Capítulo 2

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Mis piernas temblaban como nunca tanto que parecían gelatina, la intensidad de su mirada no ayudaba en nada, demostraba terror y sobre todo maldad.

Solo veía esa mirada en una persona y era en la de mi padre cuando iba con sus copas de más, nunca pensé que vería esa mirada a nadie más, pero estaba muy equivocada.

Niego con mi cabeza cerrando fuerte mis ojos deseando que todo esto sea un sueño, que al despertarme esto no estaría pasando, pero vuelvo a la realidad cuando siento un tirón fuerte en mi pelo haciendo que soltara un fuerte grito de dolor.

No me da tiempo a reaccionar cuando mi cuerpo es empujado con gran fuerza haciendo que me chocara con la mesa haciéndome daño en mi abdomen, solté otro quejido sollozando aún más fuerte.

Mi respiración se entre corta cuando una de las manos del hombre comienza a deslizarse por mi muslo como si estuviera buscando algo.

-No tengo nada – le digo rápido atreviéndome a quitar su mano casi de un manotazo.

Él ruido del seguro se escucha avisándome lo que se me viene como no le diga donde está el dinero.

Muerdo mi labio pensándomelo por última vez unos segundos, decido decírselo cuando me empuja mi cabeza con su arma.

-Está bien te diré dónde está, pero no me mates – le suplico levantando mis dos manos.

-Así me gusta chica lista – me separa de la mesa volviéndome a empujar diciéndome sin palabras que caminara para llevarle hasta el dinero.

-¡EMMA NO LO HAGAS! - mi jefe grita desde una punta, me doy media vuelta mirando en su dirección viendo cómo se levanta rápido del suelo.

Uno de los atracadores le apunta disparándole, mi jefe cae al suelo y yo grito de la impresión llevándome mis manos a mi boca, los sofocos de la gente se escuchan de nuevo dejando en claro que están igual de aterrados que yo.

-¿QUIEN QUIERE SER EL SIGUIENTE? - grita el hombre que le disparo.

-Vamos – me sobresalto cuando escucho como me lo dice muy cerca de mi oído, me vuelvo a dar la vuelta llevándole hasta la cámara acorazada.

Por cada paso que doy mi corazón cada vez bombea más fuerte a tal punto de que le siento como si le tuviera en la garganta, nunca me habían sudado tanto las manos por eso me las restriego contra la tela de mi falda, mis nervios aumentan aún más cuando estoy a tres pasos de la cámara acorazada.

-¿Aquí está todo el dinero que guardáis o hay más cámaras? - me pregunta detrás de mí sintiendo el arma detrás de mi cabeza.

-Solo tenemos esta cámara donde se almacena todo el dinero incluido los lingotes de oro – le contesto rápido como si de una maquina tratase.

-Pon el código – le miro intentando escanearle, pero solo puedo ver sus ojos azules. - No me mires tanto no podrás decir nada a la mierda de la policía - le miro una vez más antes de poner mi dedo en la pequeña pantallita, pero sin posarle dejo una distancia.

-No puedo... - me echo hacía atrás, pensando de nuevo en las consecuencias que podría tener cuando ellos se fueran porque estaba más que claro que la policía me interrogaría sobre todo a mí.

-¿Qué no puedes qué? - su voz se escucha ronca, si no fuera un enemigo ahora mismo podría decir que hasta su voz se escucha sexy.

-No puedo hacer esto la policía se pensará que estoy con vosotros no soy una mala persona – intento explicarme, pero sé que no me entenderá a pesar de todo sigue siendo un ladrón.

-Me importa una mierda si la policía te deja como la culpable hazlo ya o te mato – me vuelve a empujar.

Sin esperar más coloco mi dedo en la pantalla escuchándose el sonido de las puertas abrirse apariendo la cámara acorazada cerrada aún porque se necesita el código para abrirse por completo.

-Pon el código no tenemos tiempo – me vuelve a empujar.

Antes de que ponga el código me doy media vuelta mirándole mal, me molestaba mucho cuando hacía eso no hacía falta que me tratara así.

-Deja de empujarme – le digo entre dientes.

-¿Prefieres que te haga otra cosa? - juraría que su mirada había cambiado por completo hasta podría decir que alzo una de sus cejas.

-Asqueroso – le contesto viendo cual eran sus intenciones con esa contestación, pongo el código cuando niego con mi cabeza.

Cuando se está abriendo despacio siento la mirada intensa del hombre sobre mí, puedo sentir como si me estuviera desnudando con su mirada.

La gran cantidad de dinero que almacenábamos aparece acompañada de los tantos lingotes.

-Entra tu estarás conmigo recogiendo el dinero – me lo quedo mirando como si estuviera loco, bueno él sí que lo esta ya que se atrevió robar en un banco.

-¿Qué? No hare eso me verán las cámaras – le digo echándome un poco para atrás.

-Me da igual lo que tú quieras niñata vas a hacer lo que yo te diga – me quejo cuando tira fuerte de mi brazo que casi acabo chocando contra su pecho.

Lleva dos bolsas enormes de deportes vacías que deja en el suelo para comenzar a meter los fajos de billetes que estaban metidos en paquetes de plástico y otros con cuerdas alrededor para que no se escapara ningún billete.

Comienzo a coger los billetes sin ánimo alguno, él sin embargo lo coje a grandes cantidades dejándolo rápido en una de las bolsas, él me mira de reojo viendo que no lo hago con muchas energías.

-No acabes con mi paciencia – dice tajante dejándome en claro que era un último aviso.

Aumento mis movimientos dejando más cantidades de dinero en la otra bolsa, un compañero suyo aparece con prisa cogiendo también paquetes de billetes metiéndolo en otra bolsa, también empieza a coger todos los lingotes de oro que tenía a su lado.

-La policía está llegando – viene el tercero casi gritándolo.

Si antes iban con prisa ahora van a la velocidad de la luz para coger el dinero.

-Daros prisa – insiste su compañero.

Con su brazo tira más dinero dentro de una de las bolsas que están hasta arriba de dinero.

Solo se queda con una las demás las coge sus dos compañeros que salen disparados de la cámara acorazada.

Veo que tiene su arma detrás de su espalda cuando se da la vuelta cogiendo otro lingote de oro que quedaba, era mi momento si no lo hacía ahora estaba segura que no tendría otra oportunidad más como esta.

Sin pensarlo me tiro a él cogiendo su arma, no tengo ni idea como se usa, pero en estos momentos supongo que no me lo pensare dos veces al apretar el gatillo.

Me alejo apuntándole con su propia arma, él en ningún momento deja ese lado de relajado, es como si no le afectase en absoluto que le esté apuntando con un arma que podría matarle.

-¿Te crees que me achantare porque me apuntes con mi arma? - me dice él con gracia.

Yo trago fuerte saliva dudando de mí misma, mis manos tiemblan porque es la primera vez que apunto a una persona con un arma.

-Deja la bolsa tu y tus compañeros se irán con las manos vacías - me atrevo a decirle.

-¿Tú crees? - me dice seguro de lo que dice.

No me da tiempo a responderle ni si quiera a pensar cuando se alza sobre mí, forcejeo con él todo lo que puedo para que no me quite el arma, la bolsa con el dinero sale disparada lejos de los dos saliéndose algunos billetes, me quejo cuando intenta quitarme el arma con gran fuerza.

Todo pasa rápido cuando él arma se dispara al apretar yo el gatillo, me quedo rígida pensándome que le dispare de verdad.

Pero él vuelve a cargar contra mí, vuelvo a hacer fuerza haciendo que el arma se cayera al suelo deslizándose lejos también de nosotros.

Corro tirándome casi al suelo para poder alcanzar el arma, pero él tira de mí como si fuera una muñeca que no pesa nada, me quejo cuando me doy con una de las estanterías que había dinero aún.

-Perra – cierro los ojos fuertes cuando él viene hacía a mí con intenciones de pegarme.

-¿QUE FUE ESE DISPARO? - uno de sus compañeros viene mirando a todos lados, su mirada se dirige a mí que sigo tirada en el suelo.

Grito cuando me levanta del suelo agarrándome del pelo.

-Mátala nos vamos – me suelta tirándome a los pies del otro, me vuelvo a quejar al sentir como mis rodillas arden por el golpe.

-No – hace una pausa mirando a su compañero. - La vamos a necesitar para salir de aquí - ¿Qué? ¿Acaso se les fue la cabeza?

Me van a usar como objeto que podría ser que me llevara todas las balas como si de un escudo fuera.

-¿Estás loco? Cuando la soltemos nos dispararan – le dice su compañero no estando de acuerdo con el plan.

-No la soltaremos se vendrá con nosotros – me levanta de malas maneras tirando de mi brazo, coge la bolsa comenzando a salir de la cámara acorazada.

No me pueden llevar con ellos...

Tengo que hacer algo ya, aunque en él intento salga herida o peor aún termine muerta, pero prefiero eso mil veces antes de que me lleven secuestrada.

Me remuevo, pero cada vez que lo hago me aprieta aún más haciéndome daño en mi brazo.

Mi jefe sigue tirado en el suelo rodeándole un pequeño charco de sangre no se decir si está muerto de verdad o solo está herido, pero inconsciente.

Miro a mis compañeras que ellas levantan sus cabezas un poco mirándome tristes sobre todo la que me señalo demostrándome con su mirada culpabilidad que puede estar sintiendo por delatarme de esa manera, en parte la entendía él miedo puede más que cualquier cosa.

Cuando nos vamos acercando a las puertas del banco veo a través de los cristales los coches de la policía como van llegando, los disparos tuvieron que alertar ya que yo no pude dar al botón de emergencias, las cámaras que tenemos dentro del banco y afuera tuvieron que captar todo con detalle desde que empezó este atraco.

-¿Dónde me vas a llevar? - le digo comenzando a sentir el pánico cada vez que nos acercamos más a la salida.

-Eso no te importa – me contesta borde volviendo a tirar de mí cuando me detengo.

Dos de sus compañeros salen del banco quedando otro detrás de nosotros.

-TENEMOS A UNA REHEN SI DISPARAN CONTRA NOSOTROS LA MATAREMOS – grita uno de ellos hacía la policía, de nuevo tengo el arma apuntando directo a mi cabeza.

Nos volvemos a mover avanzando un poco más, observo a todos los policías que están apuntando hacia nosotros cubriéndose con sus coches preparados para cualquier movimiento.

-Como intentes escapar no te dará tiempo a dar dos pasos más cuando tu cabeza explote – me susurra contra mi oído pegándome contra su cuerpo.

Jadeo, muerta del miedo cuando avanzamos otro poco más y los policías se mantienen con sus armas en alto, pero sin hacer nada para impedir que no me lleven.

¡MALDITA SEA!

Nos vamos alejando siento la tensión que se palpa en el ambiente por cada paso que damos, cuando estamos lo suficiente lejos de la policía empiezan a correr haciéndome también correr directo a una furgoneta de color negro.

-¡AYUDA! - comienzo a gritar aprovechando esta oportunidad para que me escucharan la gente que estuviera en la calle hasta la policía.

Recibo una bofetada de uno para después darme un empujón metiéndome en la parte de atrás de la furgoneta.

-Eso te pasa por hablar - él que me obligo a darle el dinero me coge de la cara haciendo que le mire a los ojos, me remuevo cuando siento como me empiezan a atar mis muñecas, siento el peso de su cuerpo sobre él mío. - Vas a dejar de ser una mocosa bueno porque sí no cogeré tu linda lengua para cortártela así no podrás gritar más – me suelta de malas ganas haciendo que echara la cabeza hacía atrás escuchando un crujido de mi cuello.

Saca un pañuelo de uno de sus bolsillos del pantalón acercándose a mi para ponérmelo en la boca.

-¡PUDRETE! ¡TE ODIO! - consigo gritar antes de que me lo ponga.

Cuando lo tengo en mi boca me remuevo de nuevo, pero ahora lo tengo más difícil por mis muñecas que están atadas con fuerza cortándome la circulación.

Cierra las dos puertas dejándome en la oscuridad sin poder ver nada ahora.

Esto no me puede estar pasando a mí, no entiendo porque siempre me tiene que pasar todo lo malo a mí, no hago daño a nadie.

En la parte de adelante se escucha movimiento cuando se montan cerrando las puertas, las sirenas no tardan en escucharse cuando ellos salen a gran velocidad por la carretera.

Por cada movimiento brusco que hacen voy de un lado al otro chocándome destrozándome los codos al intentar apoyarme en el suelo para no darme en la cabeza.

Puedo sentir la sangre en mi labio por la gran bofetada que me dio uno de ellos, son unos completos brutos.

No sé cuánto tiempo pasa exactamente en lo que se escucha los neumáticos quemarse cuando aceleran y frenan metiéndose por diferentes calles.

Luego de la nada no se escucha nada solo que la furgoneta va más despacio y las sirenas no se escuchan como si se hubieran quedado muy atrás.

Estar tanto tiempo encerrada en la oscuridad empieza a agobiarme mucho tanto que mi respiración se acelera al pensar también todo lo que me puede pasar de aquí en adelante.

Cierro los ojos cuando las dos puertas de atrás se abren y la luz entra de golpe dejándome ciega.

Noto como alguien se sube levantándome del suelo para sacarme de la furgoneta.

Me quita el pañuelo de la boca que la tengo seca, miro a mi alrededor viendo que estamos en el campo solo esta una carretera desierta no se ve a nadie más aparte de nosotros.

La cuerda desparece también de mis muñecas.

-¿Dónde estoy? - les pregunto.

-Quítate la ropa – me contesta señalando mi falda y mi camiseta de botones blanca.

-¿Qué? - le digo como si no le hubiera escuchado bien.

-Lo que escuchaste niñata desnúdate...

¿Que pasará?

Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 50 👍

Emma

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Comments

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

Ohhhhhh nooooo pobre joven !! El susto que debe tener !!

2024-01-03

1

Maylin Rangel

Maylin Rangel

muy buena, te dan ganas de seguir leyendo ☺️

2023-03-22

5

Karina Ochoa

Karina Ochoa

muy buena

2023-02-01

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