Capítulo 4

Voten para más capítulos 👍

Había perdido la noción del tiempo metida en esa habitación de cuatro paredes con cámaras y un cristal el cual no podía ver nada desde donde estaba, ellos me podían ver, pero yo no.

Paso mi mano por mi pelo, también perdí la cuenta de todas las veces que lo hice al estar agobiada por tener delante a un policía que en todo momento me atacaba con preguntas diferentes intentando liarme con algunas para que contestara una cosa que yo no quería.

-Le dije ya que no se nada más señor, mi respuesta seguirá siendo la misma – le digo cansada de repetirle lo mismo una y otra vez.

-¿Conoce al ladrón que te obligo ir a la cámara acorazada? - me había hecho esa pregunta varias veces ya y de diferentes maneras.

-De nuevo vuelvo a decirle que no conozco a ninguno de ellos, no pude ver sus caras siempre estuvieron con el pasamontaña puesto – miento cuando le digo que no pude ver sus caras porque de uno sí que lo vi.

-Señorita tiene que hacer el esfuerzo de recordar estuvo con ellos todo este poco tiempo tuvo que ver algo, aunque sea lo más mínimo, a lo mejor para usted no le parece importante, pero para nosotros si – toco mi frente frotándola, llego un punto en que me dolía la cabeza de escucharle.

-Le vuelvo a repetir que me tuvieron en una furgoneta negra no pude ver ni si quiera la matricula, luego conseguí escapar medio desnuda en una carretera desierta, solo corrí hasta que di con la casa de la anciana pedí ayuda y luego vino uno de los hombres para matarme y aparecieron vosotros – le repito siempre lo mismo no le cambio ni una sola palabra, las pocas películas que pude ver en mi vida vi que si cambias aunque sea un poco una versión la cagas, no quería problemas solo quería seguir con vida que ya era complicada de por sí.

-¿Está segura que no vio nada? - suspiro frustrada.

-No – le digo seca echándome hacía atrás reposándome en la silla cansada de este interrogatorio.

Como pensé en el atraco me intentaban buscar, para ver si estaba con los ladrones, buscar un mínimo de detalle para tenerme más tiempo aquí en investigación.

-Está bien la dejaremos irse libremente, pero no dude que si en algún momento llega a recordar algún dato por más pequeño que sea se ponga en contacto con nosotros estaremos a su servicio, no dude que tendrá protección si en este tiempo se siente perseguida nunca sabemos cómo pueden actuar esta clase de personas – asiento con mi cabeza.

-¿Entonces puedo seguir haciendo mi vida normal? - le pregunto refiriéndome a que no tengo que volver a pasar por más interrogatorios.

-Por ahora si señorita esperemos que no pase nada más, normalmente los ladrones y asesinos violentos así no suelen dejar a sus víctimas por eso damos protección, pero este caso es un poco diferente así que por ahora todo bien – no estaba tranquila cien por cien, pero no puedo hacer nada solo seguir como si esto nunca hubiera pasado, vamos eso quiero hacer por más que mi cabeza me delate haciendo que recuerde esos ojos penetrantes.

-Está bien si llego a recordar algo os informare – me levanto de la silla dispuesta de irme de una vez de aquí, no aguantaba estar más tiempo dentro de este sitio.

Él policía me acompaña hasta la puerta de la sala de interrogatorios, al salir veo a algunos detenidos que están esposados esperando a que le tomen sus datos, no sé porque me quedo mirando a uno de ellos recibiendo su mirada al instante, siento un escalofrió por mi cuerpo cuando veo como me mira con esa mirada asesina.

Aparto mi mirada de él comenzando de nuevo a caminar saliendo de la comisaria donde me tuvieron por horas.

Me siento un poco más aliviada cuando una ráfaga de aire viene hasta a mí respirando aire puro, gracias a que me dieron ropa de chica una policía podía ir por la calle sin sentirme casi desnuda.

Voy en la dirección donde está mi casa, no sé dónde puede estar mi padre ya que desde esta mañana pasaron muchas horas, me acerco a la primera parada de autobús que veo esperando a que este llegue.

-¿Te enteraste del atraco en el banco que hubo? - dice una mujer a otra que vienen acompañadas deteniéndose casi a mi lado.

-Si me entere de lo que paso, también me entere de la pobre chica a la que se llevaron esos delincuentes – trago fuerte saliva al recordar todo lo que paso, al parecer la gente no pierde el tiempo con noticias así.

Me siento incomoda que hablen de mí sin saber ellas mismas que me tienen al lado, agradezco cuando el autobús llega.

Rápido me subo adelantándome pagando al conductor para coger el primer asiento libre que veo, me acomodo en el asiento cuando el autobús comienza a hacer su recorrido.

Parece que hoy es el día de los rumores cuando escucho a otras personas diferentes hablar sobre el banco.

Enserio estaba deseando llegar a casa para no tener que escuchar algunas mentiras que decían como que la chica del banco está metida en la banda de los delincuentes.

Pasan los minutos hasta que mi parada llega, me bajo del autobús dejando a todos los chismosos atrás, a veces las cosas no son lo que parece y con eso también existe las típicas personas que viven de lo que le dicen los demás, suspiro al ver las reflexiones que tengo antes de llegar a casa.

-¿Papa? - pregunto al aire cuando abro la puerta del piso.

Avanzo escuchando unos ruidos provenientes de la cocina, sigo avanzando hasta que escucho romperse una botella de cristal contra el suelo.

Abro la puerta de la cocina encontrándome con mi padre tambaleante sujetándose de la encima mientras miraba lo que había dentro de la nevera.

Ya estamos...

-¿Papa? - cuando le llamo él intenta darse la vuelta, pero falla teniendo que sujetarse de la puerta de la nevera. - ¿Qué haces? - me acerco más hasta llegar a él intentando ayudarle a que se pusiera firme.

-¿De dónde cojones vienes? - me pregunta con ese tono de cabreo dejando una gran peste a alcohol.

-Estuve en el trabajo – digo sin más, dándome cuenta de que él no tiene idea de lo que paso en el banco.

Se tuvo que quedar dormido en el sofá por las pintas que trae sobre todo que sus ojos están medio cerrados como si estuviera recién despertado.

-¿No fuiste a comprar nada? ¿Eh? - niego con la cabeza. - No hay nada en la nevera para que me cocines baja a comprar – me ordena directamente.

-Papa no hace falta te puedo preparar algo con lo que hay... - intento cerrar la nevera, pero él me detiene con uno de sus brazos.

-Dame dinero – extiende su mano en mi dirección.

-No tengo dinero – le miento, si le daba más dinero no podría pagar esta vez el alquiler que ya de por sí estaba algo más caro de lo normal.

Hace poco le di dinero sabiendo que si no se lo daba rebuscaría mi cuarto poniendo patas arriba hasta encontrar, aunque fuera un simple billete de cinco euros.

-Mentira, no me mientas porque sabes lo que te pasa luego – echo un paso hacia atrás cuando él da uno hacía adelante.

-No tengo si no te lo daría - le vuelvo a decir consiguiendo que esta última vez no me temblara la voz.

-Mentirosa, eres igual de mentirosa como la guarra de tu madre por eso nos dejó – nunca me ha gustado hablar de mi madre.

Mi madre me dejo con mi padre cuando apenas tenía doce años, de la noche a la mañana desapareció dejando una pequeña nota en la que decía que se marchaba para siempre porque estaba harta de llevar una vida que ella no quería, pero se olvidó de un detalle importante y era que dejo a su hija, la que ella pario, sangre de su sangre.

Desde entonces mi padre empezó a beber inundando sus penas en alcohol por eso con el tiempo termino perdiendo su trabajo de toda la vida, porque llegaba borracho todos los días, su jefe no aguantaba tal falta de respeto que le termino despidiendo y con razón no lo juzgaba.

-No hables de mi madre – intento sonar más dura de lo que pretendo, pero mi voz temblorosa me delata.

-Hablare de esa perra todas las veces que se me vengan en gana, ahora dame dinero que me voy – no pienso escucharle más tiempo, cuando está en ese estado no hay quien le aguante ósea que nunca se le puede aguantar porque siempre está borracho.

Me doy la vuelta caminando hasta mi cuarto, pero el agarrón de mi padre me detiene cuando tira de mi pelo consiguiendo que suelte un grito de dolor.

-¡DAME MI DINERO! - me grita comenzando a estar agresivo.

-¡NO ES TU DINERO! - intento zafarme de su agarre.

-Tú misma lo has querido – me suelta adelantándose para entrar en mi cuarto.

Por más que le intento detener me es imposible ya que él es mucho más fuerte que yo y termina entrando por completo en mi cuarto en busca del dinero.

-¡NO! - le grito dándole un empujón cuando comienza a tirar las dos sillas empezando a revolver el cuarto, mi empujón no le hace mucho cuando se estabiliza rápido siguiendo con la idea de destrozar mi cuarto una vez más.

No puedo hacer nada cuando me levanta el colchón sabiendo que la otra vez había dinero ahí.

-¿Dónde está? - se da la vuelta rápido cuando ve que no hay dinero en la madera. - ¿¡DONDE ESTA!? - me grita agitándome haciendo que me muera de miedo.

-¡TE DIJE QUE NO TENGO! - le grito encogiéndome en mi sitio.

Recibo una bofetada de su parte consiguiendo que caiga al suelo por la gran fuerza que ejerce.

Comienzo a sollozar fuerte colocando mi mano en la zona donde recibí la bofetada, comienzo a sentir mi mejilla caliente y saborear la sangre en mi labio inferior.

-¡ERES UNA NIÑATA ESTUPIDA LO SABIAS! - me grita para después sacar de un tirón mis cajones tirando todas mis prendas íntimas. - ¡SOLO ERES UNA ZORRA COMO TU MADRE! - vuelve a gritar, pero esta vez más fuerte que la anterior al seguir sin encontrar lo que él quiere.

Coge mi bolso sacando todo lo que había en él de una directo al suelo, se agacha cuando ve un billete de diez euros.

-¿Es lo único que tienes? - me grita de nuevo.

-Si – contesto bajito frotando mi mejilla adolorida.

-¡ESTA MIERDA DE DINERO SOLO! ¡PONTE A TRABAJAR! - me empuja tirándome de nuevo al suelo cuando intento levantarme.

Tapó mi boca con una de mis manos intentando ahogar el sollozo, sus pasos cada vez se escuchan más lejos hasta que la puerta principal del piso se escucha abrirse y cerrarse avisando que él ya se fue.

No se cuantos minutos me quedo tirada en el suelo llorando sintiendo como mi labio temblaba por el sollozo.

Cuando puedo respirar un poco mejor me levanto despacio recogiendo una de las sillas para sentarme.

Por poco tira mi portátil por su gran furia, lo que menos necesitaba ahora era que se me rompiera porque no podría arreglarla, ya que no me sobra el dinero y más si mi padre me lo quita a malas.

Abro él portátil encendiéndolo mientras me meto en la página donde me aparece rápido Google.

Pero no prestó atención a las nuevas notificaciones que empiezan a llegarme si no a mi cámara que a su lado esta la lucecita roja encendida.

Nunca había usado la cámara de mi portátil por lo tanto me resultaba muy extraño que esa lucecita estuviera encendida.

Me acercó observándola con curiosidad sin entender todavía, me meto en ajustes intentando ver si esta conectada la cámara ya que siempre ponía desconectada.

Pero esta vez ponía conectada.

¿Cómo era eso posible?

Llevaba casi dos días sin encender el portátil.

Aquí había algo que se me escapaba pero para no tenerla encendida doy a la opción de apagar.

La luz roja desaparece quedándome algo más tranquila, había oído hablar en el trabajo sobre cómo hackeaban las cámaras para robar todos tus datos.

Decido por apagar el portátil y no distraerme, prefiero recoger mi cuarto y luego ponerme a leer un rato.

Pero cuando me levanto de la silla dispuesta a apagarlo la luz roja vuelve a aparecer al lado de la cámara.

¿Que pasará ahora?

Para el próximo capítulo tenemos que llegar a 70 👍

Emma

Más populares

Comments

Franderly Delgado

Franderly Delgado

El la está vigilando🧐 y vera todo su sufrimiento

2023-08-09

3

Piolinn Manga

Piolinn Manga

me gusta toda tus novelas son un éxito 😍👌👏❤️

2022-05-27

1

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

La están vigilando y seguro verán lo que le pasa

2024-01-03

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play