Cap.4

Yeison estaba esperando a Carlos para salir a un bar, oh, ir a un restaurante.

— ¿Dónde estaba, brother?

— No me lo vas a creer, pero te cuento después.— caminó hacia su habitación.

— Hey, ¿pero no vamos para el bar?

— No.— vociferó Carlos.

Al día siguiente

Zoe se despertó temprano como de costumbre, se duchó y se puso una falda color vino ajustada, por encima de la rodilla, una blusa blanca y unos tacones blancos. Se miró al espejo y pensó en el beso que Carlos le robó. Tocó sus labios con su dedo índice, luego sacudió la cabeza tratando de dejar esos pensamientos fuera de lugar.

Después de desayunar se fue a la empresa. Al llegar encontró un ramo de flores en su escritorio. Le preguntó a Teresa quién la había puesto ahí, Teresa fingió no saber nada, pero en realidad ella la puso ahí por orden de Carlos.

En la empresa todos estaban en su lugar de trabajo.

Zoe estaba en su oficina y alguien le tocó la puerta. — Adelante.— dijo sin levantar la cabeza.

— Buen día, estás hermosa.— dijo Carlos

— ¿Qué haces usted en mi oficina?

— Lindo arreglo. — dijo Carlos mirando el arreglo de rosas.

— ¿Dígame qué se ofrece?

— Bien, el evento se canceló, si quieres más información pregúntale a la secretaria. — se dispuso a salir.

— Un momento, señor, ¿usted fue quien me regaló esas rosas?

— ¿Qué tú crees?

Zoe se levantó de su silla, agarró el arreglo, se dirigió al zafacón y le respondió con una sonrisa. — Esto es lo que creo, ahora salga de mi oficina.

Dos semanas después

Era viernes por la noche, Carlos estaba tirado en el sofá de su casa, pensativo y mirando el papel tapiz, sin decir nada.

— Carlos, ¿de verdad no piensas salir?— preguntó Yeison.

— No, no tengo ánimos para fiestas.

— Brother, no me está gustando tu actitud, no quiere salir, no quiere estar con mujeres, no quiere salir de la empresa. Te estás enamorado.

— No, cómo crees, pero la última vez que estuve con una mujer, imagine que era Zoe todo el tiempo que pasamos teniendo sexo, eso fue muy extraño.

— ¿Y todavía crees que no estás enamorado?

— Solo tengo una maldita ganas de tener sexo con ella, después que eso pase esta maldita ganas pasará.— en ese momento alguien llegó a la casa, la señora del servicio abrió la puerta; era Alison.

— Buenas noches. — dijo ella sonriente.

— Mi amor, estaba a punto de salir.— dijo Yeison y le dio un beso.

— Perdón, pero perdí mi teléfono, entonces no iba a saber tu ubicación.

— Siéntate, ¿quieres algo de tomar?— preguntó Yeison, y Carlos los miró.

— Sí, un trato de whisky.

— Ok, amor.— se fue por el trago.

Carlos al verlos juntos se sintió feliz, al menos Yeison estaba disfrutando el momento.

— Carlos, ¿te pasa algo?— preguntó Alison.

— No, estoy bien, Alison, ¿ya Zoe sabe que estás con Yeison?

— Sí, pero no sabe todos los detalles.— dijo entre risa.

— ¿Por qué ella no tienes pareja?— preguntó él con curiosidad.

— Lo siento, no te puedo decir nada. Pero, tú le agrada.

Un mes después

Todo iba bien en la empresa, Carlos y Zoe solo hablaban de trabajo, pero él siempre buscaba la oportunidad de conquistarla, pero fracasaba en cada intento.

Zoe, aunque se hacía la fuerte, estaba sintiendo cosas por Carlos, pero por alguna razón de orgullo no podía expresar su sentimiento.

Carlos y Zoe se estaban enamorando, pero él insistía que solo quería tener sexo con ella, y ella, decía que estaba confundida por la cercanía y la insistencia de él.

Ya se iba a celebrar el evento al rancho de Nicolás Barriola.

Cada vez que Carlos y Zoe se juntan ambos sentían deseos de estar juntos, tal vez no lo querían reconocer pero estaban enamorados.

Al evento iban a asistir amigos de Nicolás y otros socios de negocios.

Zoe no quería ir al evento, trató por todo los medios estar presente, pero no es posible.

— Nana, ¿mi papá no ha llamado? No quiero ir a ese evento, odio tener que estar ahí con Carlos.

— No, mi niña, tu papá no viene por ahora, te gusta mucho ese joven, ¿verdad?

— No, Nana.

— No me mientas, te conozco bien, además, se nota en la forma que hablas de él.

— No, nana, lo odio, por tarado, por creído, por bello, por todo, y mejor me voy a mi cuarto, te quiero.

____

Carlos estaba sentado hablando con Yeison.

— No puedo creer que en todo este tiempo no he podido conquistar a Zoe, ya lo que siento por ella no es deseo, es una obsesión que quema.

— Carlos, te estás enamorando de ella, lo tienes que reconocer.

— ¡Carajos! No es amor, pero tengo que admitir que me tiene pensado en ella todo el día, y para colmo, sueño con ella.

— No sé qué decir.

— No digas nada. Oye, Alison y tú, ¿cómo van?

— Vamos a pasar todo el tiempo juntos en el rancho, habrá muchas mujeres, puedes estar con una y dejar de pensar en Zoe.

— Tal vez, eso sería bueno.

Al día siguiente

El rancho era hermoso, se respiraba aire fresco y estaba lleno de lujos. Todos los invitados están comenzando a llegar, el señor Nicolás, además de ser muy guapo, es muy amable y tiene buen gusto. El evento no parece de trabajo, parece una fiesta con todo incluido.

Zoe y Alison llegaron al evento, muy hermosas y elegantes, logrando que todos los que estaban presentes se quedaran mirándolas con detenimiento. Zoe logró atrapar la mirada de Nicolás, quien no duda en ir a recibirlas.

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