Capitulo 19

Amor, tienes que ir al hospital, no es normal tu estado de ánimo y estos mareos.

- Amor, yo sé que no hemos hablado de ese tema, pero creo que estoy embarazada._ dijo con temor.

- Dios mío, Zoe, no juegues conmigo. _ Carlos no aguantaba la emoción, se arrodilló ante ella y le tocó el vientre.

- Carlos, no exageres, todavía no estoy segura.

- Estás embarazada, lo sé, ¿pero te sientes bien? ¿Cuáles son los síntomas?

- Pues muchas náuseas y mareada.

- Vamos al hospital, y no quiero un “no“de respuesta.

- ¡Está bien!

Llegaron al hospital a Zoe, le hicieron todos tipos de análisis, esperaron por los resultados y una gran desilusión cambio sus rostros de felicidad, no estaba embarazada. Ella lloró desesperada, él la consolaba.

- No estoy embarazada, no voy a tener un bebé, ¿entonces qué tengo?_ dijo entre llantos.

El doctor le sugirió otros análisis, para saber a profundidad el motivo de su estado, ellos aceptaron, le tomaron las muestras, tenía que pasar los resultados en tres o cuatro días.

- Doctor, ¿por qué tanto tiempo?_ preguntó Carlos.

Doctor - Este tipo de análisis suelen demorar.

- ¿Nos vemos a casa? Solo quiero estar acostada, ¿te quedas conmigo?

Llegaron a casa de Zoe, ella le pidió una sopa a su nana, quién no dudo ni un minuto en correr a la cocina, está preocupada por su salud.

- Carlos, ya estoy bien, puedes volver a la empresa.

- ¿Está segura, amor?

- Sí, mi Nana, me vea a hacer compañía.

- Ok, cualquier cosa me llamas.

- De acuerdo, te amo.

Zoe llamó a Alison para qué le llevará los papeles que le había dejado el investigador con Teresa. Al cabo de media hora llegó Alison, pregunto dónde se encuentra Zoe le dieron la información y subió a la habitación.

- Zoe, Puedo pasar?_ dijo detrás de la puerta, Zoe se levantó y le abrió.

- Amiga, estás muy pálida. _ expreso Alison preocupada.

- La verdad no me siento bien, pensé que estaba embarazada, pero fue una falsa alarma.

- Entonces algo no anda bien, ¿pero te bajó el periodo?

- No, por eso sospechaba que estaba embarazada, también por las náuseas, los vómitos, los mareos, pero no fue el caso.

- Tranquila, seguro es una anemia o algo parecido. Aquí están los papeles de la investigación.

- Genial, vamos a ver qué escondes Yisell.

Zoe empezó a leer detenidamente cada párrafo sin omitir ninguna palabra. El contenido de esos documentos la dejó en shock, no podía creer las cosas que ahí había de Yisell.

Yisell, es huérfana, estuvo en un orfanato hasta los quince años, a partir de ahí se tiró a la calle, estuvo envuelta en atracos y las drogas. Es una adicta a los juegos de azar, había enviudado dos veces, sus fallecidos esposos habían muerto en trágicos sucesos, ambos eran millonarios. Ella heredó una inmensa fortuna, la cual perdió en los casinos.

En una ocasión estuvo presa por intento de homicidio. Fue acusada de envenenar a una niña de diez años, pero no logro su propósito, era la hija de su segundo esposo, pero fue dejada en libertad por falta de pruebas. Tiene un hijo de cuatro años, lo dejo abandonado en el mismo orfanato que ella creció.

- Ali, no lo puedo pensar, está mujer es malísima, intentó envenenar a una niña.

Alison también leyó los documentos, Zoe se encontraba pensativa, una idea rondaba por su mente.

- ¿Zoe, ahora qué piensas hacer con toda está información?

- Ali, me está envenenado. _ dijo de golpe.

- ¡Ay! ¿Zoe, tú crees?

- Puedes ser.

- ¿Se lo vas a decir a tu papá?

- Mi papá está ciego de amor por ella, no va a pensar todo tan fácil.

- Tenemos que comprobar si eso es cierto.

- Sí, por el momento me voy a mudar a la casa que Carlos compró.

Las horas pasaron, Carlos paso todo el día preocupado por Zoe, le hizo varias llamadas y ella se escuchaba apagada, eso lo puso más inquieto. Al salir de la empresa fue a verla.

- Amor, ¿cómo te sientes?_ pregunto con preocupación.

- No tan bien como quisiera, quiero que leas estos documentos, pero prométeme que no vas a hacer nada.

- ¡No puedo!

- Carlos, por favor._ lo miro con mirada de súplica.

- ¡Está bien!

Ella le pasó los documentos, él empezó a leer.

- Wao, es una joyita la mujer.

- ¡Sí! Amor, creo que ella me está envenenado.

Carlos cambió el semblante, su puso rojo. - No, Zoe, dime qué no estás pensando eso.

- No encuentro otra aplicación a mi estado de salud, viste que me hicieron varios análisis y no salió nada.

- Esa maldita, la voy a matar con mis propias manos._ apretó las mandíbulas y dio un golpe en la pared.

- Carlos, no tenemos pruebas, no podemos ponerla en alerta.

- Tiene razón, pero que palomeria, ¿por qué te quiere matar?

- Por el dinero de mi papá, y quizá por ti, tú le agrada noto la forma en la que te mira.

Zoe decidió irse de la casa, lo mejor era tomar distancia de Yisell, Carlos estaba muy furioso. Ella recogió algunas cosas y se dispusieron a salir, el señor Erick y Yisell estaban sentados en la sala.

Erick - Zoe, ¿adónde van con esas maletas?

- Papá, me voy unos días.

¿- Te vas? ¿Pero por qué? ¿Adónde?_ pregunto el señor sorprendido.

- Sabes que me siento un poco mal de salud, necesito aire fresco, la casa de Carlos es perfecta para relajarme.

Carlos - Señor, ella va a estar bien, no sé preocupé.

- Papá, mi nana viene conmigo.

Erick - Hija, está bien, solo quiero que te recuperes, no soy nadie sin ti, eres lo más importante en mi vida.

Yisell - ¿Pero por qué no te quedas aquí? Te puedo cuidar.

- Tranquila, nada más necesito estar con Carlos y mi Nana, adiós papá._ se retiraron.

Yisell estaba molesta, su plan de envenenar a Zoe había fallado, tenía que buscar otra forma para acabar con ella.

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