OCTAVO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Tal vez muchos no recuerdan sus vidas en la temprana infancia, yo tampoco, pero lo que si recuerdo es que era feliz. No podía relacionar qué, quién o quiénes me daban ese sentimiento; pero si recuerdo que los perdí. Años después volví a ser feliz, pero no era algo duradero. Era un ida y vuelta que me dejaba vacía. En mi adolescencia, supe que buscar ser feliz era un sentimiento que ponía más presión y estrés en mi vida. A mis 18 años, renuncié por completo a esa tonta sensación... Para que, unos años después, poco a poco venga un tipo creído a querer destruir mi bien estructurado credo.
No recuerdo mucho mi temprana infancia, pero si recuerdo una sensación de malestar cuando estaba mi padre. Cuando no estaba él, todo era felicidad. Después, con su partida, fui feliz. Crecí rodeado de personas que me aman y que yo amo con todo mi ser. Crecí siendo sociable, seguro de mi mismo y el terror de los bullys. No me molestaba presionar los boton
NovelToon tiene autorización de HIKAMOO para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
YUE (CAP. 07)
Parece que ellos también han tenido su cuota de pérdida, ya que veo a muchos limpiándose sus lágrimas.
^ Sé que lo entiendes, por eso te confiaré lo más valioso para mi.
La chica se aclara la garganta.
× Bueno, ya, mucho sentimentalismo. Si lo que buscas es seguridad para tu hija, quién siempre estuvo oculta, lo mejor es hacer algo que nadie espera: la exhibiremos. Le crearé una identidad nueva, desde cero, como hice con una de mis mejores amigas. Parece que pasarás un tiempo con nosotros. Quiero saber qué opinas. Es tu vida de la que hablamos y lo que quieres que haya en ella.
En ningún momento me moví. Tal vez el shock que siento debe ser lo que sienten los fans que conocen a su artista favorito.
^ Kumiko...
Eso me quita la frase "puedes darme de tu autógrafo" de la punta de la lengua y giro hacía mi papá con furia.
- Sabes que ese no es mi verdadero nombre y no me gusta el nombre que el orfanato me dio.
Qiang baja la cabeza y pone sus ojos más tristes.
× Fiiiiiiiuuuu realmente eres su hija. Ahora, sácate la capucha, para ver quién vivirá con mi familia.
Suspiro, me preparo para ver a La Chica y levanto la capucha. Ahora puedo ver mejor a esta enorme familia y me quedo impresionada por su aspecto. ¿Tendrán alguna dieta especial para que todos sean hermosos? Una voz grave me hace girar rápido la mirada.
* Tanto negro para una niña blanca como la Luna...
Yo soy alta, no tanto como mi papá, alrededor del 1.71 m; pero ese chico debe estar sobre los 1.90 m. Tiene el cabello no tan corto, con ondas que le llegan a unos bellos ojos verdes, piel tostada y se puede ver que está en forma incluso con su polo manga larga. Recupero mi buen juicio, para responder su comentario.
- Tal vez por la altura, no le llega mucho oxígeno a tu cerebro.
Puedo ver que quiere replicar, pero papá lo interrumpe.
^ ¿Estás segura de que no correrá peligro si está expuesta?
× Siempre correrá peligro, pero al menos tendremos el factor sorpresa. Además, a donde quiera que él vaya, lo siguen las cámaras. Entonces, no hay forma de perderla de vista si se quedan juntos.
- ¿Quiénes?
* ¿Quiénes?
El larguirucho y yo hablamos al mismo tiempo y nos lanzamos miradas afiladas.
× Uds, obvio.
No me gusta esa idea y parece que a papá menos.
^ Chica, no vine hasta aquí para que juegues a la celestina con mi hija.
× Solo juego una carta segura. Mi cuñadito tiene cámaras apuntando a él incluso cuando va al baño. Entonces, si su hija se queda cerca, nuestro reconocimiento facial identificará a todos los que se encuentren en el rango de grabación. Si hay alguien que no cuadra con el lugar, la alerta se envía y quienes estén de sombra intervendrán. El ser asediado nos ayudará.
Qiang la mira fijamente, sin parpadear. La Chica le aguanta tranquilamente la mirada. El tonto chico alto y yo estamos en una competencia de miradas asesinas sin pestañear.