Amarantha: Un Nuevo Final.

Capítulo 9

–Muy bien, ya que lo de mi matrimonio y tu custodia está resuelto, pasemos a los negocios.–Hablo Amarantha luego de que terminarán de desayunar y retiraran la comida de la mesa.

Ahora pasarían a hablar de las posibles inversiones que harían, después de todo no pensaban ser unas mantenidas, conocían todo acerca del manejo de negocios y propiedades e iban a hacer uso de todos esos conocimientos.

Su meta era crear una franquicia de hoteles, tanto para plebeyos como para nobles.

Mientras veían viajando hacia la ciudad, tuvieron que detenerse en las noches a descansar en posadas y estas no eran sofisticadas y elegantes, que era a lo que están acostumbrados los nobles.

Pero para poder construir los hoteles que tenía pensado, necesitaban un gran capital y posibles socios.

Por eso planeaban invertir en negocios con potencial, que generarán grandes ganancias con la ayuda de ambas.

–Bien, primero empecemos con el barón Philip Weslem, es el dueño de una perfumería, sus esencias son maravillosas pero su padre tenía muchas deudas que al morir le heredó, así que como podrás imaginar no tiene como mantener a flote su negocio, créeme tiene potencial.–Aseguró Analise.

Amarantha asintió pensativa, confiaba completamente en su criterio.

Analise estuvo investigando durante muchas horas en la biblioteca junto a su hermana, sobre posibles negocios a los que invertir, además no se quedó ahí también le pidió a su doncella que mandara a investigar sobre los dueños de los negocios y sobre los negocios mismos para tener un panorama más amplio de la situación.

–Ahora debemos sacar el dinero que invertiremos, hay que decirle al contador que necesitamos dinero para comparar vestidos y joyas para la temporada, de esa manera no levantaremos sospechas del porqué necesitamos tanto dinero, lo que menos quiero es que el Duque ponga su atención en nosotras.–Dijo Amarantha mientras se levantaba de la mesa y se acercaba al barandal del balcón.

Analise la siguió y se puso a su lado sujetando el barandal.

–Lo sé, no creo que sospechen nada, debemos mandar una carta con el monto del dinero que requerimos y la razón, así no se escandalizara. Cada quien envía una carta y listo.– Dijo mientras miraba embelesada el jardín.

Amarantha asintió.

–Hay que ponernos en marcha de inmediato, quiero que le hagamos una visita al barón mañana mismo.– se dirigió a la mesa y tomó la pequeña campana que estaba sobre esta y movió para llamar a su doncella.

No tardo nada cuando vio entrar a Virginia y Rita por la puerta-ventana del balcón.

–¿Necesita algo? Milady.– preguntó servicial Virginia.

–Envía una carta al contador, escribe que necesito cincuenta mil Reales para comprar todo lo que necesito para la temporada.–Ordenó mirándola.

Virginia abrió los ojos sorprendida, eso era muchísimo más de lo que se gastaría en toda la temporada.

–Milady, ¿está segura que esa cantidad?– preguntó aún dudosa, no era que para esa familia adinerada eso fuera mucho de hecho eso era como quitarles una hebra de cabello, pero su Lady nunca había pedido tal cantidad de dinero para comprar vestidos y joyas.

Amarantha Sonrió comprendiendo la confusión y duda de su doncella, después de todo la verdadera Amarantha no era una persona derrochadora por eso tenía mucho dinero de su presupuesto mensual ahorrado en el banco.

Cuando ellas empezaron a estudiar el sistema monetario de ese mundo, se dieron cuenta de que era parecido al sistema monetario que se utilizó en la época colonial en su tiempo. Así que no se les dio muy difícil de entender.

En este mundo, Un Real era una moneda de oro, en ambas cara de la moneda hay un león que es el animal que representa a la familia imperial.

El Real equivale a veinte Escudos que son monedas de plata, está tiene impresa en ambas caras una bandera con el nombre del imperio Alba.

Por lo general los Escudos suelen manejarlos más los plebeyos.

–Si Virginia estoy segura.– Sonrió mirándola.– que sea lo antes posible, lo necesito para mañana. Rita envía una con la misma petición a nombre de mi hermana.– esta vez miro a la doncella personal de su hermana.

Rita miró a Analise y esta asintió en aprobación.

Ambas doncellas asintieron y salieron a hacer lo ordenado por sus Ladies.

Amarantha se acercó nuevamente al barandal junto a su hermana. Y miró el jardín nuevamente.

–Ha sido una mañana movida y llena de buenas noticias.– Sonrió Analise mirando a su hermana.

Amarantha le sonrió de vuelta, en definitiva habían tenido buenas noticias y hasta ahora todo iba viento en popa, esperaba que no hubiera ningún tipo de inconveniente.

–Si, ya quiero empezar a invertir para poder construir nuestro primer hotel, luego de eso nada nos detendrá para crear la primera cadena hotelera. Y lo mejor hecho por mujeres.–Sonrió orgullosa.

Analise la abrazo con más fuerza. Estaba segura de que con su hermana a su lado lo lograrían.

Para ellas nada era imposible.

–En definitiva, seremos recordadas por generaciones luego de abrir el primer hotel, me encantaría abrir puertas de empleo para cualquier mujer. Y que no tengan que vivir el resto de sus vidas como lindas muñecas de porcelana.– frunció el ceño pensando en esas pobres chicas que no tenían otra opción como ellas.

Amarantha vio como su expresión cambió a una llena de frustración.

–Sé que lo haremos, así que cambia tu expresión, después de todo para nosotras no hay imposible y todo lo que nos proponemos lo logramos, si no miranos en otro mundo totalmente diferente al de nosotras y haciendo lo que nos viene en gana.– río divertida con ese hecho.

Analise la siguió en su risa, se sentía afortunada de tenerla a ella.

Si, en definitiva lo lograrían.