Capítulo 4

KENDRA:

-- Qué...?

-- Como lo escucha podría trabajar en mi empresa y así no le faltará nada. Podría ser mi asistente personal.

-- Muchas gracias por su oferta señor pero la verdad nunca he tenido un cargo tan importante como ser...la asistente de un empresario...No puedo aceptarlo, gracias pero no-- negué con la cabeza y sacó una tarjeta de su saco.

-- Esta es mi tarjeta, aquí está mi número y la dirección de mi empresa, si cambia de opinión llame o vaya a verme-- sonrió y agarré la tarjeta-- piénsalo. Me tengo que ir, espero y nos volvamos a ver, maestra-- caminó hacia su auto y mirándome por última vez subió al carro.

Yo...asistente del padre de Mila? Una oferta muy buena pero no sé, algo me dice que no lo acepte, estoy indecisa, pero lo bueno es que me dió su tarjeta, tal vez cambie de opinión...

▪︎▪︎▪︎

Cuando llegué a mi departamento me metí a la ducha y al salir mientras me ponía mi ropa interior me miré al espejo.

-- Por qué nada sale como quiero?-- susurre-- Perdí a mi hermana. Perdí a mi prometido...perdí a mis niños. Perdí mi trabajo!-- tiré un vaso al espejo haciendo que se partiera en pedazos. Caí de rodillas al suelo mientras alborotaba mi cabello-- que voy a hacer?-- miré de reojo la tarjeta que me dió el señor Sandoval que estaba en el suelo y la agarré lentamente-- ya lo decidí, aceptaré el trabajo, esta será mi salvación.

THEO:

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Tal ves tenga que hacer algo para que la maestra acepte mi oferta, ayer me negó la ayuda, y eh estado al pendiente de mi celular por si llama, pero nada de nada...

El celular de mi escritorio sonó, era mi secretaria; contesté la llamada de mala gana.

📞-- Qué pasa?-- le pregunté a mi secretaria todo impaciente-- espero que sea para avisarme algo importante ya que estaba pensando en algo que sí importa...

📞-- Jefe, lo busca una señorita, llamada Kendra Lisboa, dice ser algo importante-- sonreí.

📞-- Dile que pase-- dejé el teléfono a un lado y acomode mi corbata.

La puerta de mi oficina se abrió, y ahí estaba ella, la maestra, con un vestido blanco apegado al cuerpo que la hacía ver muy bien.

-- Buenos días señor, disculpe si lo interrumpo.

Me levanté y le ofrecí una silla, por lo que se sentó agradeciéndome.

-- No estaba haciendo nada de todos modos, me alegra volver a verla-- me senté al frente de ella-- supongo que está aquí por nuestra conversación de ayer.

-- Así es-- agachó la cabeza-- verá, yo necesito trabajar, mi madre necesita de una operación, ayer lo pensé bien señor y...sí, acepto el trabajo-- sonreí.

-- Le prometo que no se arrepentirá-- saqué unos papeles del cajón de mi escritorio y los puse sobre la mesa-- necesita firmar estos papeles, y con eso usted será un miembro más de la empresa Sandoval-- le di mi pluma.

-- Dónde tengo que firmar?-- le señalé dónde iba su firma y con una sonrisa firmó-- No tengo que firmar nada más?

-- No, eso es todo-- nos levantamos-- bienvenida a la empresa maestra. Espero y nos podamos llevar muy bien-- estrechamos nuestras manos y di un beso y su delicada y suave mano-- no se va a arrepentir de trabajar conmigo-- sonrió levemente.

Pobre, lo que no sabe es que acaba de firmar los papeles en la que la obliga a trabajar para mí un año; ahora sí nada me separará de ella.

▪︎▪︎▪︎

Tengo que aceptarlo, la maestra es muy eficiente y aprende muy rápido, hace semanas trabaja en mi empresa para mí y hace muy bien su trabajo.

Ya es de noche, y la maestra aún está en mi oficina por si se me ofrece algo.

-- Kendra, puedes irte, ya es tarde y no creo que sea buena idea que estés por la calle tan tarde.

-- Ya no me necesita?

-- No, de verdad. Pero recuérdame que tenemos mañana.

Miró su agenda.

-- Mañana a primera hora tiene una reunión con los proveedores...es lo único que tiene que hacer-- sonrió.

-- Perfecto, buenas noches Kendra.

-- Buenas noches señor-- salió de mi oficina y suspire.

KENDRA:

Estoy muy feliz, tengo un jefe que me trata muy bien, tengo un trabajo estable donde gano un buen sueldo.

-- La vida después de todo te ama, Kendra-- reí y cuando estaba por sacar dinero de mi cartera, me doy cuenta que no hay cartera-- pero que estúpida la dejé en la oficina del jefe-- entré de nuevo al edificio y subí hasta el piso 20, donde estaba la oficina del jefe. Al abrir la puerta de la oficina iba a decir algo pero me detengo al ver al jefe hablando solo mientras observa la ciudad.

-- Ya casi te tengo Kendra-- arqueé una ceja y me acomode cruzandome de brazos-- ya conseguí que trabajaras para mí haciendo que te despidieran del trabajo...-- abrí los ojos como platos.

-- Que hizo qué?!-- volteó y me miró sorprendido.

-- Kendra, pensé que te habías ido.

-- Se me había olvidado la cartera...Usted fué el que provocó que me despidieran de mi trabajo?! No sé quede callado y dígame algo!

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