Circulos De La Eternidad

En lo perdido del inframundo, nació un lago de aguas rojas, que reflejaba la oscuridad de las almas condenadas a bagar por siempre, en sus orillas, crecían árboles de flores oscuras, que perfumaban el aire con un aroma triste, las flores reflejaban las lágrimas de aquellos espíritus que nunca encontraron paz, el tiempo siempre se detenía y las estaciones cambiaban constantemente.

Xarathys al mirar el pecado de los demonios, decidió intervenir creando un valle sagrado, un sitio en donde los espíritus malvados como ellos bagaran sin descanso.

Conforme pasó el tiempo, se convirtió en un lugar de sufrimiento para los demonios que habían caído en pecado.

El lago se convirtió en el valle de los espectros perdidos, un lugar misterioso y de sufrimiento para los que entraran.

El dios xarathys, continúo vigilando el valle, así asegurándose que los espíritus nunca encontraran la paz que anhelaban.

—¿Estás seguro que quieres entrar ahí?—preguntó amón, como si le estuviera advirtiendo de algo peligroso.

—Haré lo necesario por conseguir lo que busco—respondió kosuke determinado a lograrlo.

—Puedes marcharte, pero recuerda hacerte uno mismo con tú mente y corazón—sugirió amón despidiéndose.

Kosuke sé marchó en busca del valle de los espectros perdidos, ahora sabía más a que se enfrentaría, mientras tanto nobu no creía que kosuke fuera capaz de hacerlo, tenía un miedo de sólo pensarlo.

—En verdad irá al valle, lo indicado será quedarme aquí y esperar—murmuró nobu observando a kosuke alejarse.

Después de caminar por horas llegó, al momento de poner un pie adelante se percató que algo andaba mal.

—Siento un aura negativa recorrer alrededor de mí cuerpo—dijo kosuke dando pasos cortos dentro del valle.

Al caminar sintió escalofríos al oír el eco de una voz desconocida llamándolo, como si le estuviera adviertiendo sólo por entrar, su cuerpo lo delataba al no ser un espíritu como los demás que pasaban delante de él.

—Nunca saldrás de aquí—dijo la voz.

En lo que apresuraba el paso, miró a distancia un enorme laberinto con arbustos espinosos, incapaz de poder atravesarlo por sí mismo.

—Asi que este es el laberinto de los recuerdos, no es tan impresionante como pensé—dijo kosuke subestimando la prueba.

Horas atrás, antes de marcharse, amón habló de cinco pruebas que debía cumplir si quería salir vivo, aún que sabía que no sería una tarea fácil de completar.

—Una vez dentro del valle, debés completar cinco pruebas para lograr salir de nuevo—comentó amón con una voz sería

—¿Y quien esta a cargo de las pruebas?—preguntó kosuke dudando por un instante.

—Xarathys—respondió amón como si su rostro se enfureciera.

—¿Cuál es la primera prueba a completar?—preguntó kosuke ideando un plan.

—El laberinto de los recuerdos—respondió amón mientras le explicaba a que se enfrentaría.

El laberinto siempre cambiaba constantemente mientras enfrentaban sus recuerdos y sus emociones del pasado, siempre eran dolorosos y aterradores de recordarlos, debían dejar ir todo recuerdo si deseaban encontrar la salida.

—Para salir debo dejar ir toda emoción, y los recuerdos dolorosos—dijo kosuke en voz baja mientras caminaba.

Mientras avanzaba en el laberinto parecía no tener salida, siempre volvía al mismo lugar de inicio, las paredes tenían los mismos rasgos, conforme pasaban los minutos las rutas cambiaban constantemente.

—¡Maldita sea!, tengo que dejar mis emociones y mis recuerdos—murmuró kosuke moviendo sus labios.

Años atrás cuando asmodeo se reveló en presencia de su padre, kosuke era un pequeño demonio que al no tener experiencia en pelea su hermana se sacrificó al salvarlo.

—Hermana ayudame, tengo miedo—gritó kosuke buscando en donde esconderse de los ángeles.

—¡Kosuke, hermano!—respondió lucy mirando aquel ángel que estaba apunto de matarlo.

Uno de los ángeles había encontrado a kosuke, preparándose para terminar con él y su raza.

—Ahora morirás demonio—dijo el ángel a punto de matarlo.

Lucy al percatarse se acercó para evitar ver a su único hermano morir sacrificandose ella misma llevandose la vida del ángel.

—Hermana, ¿por qué?—gritó kosuke viendo morir a su hermana con un dolor en su pecho.

—Kosuke, huye y busca al señor koji—dijo lucy con sus últimas palabras.

Kosuke al ver la muerte de su hermana, su rostro se llenó de lágrimas, olvidando que sería asesinado.

—Ahora morirás—dijo otro ángel acercándose con cautela.

Un demonio diferente a los demás apareció deteniendo al ángel y alzando su espada en contra de él, asesinando sin piedad.

—¿Estás bien?—preguntó el demonio con una mirada enfocada a él.

—Usted debe ser el señor koji—respondió kosuke secándose las lágrimas con sus manos.

—Ven conmigo si quieres vivir un día más—respondió koji protegiendolo como última voluntad de su comandante.

Kosuke finalmente había encontrado la salida dentro del laberinto, sacrificando sus recuerdos y sus emociones.

—Perdóname hermana, pero tenía que salir de este laberinto sin fin—dijo kosuke tragando su saliva en seco.

Mientras continuaba caminando, su vista empezó a haber cosas extrañas, girando su cabeza vio un lago aproximarse mirando una silueta conocida en las orillas.

—Veo cosas extrañas o sólo es imaginación mía—dijo kosuke acercándose lentamente al lago para mirar de cerca.

Kosuke se detuvo en la orilla pero no logró ver aquella silueta que había visto, se quedó pensando por unos minutos a que se debía tal fenómeno.

—El señor amón me advirtió del lago de las ilusiones, ¿acaso será éste?—se preguntó kosuke acariciando el agua.

Kosuke recordó las palabras de amón y como debía vencer el lago de las ilusiones sin ser absorbido por las profundidades.

—Al salir del laberinto de los recuerdos, encontrás un lago pero ahí encontrarás cosas irreales—advirtió amón con un tono desagradable.

—Aun no logro entender señor amón—respondió kosuke sin entender nada.

—En el lago de las ilusiones, deberás utilizar tus habilidades de observación y razonamiento para descubrir la verdad o el río te arrastrará a la profundidad.

Al mirar su propio reflejo en el agua, miró otra vez la silueta de su hermana pidiendo ayuda en la profundidad.

—Hermano ayúdame—gritó una voz suave pero distorsionada.

En el lugar se podía sentir el viento pesado, lentamente la niebla tapó la vista de kosuke haciendo imposible distinguir lo real de lo ficticio.

—Distinguiré lo real de lo falso, o seré arrastrado a la profundidad—dijo kosuke secandoce el sudor que corría por su rostro.

Las ilusiones eran cada vez más fuertes, hasta el punto de perder su razonamiento, paso a paso se acercó a la marea que lo alejaba de tierra firme.

—Hermana, espera por favor—gritó kosuke apresurado él paso para alcanzarla.

—Apresura el paso o llegaremos tarde—respondió lucy dando pasos largos.

Kosuke y su hermana llegaron a su pequeña casa, sólo poseían una habitación en donde ellos dormían, se acomodaron en una mesa que apenas podía sostenerse.

—¿Por qué sonríes así hermana?—preguntó kosuke sin perderla de vista.

Kosuke al percatarse que todo era una simple ilusión despertó, de la terrible pesadilla, y al faltarle la respiración, miró con atención que estaba siendo arrastrado por la marea a lo profundo.

—No es real, debo salir o moriré aquí—dijo una voz en su mente, pero su cuerpo no reaccionó.

Al darse por vencido vió la silueta de su hermana ser arrastrada por la corriente, por más que trataba de despejar sus pensamientos no lograba hacerlo.

—¡Ella no es real!—reaccionó kosuke saliendo a la superficie.

Al salir, el lago había desaparecido, era como si el valle se lo hubiera tragado, y aquéllas ilusiones desaparecieron de la mente de kosuke.

—He salido de las tontas ilusiones—dijo kosuke recuperando el razonamiento y alejándose del lugar.

Kosuke sé acercó a un lugar montañoso, en donde se podía escuchar el eco de su propia voz.

—Tendré cuidado la próxima vez, en especial en este lugar—murmuró kosuke caminando mientras observaba de reojo las grandes montañas que lo rodeaban.

Amón le explicaba el tercer desafío que debía cumplir o sería consumido por su propio eco.

—El tercer desafío es encontrar el eco que rodea las montañas y silenciarlo, escucharás múltiples voces tuyas de versiones distintas—expresó amón con un tono bajo.

Kosuke se acercó y miró las grandes montañas que tapaban su vista a la salida, rápidamente se dio cuenta que era un lugar solitario que no existía ninguna clase de ruido que pudiera distinguir.