podrá el amor borrar los malos recuerdos, podra vencer las barreras que parecen inquebrantables.
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Capítulo 9
Valentina Simons
Desperté a la mañana siguiente, con una sensación de calidez, me sentía mucho más tranquila, y al abrir los ojos me encontré con un enorme brazo moreno rodeándome desde atrás. Y un perfume embriagador que me atontaba los sentidos. No quise moverme, era la primera vez desde la violación que tenia a un hombre cerca, y lejos de sentirme incomoda o sentir temor, me sentía extrañamente a gusto, disfrutaba del peso de este brazo, de su olor, su respiración en mi cuello. Recordaba que la noche anterior Iván me había despertado de esa horrible pesadilla y me ayudó a sentirme mucho mejor. Normalmente me considero una mujer fuerte, ya que luche siempre para sacar a mi hija adelante, pero ahora siento que la situación. Me sobrepasa, no se como afrontar lo que que vendrá y tengo miedo.
No quería despertarlo, pero necesitaba usar el baño. Con todo el cuidado que pude, salí de la cama, me duche, y fui a ver a mi pequeña, al ver en su cuarto, dormía muy bien, el día de ayer fue muy agotador para ella, me acerqué y besé su cabeza, poco a poco abrió sus ojitos.
- Hola princesa, ¿dormiste bien? - le pregunté
- Hola mami, dónde estamos, y porque vistes asi?- sonreí y miré la gran camiseta que llevaba puesta, dejé los pantalones porque eran inmensos.
- Olí, estamos en casa de Iván, te acuerdas de él verdad, y esto es lo que use para dormir. - sonreí, y la ayude a levantarse. La bañe, y juntas bajamos a buscar la cocina.
Mi hija me contaba sobre su sueño mientras yo preparaba el desayuno. Siempre tenía una gran imaginación. Reía con ella sobre algo gracioso que dijo, cuando sentí una penetrante mirada, gire y ahí estaba él, tan guapo como siempre. Lleva unos pantalones anchos y una camiseta de manga larga que se pegaba a su delicioso cuerpo. Sentí que enrojecia por el rumbo de mis pensamientos. Y volví a mi tarea de servir el desayuno.
- Buenos días-dije de espaldas a él, necesitaba controlarme un poco, habíamos dormido en la misma cama por Dios.- quieres café? - le pregunté ya de frente algo nerviosa aún.
- Buenos días preciosa, me encantaría - dijo tomando asiento al lado de Olivia y sonriéndole- hola pequeña, que comes - le preguntó a ella.
- Cereales con leche-le dijo mostrándole el tazón-no había el cereal de conejito que a mi me gusta, pero este esta bien. - dijo encogiéndose de hombros. - estaba tan entretenida en su charla que recién tomé en cuenta que él me había llamado preciosa, y no fue la primera vez. Sentí que algo en mi interior despertaba. Pero no quise profundizar en eso.
Iván McClare
Cuando desperté me encontraba solo en la cama, pero vi su ropa en la habitación, por lo que me levanté, tomé una ducha y baje a buscarlas, escuche risas provenientes de la cocina, y cuando llegué me quedé mirando tan hermosa postal, Valentina se veía hermosa con el cabello húmedo, solo lleva una de mis camisetas, hablaba con Olivia sobre sus sueños, la niña llevaba una bata de baño bastante grande y se encontraba sentada en un taburete en la isla de la cocina.
Cuando ella volteo, me vio por unos segundos y vi como se sonrojaba, y volvía a su tarea en la cocina. Luego me saludó y me ofreció café. Me gustaba la sensación de tenerlas en mi casa, aportan luz y vida a este lugar.
Me senté al lado de Olivia y me llamó la atención lo que estaba comiendo. Se veía tan tierna. Se quejó de que no era su cereal favorito y sonreí,
- Hoy visitaremos a un amigo, te parece, es abogado. - le pregunté, sé que ella tenía una vida, dos trabajos pero me sentía algo nervioso por todo lo ocurrido ayer.
- Si, muchas gracias tendré que ir a casa, llamar a mi trabajo para informar que llegaré un poco tarde, también tengo que llevar a Oli a la escuela.- me miró nerviosa y continuó.- podrías pasarme la dirección y yo iré a verlo, se que estas muy ocupado ahora.
- Tranquila yo te llevaré, y haremos esto juntos.- sabía que sería pronto para pedirle que dejara su trabajo y viniera conmigo, pero ese momento llegaría.
Terminamos de desayunar y nos arreglamos para salir. Una vez listo, las espere en la sala, realice una llamada al hospital para informarse sobre el estado de salud de la señora amiga de Valentina, pero lamentablemente no pude acceder a la misma.
Subimos al auto, y nos dirigimos a su casa, cuando llegamos era un edificio viejo, subimos las escaleras y cuando nos encontramos en su pequeño departamento, me llamó la atención lo pequeño que era, tenía una cocina adjuntada a la sala y al comedor, el lugar era bastante pequeño, tenia tres puertas una parecía ser un baño pequeño y dos habitaciones. Yo me sentía un gigante en este departamento. Olivia entró corriendo hacia su habitación gritando que llegarla tarde a la escuela. Entonces Valentina me pidió que tomara asiento, y ella desapareció en otra habitación. Al poco tiempo la vi cambiada con unos Jean, tenis y un gran sweters color negro algo grande para ella, paso a la habitación de Olivia y juntas salieron.
La niña vestía un uniforme y un bolso. Valentina preparó rápidamente dos sándwiches, los envolvió y los guardó con cuidado para Olivia.
Salimos hacia la escuela de la niña, cuando llegamos, baje con ella, la acompañe hacia adentro. Y le pedí a Valentina que informará a la docente que nadie podría venir a retirarla solo ella. Un poco preocupada la maestra aceptó.