MIRADAS

La mirada de Artemis escudriñaba a Amélie, pero la rubia que en ese momento tenía la peluca de color azul que a decir verdad le daba una apariencia angelical, no se sintió intimidada por el hombre, que ella sabía perfectamente quién era, nunca olvidara el rostro de su peor enemigo.

- Sus miradas generaban olas de emociones diferentes, aunque los ojos azules de Amélie eran idénticas a las de su madre, la rubia se las ingenió para ocultar su mirada intimidante y parecía un Ángel inocente, pero por dentro era un pequeño demonio asesino.

- ¿Qué diría mi padre si te encuentra en sus territorios? Amélie no le iba a ocultar su verdadera identidad.

- ¿Te vas a ir de llorona con él? Artemis se burló, pero la voz de la mujer con el pelo de colores era el detonante de mil sensaciones en Artemis.

- ¿Qué me ofreces a cambio de mi silencio? Amélie era una coqueta, que te iba a envolver en su juego de todas las maneras que ella quisiera.

- Soy tu tío ¿Lo sabes? - Artemis enarcó una ceja.

- Tú no eres nada mío, mi padre es de pura sangre, tú no - Amélie se acercó al Vampiro, este por inercia retrocedió.

- ¿Me tienes miedo Vampiro? No te culpó deberías- Aquellas palabras pronunciadas por Amélie fueron un Déjà vu, para Artemis - ¿Me tienes miedo Vampiro? No te culpó, deberías- Fueron las mismas palabras pronunciadas por Hades para el Vampiro.

- ¿Por qué debería tener miedo de ti? Eres tan angelical, que lo único que produces es la idea loca de brindarte protección - Artemis había caído, sin ningún esfuerzo, en la belleza de su sobrina.

- Me siento halagada, pero los Vampiros no tienen sentimientos - Atacó la joven de Sangre pura.

- No todos han sabido llegar a ese punto que es muy importante - Respondió Artemis.

- Mi hermana me ha demostrado de muchas maneras que ustedes no tienen sentimientos.

- ¿Tienes una hermana? Artemis Frunció el ceño, aquello no era verdad ¿O si?

- La Futura Reina de todo lo que tienes por detrás de ti, Amélie, la rubia que mató a tu hijo, sabes de qué se arrepiente, de que solo haya sido una flecha, ella hubiera preferido que fueran 5.

- Artemis sintió que su sangre hervía, pero no por las flechas de las cuales hablaba Amélie, su sangre hirvió porque la hermosa joven aquellas palabras le susurró en el oído, aquello fue emocionante para el hombre. Quien envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la mujer, su fragancia calentó su piel fría, hasta que sintió algo suspirar en su cuello.

- Artemis sabía que aquello no podía suceder, la joven con el pelo de colores no podía marcarle, era la hija del enemigo, era su sobrina, pero su fragancia y su sangre para el Vampiro se sentía jodidamente bien.

- Encuéntrame mañana por la noche en el lago más lejano de aquí, a mí nunca me verás de día, aquel fue el hechizo que utilizó tu íntima, me condenó a ser la dama de la noche - Amélie se alejó de Artemis, una vez más sus ojos hicieron contacto visual, pero la mujer se alejó, con IXCHEL siguiendo sus pasos.

- Te das cuenta de que los hombres son tan estupidos, mi pequeña gatita- Amélie tenía una sonrisa malvada en su rostro. La única respuesta que recibió fue un ronroneo de parte de Ixchel.

- Mientras tanto, al otro lado del territorio, la hermosa loba blanca de Siena estiraba sus patas por el extenso Territorio, detrás de ella Aria y la pequeña Siena - Mamá detente, la voz de Aria se escuchaba un poco rara, Venus se detuvo, sintiendo la atmósfera tensa.

- Un Vampiro - Expresó La pequeña Siena, dejando ver su hermoso pelaje Blanca cómo la de su madre, de la misma manera Aria, había que destacar que los hijos de Asher, a excepción de Alya, el resto todos heredaron el pelaje de Siena.

- Tres hermosas lobas blancas se observaban ante la atenta mirada de una persona desde un Catalejo, pero no era un Vampiro, era un humano, la fragancia que se sentía era la de Artemis a los lejos. Pero quien los observaba era un humano, que dejó ver una sonrisa y guardó el objeto.

- Mi Rey - Expresaron sus guardias.

- Encuentra a Artemis Lombardi y a Amalia DuPont, a ella vas a llevarla en el nuevo Castillo de las Costas del Dragón.

- La Princesa del Imperio Lobuno, por protocolo, asistirá a la secundaria en la Región Toscana.

- Hendry O'Brien dejo escapar una pequeña sonrisa, el joven que tenía un encanto especial en sus ojos azules - No la pierdas de vista, pero no dejes que te descubra.

- Por supuesto su Alteza - Respondió el guardia, mientras Hendry negaba con su cabeza- Amélie, nos volveremos a ver y no seré nada gentil contigo, te voy a hacer mía, sé dé tus poderes, pero no hay nada que un fingido amor no pueda ocultar - Lo que no sabía Hendry es que el amor que él menciona no es fingido y que cuándo tenga delante de sus ojos a la Belleza Magnética de Amélie se sucumbirá en ella, en un profundo pozo de sentimientos que no tendrá salida. Por qué la Rubia tiene sus pasos totalmente calculados.

- Amélie, mañana van a la secundaria y no quiero negativas - La rubia hizo una mueca de niña odiaba ir a la escuela.

- Esto será divertido, susurró su primo con quién creció cómo hermanos, la rubia dejó ver una hermosa sonrisa juguetona- No entrar en clases en una buena opción.

- Ya te he dicho que incluso si matas a todos, yo soy tu fiel seguidor - Respondió Amarok DuPont Lombardi.

- Ni se les ocurra hacer eso - Hades miraba seriamente a su hija y a su sobrino.

- Nosotros solamente estamos hablando tío- Amarok mostró una sonrisa ladina.

- Yo nací ayer - se burló Hades, la vida seguía siendo tranquila ¿Pero hasta cuándo?

- ¿Para dónde va? Preguntó la persona en el Aeropuerto al joven vestido completamente de negro - Italia, Región Toscana - Fue la respuesta dada por el joven, sus ojos oscuros, cómo la noche brillaban.

- Al día siguiente, Hades era el encargado de trasladar a sus hijos a los hijos de Aline hasta la secundaria.

- Amelie, eres la más vieja de la clase - Se burló Demian y aquí vamos de nuevo, Hades lo único que hizo fue activar los auriculares, porque se venía el grito de los niños.

- Pero la rubia por primera vez se mantuvo callada, su corazón sentía algo raro, sus ojos viajaron hasta en dónde estaba su madre, la rubia salió corriendo del vehículo, ganándose una grosería en voz baja de parte de Hades, pero cuándo vio la acción de Amélie su corazón se inundó de amor.

- Mami - Susurró la rubia.

- Nena solo sé tu misma - Amélie no entendía por qué su madre le dijo aquellas palabras, pero lo único que hizo fue abrazar más fuerte a Alya, aquel era el lugar más seguro de Amélie.

- Una hora más tarde, la imponete Casa de Estudios quedó ante la vista de los Dumonts DuPont.

- No me hagan ninguna estupidez, recuerden que están ante humanos - Hades les advirtió.

- Por supuesto, su Alteza - Respondieron todos de manera seria, ganándose la mirada curiosa y de incredulidad de Hades, pero ya habían salido.

- Todos se habían dirigido a sus respectivas aulas, Amélie y Amarok comparten juntos, los 4 menores pertenecen al mismo curso.

- Ni bien Amélie entró, su mirada azul hizo contacto visual con un rubio, provocando que la piel se erice y la respiración de la rubia se acelerará, ante sus ojos estaba el rubio de su visión - Elián - susurró Amélie con la voz entrecortada, aunque el rubio ya había cambiado su campo de visión.

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