Almas Rebeldes: La Cazadora Y El Mago.

La tensión en la habitación podía cortarse con un cuchillo, Kim se veía serio, Tae avergonzada/asustada mientras que Mia Traducía con cuidado las palabras de su esposo.

—No te daré a mi hija, nos has ayudado eso es cierto y te estamos agradecidos pero es momento de que te vayas de aquí—. Declaró el hombre de la casa con el seño fruncido.

Mía traduce con cuidado las palabras de Kim.

La expresión de Aarón cambia a una furiosa como si odiara profundamente al padre de la mujer de la cual se enamoró.

—Me la quedo, me gusta—. Declara con fuerza.

Mía lo traduce.

—No pasará, debes irte—. Responde.

—¿No es esto muy apresurado? Tal vez si-.

—Los humanos son nuestros enemigos por naturaleza, no puedo hacerlo—. Interrumpe a Mía.

Tae no dice nada, solo observa con un sentimiento de confusión la escena.

—No entiendo—. Dice Aarón.

—Lo siento, debes irte—.

Mía traduce pero el enamorado joven no piensa rendirse con esas pobres palabras.

—¡No! ¡No quiero! ¡Pelearé por ella!—. Exclama con fuerza alterado.

Lentamente Aarón pierde la calma y finalmente toma la iniciativa para demostrar la importancia de su gran pasión y conexión que encontraba por la hija de la familia.

—¡Le desafío a un duelo, si ganó me quedaré con Tae!—. Exclama desafiante.

Kim observa a Mía quien duda en traducirle estas palabras pero aún así él ya sabía lo que quería.

—De acuerdo si pierdes quiero que te vayas de aquí sin reclamos—.

—¿Qué? No lo hagas padre por favor—. Le reclama Tae.

Pero Kim ignora sus palabras, ella continúa rogándole de que no cometiera está locura pero Kim tiene en mente que esto es lo mejor un amor entre razas tan diferentes no puede pasar.

Kim no siente odio hacia Aarón, enamorarse es algo normal pero tendrá que renunciar y si lo que desea es luchar para saciar la injusticia de sentir un fuerte amor entonces él no durará en golpear cada parte de su cuerpo hasta que se olvide de ella para siempre.

Kim toma su arma, se dirige a la salida sin perder el paso y Aarón le sigue entendiendo perfectamente que él había aceptado.

Esto le hace recordar cuando se enamoró de Mía como sus pasiones no le dejaban pensar en otra cosa que no fuese ella y estar separado le causaba una gran pena y dolor... Pero esto es diferente.

"Por eso no te desprecio como hombre, eres fuerte y salvaste a mi hija, mi familia es lo más importante que tengo y te estoy agradecido pero no puedo entregártela ya que ambos obtendrán el odio de la tribu y se darán cuenta tarde o temprano la unión es un error".

...

Ambos se enfrentan cara a cara, Aarón desenvaina sus espadas, Mia retiene a Tae quien le suplica a Kim detener el combate ya que los demonios son capaz de asesinar a su contrincante por su monstruosa fuerza, tratándose de un humano no le cabía duda que moriría.

El agua comienza a bailar a su alrededor, gotas de agua se forman mientras el se concentra.

"Magia de elemento agua, sabía que los humanos podían controlar la magia pero escuché que hay pocos capaces de hacerlo".

Kim solo espera a que su oponente se prepare y haga su primer ataque.

Cómo era de esperarse de un usuario mago sus ataques son a distancia.

Ninguno de ellos logra impactarle los esquiva con agilidad demostrando sus reflejos en batallas.

El agua cortante es peligrosa y ya la ha visto en acción en aquel bosque parece que el jóven esta yendo enserio con esto... Kim responde de la misma manera.

—Prepárate—. Le advierte.

De un momento a otro Kim posa frente al joven golpeando su pecho con una fuerza abrumadora lo suficiente para alejarlo unos metros de distancia.

—Interesante—. Murmura mientras observa su puño congelado luego del impacto.

En el último momento Aarón consigue defenderse creando hielo en su pecho y congela su puño pero no es capaz de retenerlo, su fuerza es sobrehumana.

En el suelo con fuertes dolores observa a la distancia a Kim quien le devuelve la mirada de forma sería y desafiante.

Aarón comienza a sentir miedo de él tan fuerte o quizás más de lo que imaginaba, pero se niega a rendirse.

Con dificultades se levanta del suelo mareado y con un fuerte dolor en su tórax.

"No por favor Aarón quédate en el suelo" le murmura Mía "Si continúas Kim te matará".

Aarón usa toda su magia para crear un enorme torbellino que poco a poco baja su temperatura para crearse un enorme hielo un ataque final que será capaz de herirle a su oponente.

Kim se impresiona al ver semejante poder en una persona y que está fuese alguien tan joven era aún más impresionante.

Aarón casi lagrimeando por la impotencia y el dolor se esfuerza por mantenerse en pie y se concentra en un último ataque.

—¡No e-espera Tae!—. Grita Mía.

Tae corre hacia Aarón para detenerle con lágrimas en los ojos que iluminan aún más sus hermosos ojos azules.

—Vete... ¡VETE! ¡VETEE!—. Le grita Tae.

Kim intenta acercarse a ellos para quitar a Tae del camino pero Mía le detiene.

—¿Qué creen que están haciendo ustedes dos?—. Pregunta enojado.

—Se terminó, esto tiene que parar—. Dice Mía.

—Esto no terminó él-

—¡ES SOLO...Es solo un chico enamorado de nuestra hija ¿Golpearas a todos hasta matarlos por algo así?—. Dice alterada pero poco a poco calma su impaciencia.

Mía sabe que gritando no resolverá el problema debe permanecer tranquila ya que es la mejor forma para convencer a Kim.

—El es un guerrero, el reclamo a mi hija, esto es lo correcto—. Dice firmemente

—No lo Golpearas más que esto—. Dice desafiante.

Kim solo guarda silencio pero no está convencido en lo absoluto.

—Deja que yo me encargue por ahora—. Le pide a su esposo.

Kim suspira y guarda su bidente en su espalda.

Mientras tanto Tae continúa con Aarón.

—¿Qué pasa?... ¿Por qué me desprecias?—. Murmura Aarón en idioma humano.

Mientras que Tae le contesta en el mismo idioma.

—¡VETE! ¡NO TE QUIERO!—. Con lágrimas en sus ojos que corren por su mejilla y caen al suelo de tierra seca.

Aarón se ve impactado por esta razón intenta calmar a Tae tomándola de los brazos pero ella lo empuja.

—¡VETE!—. Continúa diciéndole.

Aarón lo intenta pero ella no desiste, sigue echándolo hasta que con un rostro perplejo y triste se marcha lentamente de lugar.

Todos en la tribu estaban viendo lo sucedido y el jefe no tarda en aparecer.

Tae cae de rodillas rompiendo a llorar desconsoladamente, Mía corre a tomarla en sus brazos para entregarle calor y apoyo, Mía le regala una mirada de odio a Kim mientras tiene en sus brazos a su hija.

Mía está enojada de lo que ocurrió y siente que esto es una injusticia total por lo que no puede ocultárselo a su esposo.