Capítulo 3

Voten para más 💞

Le miro aterrada cuando lo escucho, solo de pensar en la idea de quedarme semidesnuda delante de ellos me aterra y me avergüenza a la vez.

-No – le dejo en claro mirándole a los ojos.

Él da dos pasos hacía mí intimidándome con solo mirarme desde su altura porque era alto.

-Si no te quitas la ropa entonces lo hare yo – me dice serio, pero no es una advertía es una orden.

Niego con mi cabeza, pero con cierto miedo, se coloca enfrente de mí arrancando de un tirón los botones de mi camisa blanca, abro la boca del asombro llevando rápido mis manos a mi pecho tapándomelo.

-¡ERES UN ANIMAL! - le grito recibiendo una mirada de furia de su parte.

-Esto va así mocosa ya nos sirves para nada – comienza a hablar su otro compañero, los otros están dentro de la furgoneta.

-No me matéis no diré nada lo juro – comienzo a decirle rápido al ver como saca su arma.

-En este mundo las cosas van así no puedes dejar a una persona viva cuando vio de más - me contesta de nuevo el otro que me obligo a decirle donde estaba el dinero. - Quítate la falda vamos, si no te la arranco yo - ¿Por qué dejarme casi desnuda? ¿Para matarme y tirarme en una cuneta? No entendía.

Sin más remedio al ver que el otro me apunta me llevo una de mis manos a mi falda bajándola despacio bajo sus atentas miradas.

La falda se desliza por mis piernas hasta acabar en el suelo, levanto una pierna y después la otra alejando la falda, juro que podría ver una sonrisa en la cara del tío, pero no lo puedo confirmar por él pasamontañas.

Me siento como si no tuviera ropa interior al verme tan observada por los dos por eso me encojo en mi sitio.

-Muy bien – comienza a caminar rodeándome, le sigo con mi mirada en cada momento. - Déjanos a solas – levanta su cabeza mirando a su compañero.

-¿Qué? - le dice sin creérselo.

-¡QUE NOS DEJES A SOLAS! - me sobresalto al escucharle gritar detrás de mí.

No dice nada solo camina hasta la furgoneta abriendo la puerta metiéndose en el lado del conductor.

Cierro los ojos fuertes cuando siento lo fría que esta su pistola al tocar mi piel apartando mi pelo hacía atrás.

Su aliento roza mi nuca causándome escalofríos y a la vez cosquillas una sensación extraña y sobre todo confusa.

-Vas a empezar a correr solo te daré tres minutos para que desaparezcas de mi vista, si no lo haces en ese tiempo olvídate porque estarás muerta – trago saliva girándome un poco para poder mirarle.

-¿Por qué me das la oportunidad de escapar? - le pregunto confundida.

-Tu solo hazlo no preguntes, tu tiempo comienza ahora – sin esperar un solo segundo más comienzo a correr como nunca lo había hecho sin saber dónde estoy yendo, pero eso no me importaba ahora, lo importante era escapar lo más lejos de ellos.

-¡CORRE EMMA! - le escucho gritarme a lo lejos.

¡ESPERA!

¿¡COMO DEMONIOS SABE MI NOMBRE!?

No me detengo comenzando a pensar como lo sabe, pero caí en cuenta que sabe cómo me llamo por culpa de mi jefe cuando intento detenerme por él dinero.

Tranquila no estaba, me dejaba escapar y encima sabía mi nombre hoy en día podías sacar mucha más información de la persona sin muchos datos con el primer apellido y nombre bastaba.

Me echo para atrás cuando un coche pita al cruzar la carretera, sigo corriendo viendo a lo lejos una casa de campo que parece habitada.

Solo pasa dos minutos cuando llego y subo los cuatro escalones para comenzar a golpear la puerta desesperada en busca de ayuda.

-¡AYUDA! - grito intentando ver a través de los cristales de la casa, pero no conseguía ver nada porque estaban sucios.

Me asusto cuando una mujer mayor asustada abre la puerta mirándome con terror al verme medio desnuda.

-Señora por favor tiene que ayudarme – la digo desesperada, si no necesitara ayuda de verdad no se lo pediría, porque parece la típica mujer loca que convive con mil gatos.

-¿Por qué no lleva ropa? - me pregunta confundida.

-Se lo explicare necesito un teléfono - ella se hace a un lado para que yo pueda entrar a la casa, entro esperando a que ella me llevara hasta el teléfono para poder llamar a la policía.

Me lleva hasta un comedor pequeño donde hay un teléfono fijo, me acerco marcando al número de emergencias, observo todo a mi alrededor cuando los tonos comienzan a sonar.

-Vamos, vamos... - muerdo mi labio sintiendo mi desesperación cada vez más.

-Yo creo que no hay cobertura suficiente hija... - habla la anciana tan bajo que casi no se la escucha.

-Si está dando tonos – la contesto mirándola de reojo, no me fiaba ahora mismo ni de mi propia sombra.

Entonces alguien entra por la puerta de la casa justo cuando me cogen la llamada, no hago caso a la persona que entra cuando comienzo a hablar rápido dando la información a la chica de emergencias, la digo mi nombre, apellidos menos la dirección exacta de donde estoy, no me pone problema porque ella desde el ordenador donde esta rastreara el lugar.

-¿Quién eres tú? Sal de mi casa ahora mismo – grita la mujer cuando cuelgo el teléfono mirando en la dirección que daba al pequeño pasillo.

Trago fuerte saliva cuando veo a un chico sumamente tatuado por todos sitios no se ve ni un rincón de su piel morena, tiene la cara al descubierto mirándome fijamente a mí.

-¿Llamaste a la policía? - me pregunta serio.

¿Es uno de los chicos del atraco? No entiendo nada...

-No, bueno sí pero no di ninguna información del atraco – contesto, nerviosa.

-El jefe te dejo escapar niñata yo le dije que era mejor matarte, pero él por alguna razón no quiso por eso vine para terminar con el trabajo porque sabía que lo harías - se acerca a mí peligrosamente, la mujer mayor coge el teléfono supongo que llamando de nuevo.

-No me hagas nada no los di ninguna información de vosotros – me coge del pelo y con su otra mano arranca el cable del teléfono impidiendo que pueda realizar la mujer la llamada.

Entreabro la boca cuando su mano va a mi cuello apretándolo fuerte levantándome del suelo con una gran fuerza.

Llevo mis manos a su brazo intentando arañarle para que me suelte, pero el ejerce mucha más fuerza sintiendo como poco a poco me voy quedando sin aire.

Mi cabeza comienza a dar vueltas sintiéndome mareada, solo escucho los gritos de la anciana, pero comienzo a ver todo a mi alrededor borroso.

-Suéltame... - le digo entrecortada arañándole las manos dejando un rastro de sangre de mis arañazos.

Él me sonríe siniestramente, mis ojos se entrecierran perdiendo las fuerzas en todo mi cuerpo.

Lo último que llego a escuchar es una especie de disparo y mi cuerpo acabando en el suelo con un gran golpe, comienzo a toser fuertemente desesperada por recuperar el oxígeno perdido.

-Abre los ojos despierta... - la voz de la anciana se escucha muy lejana.

Lo siguiente que siento es todo silencio y oscuridad...

Abro los ojos despacio constándome al principio mucho esfuerzo, pero acabo consiguiéndolo viendo donde me encuentro, en un sitio desconocido.

Un ruido a mi lado hace que me espabile más antes mirando en esa dirección...

-Al fin despiertas pensé que serías como la bella durmiente... - esa voz y esos ojos eran conocidos para mí...

Era el mismo del atraco con él pasamontaña aun puesto.

-¿Dónde me tienes? - sea donde este el sitio hace mucho frio al estar todavía en ropa interior.

-No te lo diré – me contesta seco.

-Había una mujer mayor estaba en su casa... - antes de que pueda seguir hablando él me corta.

-Ella está bien y tú también, uno de mis hombres quiso saltarse las normas y pago por ello... - entre abro los labios al pensarme lo peor.

-¿Le mataste? - le pregunto recordando el disparo que escuche antes de perder el conocimiento.

-Si, nadie se salta las normas y más si está en mi grupo – me remuevo sintiendo que estoy tumbada en un colchón.

-¿Por qué no me mataste a mí también? - quería saber el motivo, mato a uno de los suyos, me pudo matar a mí también pero no lo hizo, aun así.

-No diste ninguna información a la policía de nosotros, tampoco es que tuvieras, pero aun así no lo hiciste – le miro como si tuviera doble cabeza.

-¿Cómo sabes tu eso? - él sonríe.

-La anciana, es fácil sacarla las cosas – asiento. - Come algo te dejare irte después con la misma condición si no te buscare y te matare nadie se escapa de mí - con cierto miedo vuelvo a asentir con mi cabeza.

-No tengo hambre – le digo, porque era verdad todavía tenía el miedo en el cuerpo.

-Cuando vuelvas querrán interrogarte, harán lo que sean para sacarte la mínima información, aunque tengan que hacer su típico juego psicológico, y si comerás si no te la daré yo, no será a las buenas – no entiendo porque se preocupaba porque comiera algo, bueno eso parecía.

-Está bien comeré

Se da medía vuelta cogiendo una bandeja de una mesa pequeña, había un zumo de naranja un poco de pan, huevo y beicon.

Me la deja sobre mis piernas, no me espero más y comienzo a comer así me iría lo antes posible de donde este.

Espero poder seguir con mi vida, aunque tenga que pasar por varios interrogatorios, pero no diré nada igualmente.

Él se levanta dejándome sola en esta fría habitación, me da tiempo comer tranquila no sé cuánto tiempo pasa hasta que él vuelve.

-Es hora de que te vayas – se hace a un lado dejando la puerta abierta.

-Se me hace extraño que me quieras dejar ir así por así, pero lo dejare pasar – me levanto sin despegar ni un solo mi mirada de la suya por si en el último momento quiere hacerme algo.

-Te estaré vigilando

Hago como si me hiciera gracia y salgo por la puerta viendo un pequeño pasillo con otra puerta que da a la salida.

-No diré nada, hasta siempre – me apoyo en la puerta dándome media vuelta mirándole desde lejos.

-Adiós Emma

Escuchar su nombre salir de sus labios me causaba escalofríos por mi columna, no miro atrás y comienzo a correr con la pequeña sabana rodeada en mi cuerpo.

Había una parada de autobús en la que estaba una mujer con una niña sentadas esperando.

-Perdona podría prestarme un móvil – la digo, ella atrae a su hija sin fiarse de mí, la entiendo tengo que tener un aspecto horrible, parece que se lo piensa porque tarda varios segundos en responderme.

-Si, toma – saca de su bolso un móvil tendiéndomelo.

Me pienso si llamar a mi padre o no pero no creo que se haya enterado de nada siempre anda borracho perdido en su mundo del nunca jamás.

Al final decido llamar de nuevo a emergencias que esta vez me lo cogen más rápido, lo explico todo mejor hasta pregunto a la mujer donde estoy.

Los de emergencias estaban informados de mi desaparición con el robo del banco.

Vinieron a por mí la policía con una ambulancia la cual me empezaron a revisar invadiéndome a preguntas como:

¿Te hicieron algo?

¿Por qué te quitaron la ropa? ¿Abusaron de ti?

La policía a pesar de que los médicos dijeran que no me preguntaran lo hicieron, pero yo estaba en ese estado en el que me sentía completamente perdida.

-Señorita tendrá que acompañarnos a comisaria – muerdo mi labio cuando escucho a uno de los policías, no me queda más remedio los médicos vieron que estaba bien todo había quedado en un completo susto.

-¿Así? - me intento señalar a mí misma.

-Le daremos ropa, pero tenemos que hacerla una serie de preguntas sobre lo que paso – suspiro pensando en lo que me vendría.

-¿Qué tipo de preguntas? - le digo un poco nerviosa.

-Solo será un rato señorita es para reunir pruebas contra esas personas y poder detenerlos, sé que tu actuaste por obligación hacía ellos, estas a salvo con nosotros...

¿Estaba a salvo?

De eso no estaba cien por cien segura...

¿Que pasará?

Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 60 👍

Emma

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Comments

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

Me pregunto qué pasará

2024-01-03

0

Yanetsy Moreno

Yanetsy Moreno

el hombre se enamoro ...como será ?

2023-11-09

2

María~jose

María~jose

2022-12-27

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