Capítulo 4 La vida sin Elizabeth

Alonso

Mi vida sin Elizabeth es muy soltaría y sin sentido, tratando de seguir adelante solo porque se lo prometí a mi amada. Trato de seguir y ser feliz pero sin ella la vida no tiene sentido. Ya pasó un año desde que ella me dejó, mañana es el aniversario de su muerte y siento que todos los recuerdos vienen de nuevo a mi.

Me siento culpable de no haberla protegido como yo quería. Repito que hice todo lo posible, pero aún así no la perdí, me quedé sin ella y no sé todavía cómo seguir adelante. Pueden creer que anoche la sentí en mi casa, no lo logro explicar pero puedo jurar que estaba ahí. Y más después de que la desagradable de Antonela llegó a la casa a querer pasar la noche conmigo.

Esa mujer no me gusta, es muy superficial, pero era la mejor amiga de mi esposa por eso no puedo ser grosero con ella. Desde que mi esposa falleció ella ha tratado de acercarse a mi, según ella con el pretexto de superar la pérdida de Elizabeth juntos pero desde que Elizabeth vivía ella siempre se me ha insinuado y eso no me deja muy buena impresión de ella.

- Buenos días Álex.

- Buenos días Alonso ¿cómo amaneciste?

- Entra muy serio a mi oficina. - ¿Qué vas a hacer para el aniversario de Elizabeth mañana? Me dice un poco inseguro de preguntar.

- La verdad no quiero hacer nada. Solo voy a visitar su tumba. Hablar de esto me pone triste y mi corazón se arruga cada vez que recuerdo que la perdí.

- Amigo tienes que dejarla ir. Ella debe descansar en paz. - Me  dice Álex con un poco de tristeza  y frustración en su voz

- Ok a trabajar por ahora tenemos mucho que hacer. - Le digo tratando de cambiar el tema. ¿Cómo va el edificio de apartamentos?

- Todo va bien por ahora. Hay que revisar unas cosas en los planos y visitar la obra en unos días pero todo va bien.

En eso tocan la puerta y es mi secretaria.

- Adelante

- Buenos días señor.

- Buenos días María, ¿que tengo en la agenda el día de hoy?

- Solo tiene una cita con los encargados del proyecto de apartamentos para dar sus actualizaciones y llamo la señorita Antonela para hacer una cita para la hora del almuerzo. Dijo que usted ya lo sabía solo quería asegurarse de que no se olvidará de su cita.

- Ok. Maria gracias.

- De nada señor, me retiro si necesita algo hágamelo saber. Con permiso.

- María tráeme un café por favor.

- Claro que sí señor.

El día pasó como todos los días, sin nada interesante, por algún motivo me sentía acompañado de mi hermosa Elizabeth y no me lo podía explicar.

Elizabeth

Acompañé a mi esposo desde la casa hasta la oficina y estuve con él toda la mañana. Vi a su secretaria queriendo llamar la atención de él y me dio mucho coraje viejas resbalosa, ofrecida, coqueta e interesada.

Dios mío cómo voy a ayudar a mi amado esposo si no soporto que esté con otras mujeres. Me da coraje pensar que lo quieren tocar anoche me dio mucho coraje que Antonela lo besara tan cercas de los labios. No lo soporto, no quiero que él esté con ellas. Pero cómo va a seguir adelante si no lo dejo empezar una nueva relación.

Seguí a la tal María para ver lo que hacía. Y la escuché hablando con alguien por teléfono.

- Amiga cómo estás?

- Estoy bien amiga y tú?  ¿Cómo va la conquista del papucho de tu jefe? Dice la amiga muy seria.

- Nada bien amiga. Por más que me lo insinuó, me visto y maquillo bella ni me voltea a ver.

- Hay amiga te lo advertí. Él no puede olvidar a su esposa todavía.

- Cómo no va a olvidar de eso ya hace un año, maldita sea apoco no le atraigo soy muy bonita y soy lo él necesita. - Dice muy enojada. - Además la resbalosa y grosera de  Antonela tiene cita con él para comer.

- Hay amiga, ahí si tienes mucha competencia amiga, ella es muy bonita y elegante. Además tienen tiempo que se conocen y era la mejor amiga de su esposa así se ella si te lleva la delantera.

- Quien sabe amiga no se ve que le haga mucho caso. Además sería muy raro que se metiera con la amiga de su esposa ¿no? Dice María frustrada

- Quien sabe amiga en el amor no se manda y si ella lo enamora, no creo que eso sea un impedimento.

- Eso sí que no, el es mi  ya lo verás solo es cuestión de tiempo. (  Claro que va a ser mío, es tan guapo y aparte está muy bien económicamente. Es ideal para mi)

-  Ok amiga suerte con eso

- Adios amiga tengo que trabajar.

A la hora del almuerzo llegó mi querida amiga Antonela, todavía no entiendo porque me molesta verla cerca de Alonso. Ella era mi mejor amiga, confío en ella y creo que puede hacer feliz a Alonso pero no sé hay algo que no soporto de esto.

- ¡Hola María!. Alonso está en la oficina?

- Sí señorita deje le aviso que ya está aquí.

- No, gracias yo entro sola. - Y sin decir nada entra en la oficina como Pedro por su casa.

- Hola querido, ¿ cómo amaneciste?

- Hola Antonela porque no tocaste antes de entrar? ¿Sabes que estoy trabajando verdad?

- Lo siento Alonso, somos como familia, no creí que te molestará que entrara sin anunciarme. Dice muy coqueta.

-  ¿Como familia? Dice Elizabeth muy enojada. - Desde cuando si según tú ni lo soportas?  ¿Desde cuándo te volviste tan cercana a él? Que frustración dios.

- Por favor Antonela ya te lo he dicho antes tienes que tocar antes de entrar, No quiero tener una situación incómoda por qué entras así. ¿Qué tal si he estado con un cliente? Dice un poco enojado Alonso.

- Está bien querido está bien, dice acercándose a él y acomodándose la camisa un poco.

- Eso espero vamos a comer que creo que a esos has venido  ¿no? Le dice Alonso mientras le quita las manos de él y se levanta para agarrar su abrigo.

- Si vine a comerrrr-te  a ti papacito mmmmmm bombón. Dice Antonela muy despacito y mordiéndose los labios cuando Alonso no puede verlo

- ¿Qué dijiste? Pregunta Alonso un poco sacado de onda.

- Nada, nada vamos a almorzar. Dice mientras lo ve con deseo.

Van a un restaurante cerca de la oficina. Muy bonito y con una hermosa vista a los jardines del lugar. Es muy llamativo por qué están en un invernadero ya que el clima es muy frío en este tiempo.

Los he observado y me da gusto ver qué mi esposo no muestra ningún interés en mi amiga. Aún que ella casi se le lanza encima no puedo dejar de pensar que es una resbalosa, tratando de meterle mano a mi esposo a cada momento.

- Alonso podemos pasar el día de mañana juntos? - Dice la muy resbalosa tratando de asearse a él de forma coqueta.

- Lo siento mañana lo quiero pasar a solas. No quiero tener a nadie cercas. - Dice Alonso muy serio sin dar posibilidad a cambiar de opinión.

- Pero, Per....

- Pero nada esa es mi última palabra. - Lo siento pero no estoy listo para estar con nadie en este día lo siento.

- No te preocupes lo entiendo. Dice tocando su mando. - Voy al tocador, regreso en un momento.

- Ok.

Seguí a Antonela al baño y la escuché hablando con ella misma en frente del espejo.

- Maldita sea ya pasó un maldito año que murió mi amiguita y todavía no la puede dejar ir. Dice un mucha frustración y bastante enojada. - Cuanto te va a olvidar Elizabeth, maldita seas, como diablos le hiciste para enamorarlo? Porque siempre conseguís todo lo bueno y aunque estaba junto a ti nunca logré que me volteara a ver.

-  ¿Qué? - Mi mejor amiga estaba enamorada de mi esposo desde antes. - No, no lo puedo creer, maldita zorra siempre me quería hacer pensar mal de él y era por qué lo quería para ella.

- Estúpida Elizabeth mil veces estúpida pero te voy a sacar de su corazón. Ya lo verás.

- No lo creo mi querida amiga Antonela. El nunca se quedará contigo, eso jamás.

Entonces el baño se puso  frío y no sé cómo lo hice. Pero se me ocurrió una idea y la hice. Le escribí en el espejo del baño.-  Zorra, zorra. y salió corriendo del baño.

Y yo solo me reía. Jajajajajajajajaja. Me sentía mala persona, pero por alguna razón me sentía bien.

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