Capitulo 15

Él se dirigió al closet, agarro un bóxer, una franela blanca y una bermuda negra, se vistió y salió de la habitación, Zoe detrás de él. Fueron al garaje a buscar la camioneta para irse, pero el destino los estaba poniendo a prueba, la camioneta tenía una goma vacía.

- ¡Maldición! _ expreso Carlos

- Todo es tu culpa, no debiste traerme aquí._ 

- Bien, entremos a la casa._ él le ordenó

Solo había una habitación amueblada, por hender, ellos tenían que pasar la noche juntos, parecía algo sencillo, pero en realidad era muy difícil para ambos.

Zoe se duchó, se envolvió en una toalla y salió del baño.

- ¿Tienes algo que me puedas prestar para ponerme?

Carlos estaba en la cama, recostado de la pared, sin franela y mirando a Zoe con morbo. Ella sentía como él la trituraba con la mirada.

- Te hice una pregunta, Carlos.

- No tengo nada que te sirva.

- ¡Ok!

Ella se terminó de secar y dejó caer la toalla al suelo, lo miraba mordiendo su labio inferior, él entrecerró los ojos, no podía seguir resistiendo las ganas que tenía de estar con ella, se levantó y la aferró su cuerpo. - ¡Me vuelves loco! Dejemos de jugar al más fuerte, ambos queremos hacer el amor.

- Pensé que no quería estar conmigo.

- Quiero todo contigo.

Él la levantó y ella lo rodeó por la cintura con sus piernas, empezaron hacer el amor, era algo mágico, tierno y salvaje al mismo tiempo, los gemidos retumban toda la habitación, los sonidos de los cuerpos chocando eran un tambor de ardiente placer.

Entre los gemidos y a punto de llegar al orgasmo, Carlos, con la respiración agitada y apretándola fuerte, le dijo. - Te amo, ah.

- Yo también te amo. 

Llegaron al orgasmo juntos, ella tenía los labios rojos hinchados, él algunos rasguños en la espalda y un chupetón en el cuello. 

En la mañana

Zoe despierto y miró a su alrededor, estaba procesando todo lo que había pasado.

- ¿Cómo te sientes?_ le preguntó Carlos que estaba saliendo del baño.

- Bien, ahora me vas a decir de quién es esta casa.

- ¡Es mía!

- ¡Tuyas! No sabía que tenía una casa.

- ¡Sí! Esta casa iba a hacer nuestro hogar de pasa día, pero todo se arruinó.

- Carlos, siento todo lo que pasó. 

- No puedo olvidar lo que pasó tan fácil, me trataste supermal.

- Y tú te acostaste con otras mujeres.

- Jamás, escúchame bien, jamás he tenido nada con otra mujer después de ti.

- ¡No te creo!

- No lo hagas. Voy a comprar algo para la despensa, vas a pasar el fin de semana aquí conmigo.

- Pero, no tengo ropa.

- No la necesita._ le guiño un ojo y salió.

Después de un rato él llegó con el mercado, puso todo en la cocina y fue a buscar a Zoe, ella tenía una franela puesta sin sostén y sin ropa interior.

- Zoe, ven a preparar algo para comer, muero de hambre. 

Zoe sonrió, se acercó a él y rodeó su cuello con sus brazos, dándole varios besos. - Qué chistoso eres amor.

Él la miró con un rudo. - No es chiste, alguien tiene que cocinar y no voy a hacer yo.

- ¡No se nada de cocina! ¡Podemos pedir un delivery!

- No, quiero comida casera.

- Carlos, te aconsejo pedir un delivery.

- No, vamos. _ la cargo y la llevo a la cocina. 

Ella miró todo a su alrededor sin tener idea por donde empezar, decidió ver videos con instrucciones para hacer una pasta con camarones y tostones. 

Pasaron los minutos, de la cocina salió un rico olor, parecía que todo estaba delicioso. Carlos estaba sentado en el sofá mirando unos diseños, se paró y fue a ver qué hacía Zoe, miró todo sorprendido y sonrió, le doy un beso y le dijo. - Te amo. _ la dejó continuar y salió riendo.

Había pasado hora y media y Zoe aún continuaba en la cocina. Salió abatida, hacia Carlos.

- Amor, no sé cómo te gusta la pasta, tampoco los tostones, puedes venir un momento por favor._ camino y él la sigue.

Él miró todo lo que había en la meseta, se rascó la nariz y empezó a reír a carcajadas una y otra vez. La pasta no era pasta, era una harina y los tostones estaban quemados.

- ¿Por qué te ríe? Hice todo como decía el vídeo. _ ella también empezó a reír.

- Lo sé amor, ven aquí. _ le dio un beso.

Sonó el timbre. - Amor, alguien está tocando. _ dijo Zoe.

- Sí, es el delivery. Vi el desastre que tenía en la cocina y me adelanté a pedir comida.

- Eres cruel, debiste decirme que parara con todo eso.

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