

- Márcame cómo tuyo - Amélie no dudo ningún segundo en acercarse, la rubia posó sus manos en el abdomen del Vampiro, logrando que ella sea la primera mujer aparte de Alya DuPont quién erizara su piel, pero la dominante manera de ser de Amélie en él era más fuerte.

- Artemis sintió un pequeño pinchazo en su cuello, su sangre reaccionó de manera inmediata, el hombre echó la cabeza hacia atrás - Eres mío, Artemis Lombardi- La voz de Amélie contenía arrogancia, sus ojos demostraban lo contrario a sus verdaderas emociones, ella sabía que Artemis Lombardi acababa de firmar su sentencia de muerte.

- No juegues pequeña Loba conmigo, es mi turno - Artemis se acercó hasta el cuello de Amélie, pero una Loba Negra los interrumpió.

- Alya- Susurró Artemis, colocando a Amélie detrás de él, si fuera otra persona se vería adorable la acción de protegerla, pero ante los ojos de Alya era la cosa más estúpida.

- El gruñido de Akira, le dejaba en claro al Vampiro que se alejará- No puedes hacer nada, ella es mi alma gemela- Expresó Artemis.

- Cuándo las patas de la Loba arañaron el suelo saltando hacía el Vampiro, una flecha había impactado en la Loba de Alya. Un grito de desesperación sacudió a la manada.

- Aquel grito erizo la piel de Hades, mientras que Akira había caído, los ojos de Artemis se volvieron rojos, la sangre de Alya era muy fuerte.

- GRIM había tomado el control de inmediato, sentía un dolor muy fuerte en su cuello y aquel dolor solamente lo puede estar sintiendo su Luna en estos momentos.

- Amélie se acercó a su madre, quitándole la flecha, Las Sombras de la muerte ya estaban presentes, y rápidamente curaron la herida, cuándo Artemis sintió la presencia de su hermano cerca, abandonó el lugar.

- Amélie lo único que quería era que su madre abriera sus ojos, la sangre derramada era mucha, en ese momento, Hades llego, él tomó rápidamente el control y levantó la cabeza de su mujer tapando su cuerpo desnudo.

- Nena, abre los ojos - Susurró Hades, aunque la sangre ya estaba detenida, Alya seguía sin reaccionar.

- Mi Yelmo, la Diosa está embarazada- Expresaron las sombras, congelando tanto a Padre e Hija y a los gemelos que venían llegando en ese momento.

- Pero - Hades estaba por hablar cuándo las sombras volvieron a hablar- La marca dice que son 3 cachorros, quizás por el renacimiento de GRIM se dé más descendientes. Es mejor llevarla ya en la casa - La voz de las sombras se escuchaban un poco raras, algo no estaba bien con aquel embarazo.

- Hades cargó a Alya y se la llevó hasta la Casa de la Manada, seguido por James y Demian, ambos querían cargar a su madre, pero Hades no lo permitió.

- Siena al ver a su hija se asustó, pero Hades con una mirada le indicó que solamente estaba dormida. Mientras tanto, Lauren se llevó las manos en la boca, al ver la sangre en la parte inferior del cuerpo de Alya.

- Dios, ella está teniendo un aborto, aquello asusto a Hades y dirigió su vista hasta dónde Lauren tenía fija la mirada, la anciana ya había corrido hasta la cocina, en ese momento Casandra fue más rápida y lanzó un hechizo logrando proteger tanto a Alya y al cachorro, hasta el momento nadie era consciente aun de la maldición de Anastasia.

-¿Qué le sucedió? Preguntó Asher llegando al lado de su hija, ya Alya estaba abriendo sus ojos.

- La nena está embarazada- Explicó Siena. Rápidamente, la mirada asesina de Asher viajó hasta Hades.

- No se ilusionen, el embarazo puede no llegar a concluir - La voz de Casandra era baja.

-¿Qué estás diciendo? Preguntó Hades, no aceptaría perder un cachorro, y más si el cachorro es de su Luna.

- Debo hacer algo - Con esas palabras Casandra se fue hasta la habitación especial de Magia en donde estaban Andrea, Alizon y Lidian estudiando maneras de volver a tener un Ministerio de la Magia, respetable.

-¿Qué pasa abuela? Preguntó Alizon, pero Casandra había lanzado 3 objetos cortados en cruz a la Olla que contenía sangre hirviendo, los objetos que solamente Casandra conoce su verdadera función empezaron a ser suprimidos por la sangre - Una Maldición- Expresó Casandra.

- Las 3 brujas se acercaron y observaron la sangre - Si nace será un demonio, pero es probable que no nazca- Los ojos de Casandra estaban blancos- Hay que sacarlo.

- Alya - Susurró Alizon. En ese momento las puertas fueron abiertas y era el mismísimo Rey observándolas seriamente.

- Ahora mismo me vas a decir que sucede con mi Luna - La voz de Hades era dura.

- Una Maldición lanzada por Anastasia nos acecha, el cachorro si nace será un demonio, pero es probable que no nazca, debemos interrumpir el embarazo -eran dos, pero uno de ellos no aguanto - Pero aquello era el secreto de las sombras.

- No, así mi hijo sea lo peor del mundo yo no pienso interrumpir ningún embarazo - Hades estaba decidido- Un hijo mío y de mi Luna es nuestro, un pequeño retoño tanto suyo cómo mío, es igual a Amélie y los gemelos.

- Hades salió de la habitación, Casandra solamente suspiró mientras que Alizon miró por la ventana, la abrió y salió la suave brisa fresca le dio tranquilidad, pero sus ojos viajaron hasta la Luna.

- ¿Hasta cuándo, hasta cuándo sufrirá mi hermana? Es injusto, tú eres madre de todos los lobos, pero estamos metidos hasta el fondo, es más, tú pareces estar más muerta que viva.- La hechicera agachó la cabeza, desde el otro lado se observaba a todos sus hermanos, y aparentemente estaban haciéndose la misma pregunta.

- En un hotel un joven también dirigió su vista a la Luna, pero está no les daba ninguna respuesta, Los herederos tenían las mismas preguntas.

- Mientras tanto, Hendry se estaba acomodando para dormir, sentía que alguien lo observaba, pero era territorio Vampírico, no vendría ningún enemigo aquí.

- Desde la esquina de la fría habitación Amélie se encontraba observándolo, la joven estaba envuelta por la Invisibilidad de Hades.

- Hendry, Hendry, la primera flecha fue para mi abuelo, tu castigo fue la vida de tu padre, pero ahora has tocado lo más sagrado que tengo en la vida, mi madre, mi Reina - Amélie tenía la mirada de odio - Eres el primer humano débil quien se atreve a poner en peligro a mi madre.

- Amélie salió de la habitación, Hendry volvió a abrir los ojos, pero no estaba nadie.

- Cuándo Amélie salió del Territorio de Artemis, la rubia hizo uso de la Magia Prohibida.

- La noche había pasado tranquila luego de la pequeña herida de Alya, la rubia ya estaba enterada del embarazo, pero se sentía amarga aquella información, lo de la flecha ella ya lo sabía de la misma manera que sabe lo que Amélie hace con Artemis la confianza entre madre e hija es inquebrantable, si Hendry se acercaba un poco más vería al Vampiro y a su hija y aún no era el momento de comenzar a jugar al triángulo amoroso, la flecha iba a impactar por un árbol, pero la princesa de Asher sabía cómo alejar al humano cazador.

- Territorio Vampírico

- Mi Rey - Expresó un guardia, agachando la cabeza ante Hendry, quien se encuentra en presencia de Artemis

. - Le traigo malas noticias, Costas del Dragón fue destruida en un 50% aproximadamente 50 guardias perdieron la vida además el templo en dónde los restos del Rey Adam O'Brien descansan también fue destruida, dejaron un mensaje

- Artemis sonrió, y se llevó las manos en el cuello dónde reposa la marca de Amélie, para el Vampiro era excitante saber que la mujer que lo marcó era decidida.- Las órdenes de Amélie fueron claras, destruir la mitad de aquel Imperio era la orden, además de lo sucedido en el Templo. - Era una clara advertencia de que con ella no se juega, las Dumonts se respeta.

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