CAPÍTULO IV Cuatro años antes parte I

Felipe y Catalina no tenían nada en común entre ellos, frecuentaban diferentes círculos sociales, sus gustos diferían mucho, no tenían ningún amigo en común, no asistieron a la misma facultad, no trabajaban para la misma empresa, entonces ¿cómo fue que se casaron?

Catalina era la hija menor de un militar retirado llamado Héctor Sánchez que actualmente era ministro de infraestructuras y tenía mucha influencia y tanto ella como su hermana Andrea asistían a muchos actos de la esfera cultural de su país, ambas chicas eran muy conocidas, la familia era muy unida y armoniosa a pesar de que la madre de Catalina murió cuando era una adolescente.

Andrea era dos años mayor que Catalina y una destacada Chelista en la orquesta sinfónica nacional, también trabajaba como docente de educación musical inicial, desde joven la música era su pasión y no mostraba

interés por casarse, además ella había participado en el pasado en orquestas sinfónicas internacionales y constantemente se encontraba de viaje.

Catalina, por el contrario, siempre fue una excelente estudiante, obtuvo una vacante muy importante en una trasnacional y comenzó a trabajar apenas obtuvo su grado, ella continuó con su formación académica y con tan solo 24 años acababa de obtener una maestría.

A diferencia de la familia de Catalina la situación de la familia de Felipe era muy tensa, sus padres se llevaban muy mal entre ellos, la matriarca Inés tenía muy mal carácter, era muy dominante y el padre Fernando muy débil de carácter además que siempre era descubierto cometiendo adulterio, tenían una constructora y tanto Felipe como su hermano mayor Francisco trabajaban para sus padres, Felipe tenía 31 años y aún no estaba decidido a casarse, a pesar de que su mamá lo presionaba todo el tiempo para hacerlo.

Felipe llevaba un año saliendo con Estrella Ponce, la hija de la asistente personal de su madre, y desde el principio Inés se negó a aceptar esa relación.

La constructora de la que eran dueños la familia de Felipe en el pasado fue muy prestigiosa, pero en las últimas licitaciones con el gobierno habían perdido contra otras empresas, eso era debido a las disputas entre Inés y

Fernando que no los hacían ponerse de acuerdo nunca y eso estaba creando caos en la empresa.

La empresa se encontraba pasando por un momento difícil porque además de la pérdida en las licitaciones también grandes inversionistas le habían rescindido los contratos, Inés pensaba que necesitaban relacionarse con personas del Gobierno y así mejorarían sus posibilidades, conocía al ministro de infraestructura y no era una persona fácil de convencer, mediante sobornos lo intentó y no logró que Héctor los apoyara.

Inés se dio cuenta de que Héctor tenía dos hijas, y, pensó que si tal vez se convertían en familia sería diferente la manera de actuar del ministro, intentó relacionar a Felipe con Andrea, no obstante, desde que se conocieron, sintieron rechazo entre ellos, además Felipe tenía mucho interés en su novia Estrella para mayor molestia de Inés.

Inés no quería que su hijo se casara con Estrella, porque ella tenía una dudosa reputación, Catalina, la hija menor de Héctor, tenía novio y además de que no era tan hermosa como Andrea, su hermana mayor, también era conocida por tener un carácter muy difícil y ser muy rebelde, pero para sus objetivos cualquiera de las

dos hermanas servía.

Ahora el problema era cómo convencer a su hijo, cuyo interés estaba centrado en su novia, y también persuadir a Catalina, la cual tenía pareja y no sentía interés por otra persona.

Catalina llevaba dos años de relación con Julio, un estudiante de medicina que se encontraba realizando su especialidad para ser pediatra, ella estaba muy enamorada, Julio era un hombre muy atractivo, pero no era muy fiel, sin embargo, Catalina ignoraba esta situación porque él siempre era muy discreto al respecto, Inés consiguió las pruebas de la infidelidad de Julio y se las hizo llegar a Catalina.

Inés no solo hizo eso con Catalina, sino también le hizo llegar a Felipe evidencia de que Estrella lo engañaba con su hermano Francisco y fue conduciendo los hilos para hacer que ambos chicos se conocieran en un momento en el cual se sentían vulnerables.

Andrea estaba preocupada por su hermana, ella se sentía muy afectada debido a lo que hizo su novio, Catalina era muy sensible, además siempre creció muy sobreprotegida y este tipo de circunstancias le resultaban difíciles de asimilar.

—Cata, siempre te lo he dicho: confías demasiado en las personas —le reprochó Andrea.

—¿Por qué me hizo esto, Andrea? —preguntó Catalina, con la voz quebrada.

—Algunos hombres no respetan nada.

—Le pedí una explicación. Me dijo que solo fue sexo. Que esa persona no significaba nada.

—Si habla así de ella, hará lo mismo contigo. Ese hombre no vale la pena.

—Yo quería que fuera el primero. Para mí, Julio era especial.

—Infiel una vez, infiel mil veces. Si yo estuviera en tu lugar, le pagaría con la misma moneda.

—No te entiendo.

—Que si él fue infiel, tú también puedes serlo, Cata.

—¡ANDREA!

—No digo que tengas sexo con otro, pero Julio necesita saber que hay muchos hombres que te desean. Que tú no eres una opción, eres un privilegio.

Catalina no respondió, sin embargo, algo en su mirada cambió, no era venganza, sino el inicio de una grieta. Andrea al darse cuenta de lo deprimida que se sentía Catalina la convenció para salir esa noche a un local nocturno en el cual celebraban una fiesta temática inspirada en los años 80, ambas hermanas se vistieron acorde a las tendencias de moda para dicha década, Andrea, con su estilo glam rock, y Catalina se atrevió a usar un vestido rosa neón, con escote pronunciado, y falda corta nada que hubiera usado antes.

—Estás preciosa esta noche —dijo Andrea, levantando el pulgar.

—¿En serio? Me parece muy osado —respondió Catalina, insegura.

—Justamente por eso. Que te vean como nunca.

Catalina lucía un traje muy sexy de color rosa neón muy diferente a algo que normalmente usaría, y desde que llegaron las hermanas al local comenzaron a bailar muy animadamente, Catalina contrario a su tímida personalidad bailaba muy bien y desde que comenzaron a hacerlo las personas a su alrededor le dieron espacio para poder apreciar los movimientos de las chicas; a pesar de su timidez Catalina había tomado un par de tragos de alcohol esa noche, no hasta al punto de estar ebrio, sino que, por el contrario, se sentía desinhibida.

Felipe asistió a la fiesta temática por insistencia de su mejor amigo Carlos, aunque no se encontraba de buen

humor porque esa tarde tuvo un altercado con su hermano mayor Francisco debido a que siempre le gustaba dormir con sus novias y por eso terminaba con ellas.

—¿Puedes creer que Estrella me dijo que no era lo que creía? —preguntó Felipe, con sarcasmo.

—Típica excusa de un infiel —respondió Carlos.

—Me rogó que la perdonara. Que lo hizo por ayudar a su sobrina. Que no quería lastimarme.

—Lo importante es que te deshiciste de ella.

—Sí. Y jamás volvería con alguien que me humilló así.

Felipe luego de su altercado con Francisco confrontó a Estrella y le mostró la información incriminatoria que tenía sobre ella y aunque lo negó vehemente y le pidió perdón y que le diera una segunda oportunidad, él decidió terminar la relación, porque se sentía decepcionado debido a que creía que ella era diferente, sin embargo, resultó ser igual a todas las mujeres con las cuales había salido a lo largo de todos los años, y la verdad estaba harto.

—Tienes razón, Carlos. Hay muchas mujeres para escoger —dijo, mirando la pista de baile.

Felipe fijó su mirada en la pista de baile y allí se encontraba Andrea, la hija mayor del ministro de infraestructura con la cual su madre quería relacionarlo, y a insistencia de esta salieron en una cita, no obstante, no le gustó su personalidad a pesar de que era muy hermosa, además de que luego sin ninguna explicación lo bloqueó y escuchó por conocidos que hacía malos comentarios sobre él.

—No quería volver a encontrarme con esa pesada —murmuró Felipe.

—Admite que es hermosa —respondió Carlos.

—Pero tiene mal carácter. No envidio al hombre que se case con ella.

Carlos se sonrió mientras observaba a ambas mujeres y luego decidió ir a bailar y dejar a su amargado amigo bebiendo solo en la barra, después de todo vinieron a divertirse

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