un poco mas de dolor

Mi situación no podía ser más infame, no estoy en un estado mental para afrontar

esto. Me encantaría desaparecer del mapa. Mi cuerpo está tenso, miro mis manos

que no dejan de temblar y  no es de frío.

Mi hermana agarra una y la acaricia

-por favor Carla tenés que calmarte.

-no puedo Vanesa, simplemente no puedo

-nunca imagine que nos podíamos encontrar con ese sinvergüenza

-Vanesa, como es que este monstruo estaba en la fiesta?

-Carla, cuando lo ví me congele, Lucia vio mi expresión y pregunto qué me pasa con ese

hombre, yo le expliqué brevemente lo que había hecho. Lucia casi se muere al

escucharme y entonces me dijo que él es un pariente de su tía de parte de su

esposo, parece que la Tía de Lucia lo manda a Máximo a verificar que todo esté

bien mientras ella no está.

-cómo es que no lo viste en otras reuniones Vanesa?

-Carla, no lo sé, nunca lo vi acepto por hoy. Por favor necesitas calmarte

-qué fue de lo que hablaron?

-Carla, vayamos a tomar un café para tranquilizarnos y te cuento bien todo.

Yo asiento con la cabeza y mi hermana conduce hasta un drugstore, pedimos dos cafés y una

caja de cigarros, nos sentamos afuera, mi hermana abre el paquete y me convida

un cigarro. No soy de fumar, pero cuando algo anda verdaderamente mal suelo

darle un par de pitadas para calmarme. Ya un poco más tranquilas y bebiendo

nuestros cafés de a sorbo, mi hermana se dispone a contarme todo.

-Carla te juro que no sabía que él rondaba por la familia de Lucia

En ese momento suena su teléfono, su novia estaba llamando. Mi hermana atiende

-hola amor, quédate tranquila, todo está bien ahora, estoy con mi hermana en este momento

mañana nos hablamos.

Y automáticamente pone fin a su llamada.

-Lucia, quería saber si estabas bien, siente mucha culpa.

-está bien Vane, Lucia no tiene la culpa, ella no sabía de nosotros.

No quedamos en silencio un buen rato mientras pitábamos nuestro cigarrillo.

-hermana, estás más tranquila?

-si Vane, lo estoy. Necesito saber qué fue lo que te dijo él.

-en cuanto Máximo me vio, automáticamente empezó a mirar alrededor, supongo que era para

buscarte, como no encontró lo que buscaba, vino hacia mí. Me quiso saludar y yo

lo esquive, Lucia le decía que por favor no te moleste a vos y a mí y con esas

palabras se dio cuenta de que sus sospechas de que si estabas o no en la fiesta,

la confirmo. Él me dijo que necesitaba hablar con vos, me preguntaba dónde

estabas. Yo le dije que se marchara, que vos no quería saber nada con él, que

todo estaba más que perdido. Carla, Máximo me dijo que lo que tuvieron nunca se

perdió y que no iba a dejar que lo hiciera. Esas palabras me dieron mucho

miedo, sé de lo que es capaz y por eso te mire de reojo.

Cuando mi hermana dijo eso, yo la interrumpí terminando su historia.

-y cuando me viste, él voltio a ver hacia donde iba esa mirada y fue ahí cuando me

encontró.

-si así es, lo quisimos detener, pero es una bestia.

Volvimos a quedar en silencio y sin decir nada y a través de nuestra conexión de hermanas,

nos levantamos y nos fuimos a casa.

Pensé que no iba a poder dormir, pero lo hice enseguida.

Estoy feliz, siento el perfume de Ale, él me extiende su mano, me agarra fuerte y me tira en un

movimiento brusco, me lleva a las rastras por un pasillo, miro detrás de mí y

toda la luz se aleja, mi felicidad se esfuma, vuelvo a mirar a mi hombre pero

me doy cuenta de que siempre fue Máximo, nuestras caras se van oscureciendo, ya no

logro ver nada, pero lo siento, quiero escapar de ahí. Máximo me dice –siempre

fuiste mía, y aún lo sos y cuando quiera te voy a tener. Nunca se perdió y

nunca se va a perder. Yo me desespero, tengo frustración, me siento una nena

chiquita intentando escapar, comienzo a sentir un vacío, dolor, desesperación,

angustia. Yo le grito NO, NO POR FAVOR NO.

Mis gritos repercuten por toda la casa, mi familia se asusta y corren a ver qué es lo que

me está pasando, me ven dormida y peleando sola al compás de mis gritos

desgarrantes. Nadie entiende nada a excepción de Vanesa que imagina porque

estoy teniendo una pesadilla. Mi madre me toma de la mano y con la otra

acaricia mi rostro.

-Carla, soy mamá, estás conmigo, es una pesadilla, tranquila hija.

Logra tranquilizarme y me despierto de a poco. Tengo tanta angustia que un mar de

lágrimas empiezan a salir por mis ojos. Mi madre me abraza fuerte, me acaricia

y me da tranquilidad.

-hija, tuviste una pesadilla, tranquila, ya estás acá con tu familia.

Yo la abrazo aún más fuerte y no quiero salir de ese cómodo lugar. Cuando despierto

del todo y la angustia se va, la miro a los ojos.

-gracias Mamá.

-qué fue lo que soñaste?

-no lo recuerdo.

-está bien hija mejor así. Vamos ya falta poco para almorzar.

Al término de decir esto, miro la hora en mi celular y efectivamente faltaba poco para que

sea las 13 hs. puff dormí muchísimo, maldito Máximo, hubiese sido un descanso placentero, pero

parece que hasta en mis sueños vas a seguir gobernando.

-Carla, estás bien?

-Hola Vane, si estoy bien

-soñaste con Máximo, verdad?

Yo le hago una señal de que baje la voz

-si maldita sea.

-no quiero que por nuestra culpa vuelvas a pasar por esos días traumáticos en donde no podías

dormir, realmente lo siento.

-shhh, Vane, quédate tranquila, no va a volver a pasar.

-si, pero ya hoy te vas a tu casa y vas a estar sola.

-te prometo que voy a estar bien y si siento que algo anda mal te llamo y vuelvo a casa de

mamá.

Dicho esto nos vamos a reunirnos para almorzar y disfrutar lo poco que queda de este fin

de semana.

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Nereida Hernández montes

Nereida Hernández montes

Olvídate de ese desgraciado y ys

2024-09-18

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