Capítulo 7. Una Luz al final del túnel.

Elizabeth

En la mañana me subí al carro junto con Álex y Alonso. Ellos iban muy serios y no decían nada, me imagino que Álex le quería darle espacio a Alonso para que pensara y aclarara sus sentimientos al regresar a este lugar. Y creo que para mí también es difícil de asimilar que aquí tuve el accidente donde perdí mi vida.

Ellos empiezan a hablar sobre la vida después de la muerte y me dan ganas de decirles que si existe que de alguna manera sigo aquí, pero no no puedo hacer eso y no, no lo haría aunque pudiera. Porque aunque Alonso no lo diga sé que se siente culpable porque no me pudo proteger ese día y si supiera que no he podido descansar debido a su tristeza menos se lo perdonaría. Así que solo seguí caminando junto a ellos.

Estábamos caminando y en eso se escucha un perro labrador ladrando y empieza a perseguir a Alonso y a Álex, no sé porqué pero no me da miedo. Es como si el perro me hubiera visto pero no estuviera interesado en mi, luego de eso pasa a Álex y tampoco le hace caso y me quedé sorprendida de lo que pasó después. El perro se la aventó a Alonso como si fuera su dueño que tenía mucho no veía y lo extrañaba mucho.

En eso llegan dos chicas que empiezan a hablar con ellos sobre el perro y a continuación solo escucho risas después de ver al perro actuar como un niño y a las chicas actuar como las mamás de ese perro, que no puede evitar reírme de la escena. Pero lo más increíble pasó con mis sentimientos. No lo entiendo Alonso veía a Isabel con una cara de admiración como cuando te gusta alguien a primera vista y lo mismo le pasaba a Álex con Anahí. Pude sentir la atracción mútua de ambos lados.

Lo que me pareció increíble es que esta vez no sentí celos ni ganas de alejarla de él, si no todo lo contrario, no se porqué siento como si ella fuera una luz al final del túnel. Esa Luz que Alonso necesitas, ahora le pregunta es: ¿cómo los juntó? ¿Cómo hago que se conozcan? Alto, alto, primero tengo que investigar sobre ella y ver que sea una buena chica y que no le vaya a hacer daño a Alonso, lo que menos quiero es que lo lastimen más de lo que ya está lastimado.

Así que por ahora voy a observar y después decido que hacer y busco la forma de hacerlo. Pero creo que ese hermoso perro labrador llamado Manchas me va a ayudar, ya que a lo que veo el si me puede ver y por alguna razón tampoco me tiene miedo, al contrario es como si me observará y me entendiera.

Alonso

Es increíble en un año no me había llamado la atención ninguna mujer, ni lo más mínimo pero ver a esa hermosa pelirroja me hizo sentir vivo de alguna manera y no logro entender porque. Era como ver una hada del bosque al acercarse a nosotros, el amor a los animales y la forma en que el perro se comporta me deja ver lo bien que lo trata y al menos la mayoría de las personas que tratan bien a los animales, tratan bien a las personas, aunque siempre hay excepciones a la regla verdad?

No sé porque no podía dejar de observar, es increíble que allá una mujer tan bella y tan sencilla en eso creo que se parece a mi querida Elizabeth. Dios mío qué estoy pensando? Hoy es el aniversario de Elizabeth no debería de estar pensando de esta manera en otra persona, aunque sí conocí a Elizabeth sé que no le gustaría verme llorar todo el tiempo, y también eso me hace sentir culpable.

De repente siento que alguien me habla y me sacan de mis cavilaciones.

- Hola señor, ¿ está bien? Dice Isabel después un poco curiosa, pues me había distraído en mis pensamientos.

- ¡Mmm! Si, si estoy bien, lo siento solo me distraje con mis pensamientos.

- Ok, no se preocupen solo quería disculparme con ustedes por el susto que les dio mi perro. Dice Isabel bastante apenada.

- Si, lo sentimos, Manchitas casi nunca se acerca a nadie que no conozca, no sé qué le pasó hoy. - Dice Flor un poco apenada también.

- ¡No se preocupen! Dice Álex un poco divertido todavía por la escena que acababa de presenciar. - Pero nos deben un almuerzo como disculpa ¿no creen?

- ¡Mmm! Bueno si con eso nos disculpan dice Isabel. - Pero nosotras venimos poco por aquí, vivimos en Denver y solo venimos con un grupo de amigos a pasear a las montañas.

- No se apuren nosotros tampoco vivimos aquí, vivimos en Lakewood muy ceras de Denver así que si podemos quedar de ir a comer otro día. Dice Álex sin dejar de ver a Flor pues al parecer ha quedado muy impresionado con ella, a lo mejor ahora sí deja la soltería.

- Bueno eso está bien para nosotras. - Contesta Flor un poco emocionada.

- Bueno un gusto chicos disculpen las molestias. - Dice Isabel para intentar irse. - El grupo se va a preocupar si no regresamos pronto Flor.

- Porque no vienen con nosotras, apenas íbamos a comer? Dice Flor emocionada aunque trate de ocultarlo, le gustó mucho Álex y quiere pasar tiempo con él se le nota. - ¿Qué dicen chicos?

- ¡Por mí encantado! Dice Álex. - Pero hoy es un día especial para Alonso y no quiero decir que hacer hoy.

- Al mismo tiempo me voltean los cuatro a ver qué contestó y la verdad quería conocer más a Isabel así que acepté.

- Claro, porque no?, les digo, mientras me quedo viendo los ojos chistosos del perro que me observa con expectativa, nunca había visto un animal tan expresivo.

- Ok, no se diga más entonces. - Y empezamos a caminar juntos a dónde está el grupo.

Vamos caminando juntos mientras platicamos del lugar y lo hermoso que es el paisaje y lo mucho que disfrutamos de este ambiente y de la naturaleza. Apenas nos acercamos al lugar, los niños empiezan a correr a dónde vamos nosotros.

- ¡Isa!

- ¡Isa!

- ¡Flor!

- ¡Flor!

- ¡Manchas!

- ¡Manchitas!

Gritan los niños al mismo tiempo. Y corren a abrazar a las chicas y al perro 🐕🐕🐕🐕- Muy emocionados, y se quedan observándonos a Álex y a mí, los niños nos rodean y se quedan observando muy atentamente.

- ¡Hola niños! - Dice Álex un poco nervioso. - ¿Cómo están?

- ¡Hola niños! - Los saludo igual que Álex ya que me siento como si me estuvieran escrutado detalladamente. - ¿Cómo están?

- Hola señores, dice un niño mirándonos muy seriamente.  ¿Qué intenciones tienen con la señorita Isabel y la señorita Flor? - Dice como si nos quisiera intimidar.

- Queee? Dice Isabel bastante apenada.

- Chicos dejen a los señores en paz. - Dice Flor sonrojada mientras voltea a ver a Álex .

- Disculpen chicos- Dicen las dos al mismo tiempo. - Es que los niños siempre nos cuidan como si fueran nuestros hijos, dice Isabel.

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