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DESEO EXTREMO

DESEO EXTREMO

Status: Terminada
Genre:Acción / Romance / CEO / Yuri / Dominación / Venderse para pagar una deuda
Popularitas:41.3k
Nilai: 4.6
nombre de autor: E.R.CRUZ

"Armstrong", como era llamada por su guardaespaldas, por sus seguridades y hombres de lealtad, deseaba fervientemente tener y dominar a D'Angelo, la joven que aceptó como pago de una deuda. CEO y dueña de un casino, se encuentra completamente enamorada después de muchas discusiones, insinuaciones y conversaciones duras con la joven. Armstrong era una mujer cruel, prepotente, egocéntrica y maligna, pero que con el paso del tiempo, aprendió a amar y cambió completamente con la fuerza de ese amor.
Por otro lado, "D'Angelo" sufre al saber que todo no fue más que un intercambio y que aquellos en quienes siempre confió con todas las fuerzas de su corazón, fueron quienes la dejaron en manos de una poderosa millonaria que escondía de la sociedad, secretos oscuros y maldades. A partir de un punto y de un diálogo saludable, la relación de ambas comienza a cambiar y todo llega a un consenso, donde a través de las líneas del tiempo, se convierte en un verdadero amor.

[VOLUMEN 1]

NovelToon tiene autorización de E.R.CRUZ para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7

    Soñé durante varias noches el mismo sueño.

    La sensación y todo era real.

    El beso que Megan Armstrong me dio, totalmente forzado, no salía de mi cabeza, estaba comenzando a enloquecer.

    Me acostaba a dormir, me levantaba por la mañana y ella no estaba ahí a mi lado.

    En los días que pasaron, la vi una vez conversando con Mercier en el jardín. No apareció para el desayuno, el almuerzo ni las demás comidas del día.

    Por mi cuenta, ya estaba en Londres hace dos semanas.

    Comencé a salir de la habitación y siempre me encontraba con Jones o James en la puerta de seguridad. No me siguieron y pude caminar y conocer todas las habitaciones y pasillos de esa mansión. Había bellos y obviamente costosos cuadros, una sala con un televisor gigantesco, sofás que podrían hacer dormir a cualquiera, empleados educados a disposición, comida y todo lo que se podría imaginar tener en un lugar tan rico.

    Me senté en el sofá de la sala y un empleado que ya había interactuado conmigo antes vino, encendió el televisor y se fue, manteniendo una hermosa sonrisa en su rostro.

    ¿Realmente eran felices trabajando para Armstrong?

    Atenta a las noticias en el televisor, me asusté con gritos desesperados provenientes de algún lugar cercano. Me levanté inmediatamente y me puse alerta, entonces vi a Megan y Mercier uno al lado del otro, y Mercier se detuvo al verme.

— Por favor... — suplicó una voz masculina que me resultaba desconocida — no me mates, pagaré la deuda pronto, solo necesito un poco más de tiempo...

    Megan me vio y vino hacia mí. Simplemente me empujó contra el sofá, aunque me debatía contra su fuerza y así no pude ver a aquel que estaba desesperado. No quería que yo viera al tal hombre metido en problemas.

— Lleva a este inútil de mierda a ese lugar... pronto tendrá lo que se merece. — ordenó y temblaba, intentando empujarla de todas las maneras posibles, pero su peso sobre mí era un arma en mi contra.

    El hombre al que no pude ver se fue y hacía un ruido mientras suplicaba por su vida.

    Megan se mantuvo sobre mí, ahora mirándome fijamente... hasta que...

— ¿Ya decidiste si vas a ser mi esposa? — susurró cerca de mis labios y recordé su beso.

— Es... Megan... — sentí su perfume y respiré con su peso sobre mí.

— ¿Sí o no? — bramó apretando mis puños.

— Solo te daré esta respuesta si tú... si tú no haces nada a aquel hombre.

    Su sonrisa maléfica se hizo presente y se levantó, tirando fuertemente de mi muñeca y levantándome. Ya de pie, agarró mi cintura y rápidamente me guió hacia atrás, mientras me perdía en la profundidad de sus ojos.

    Sentí la pared y segundos después, sus labios recorrieron mi cuello en besos, besos que por primera vez me gustaron. Su boca se detuvo en la comisura de la mía y su nariz acarició mi mejilla.

    Cerré los ojos y extrañamente esperé que ella me besara. El recuerdo de su beso todavía me perturbaba y perdí las fuerzas para resistir.

— ¿Puedo besarte, Stella?

    Ella pidió mi permiso y abrí los ojos sin saber qué responder.

— Necesito sentir el sabor de tu beso de nuevo.

— Es... — sus palabras hicieron que mi corazón palpitará.

— Solo un beso... ¿solo uno?

    Recordé al hombre desesperado y lo que ella le haría, y la empujé, rompiendo toda esa tensión.

    Megan bufó y se volteó para castigar o no sé qué hacer con el hombre, pero en cuanto tomé aliento, la llamé en voz alta...

— ¡Detente, Megan!

    Megan se detuvo y se giró, cruzando las manos detrás de su espalda. Su mirada inexpresiva se hizo presente.

— ¿Qué quieres?

— Quiero que no hagas nada con ese hombre.

— No te metas en mis decisiones, Stella... Yo misma apretaré el gatillo. Tú no eres nadie para impedírmelo.

    Yo no era nadie, pero al mismo tiempo, yo era su supuesta esposa y ella debía escucharme.

— ¿Quieres algo más, aparte de tus tonterías?

— Sí, Megan. — dije y me acerqué, aunque vacilante y con las manos sudadas.

— Dime. — ella dijo una vez que me detuve a centímetros de ella.

    ¿Qué quería realmente?...

-Puedo hacer algo para hacerte cambiar de opinión? Sé que no conozco a ese hombre, no sé de sus negocios ni de las deudas que algunas personas puedan tener contigo, pero sé que quitar la vida de otra persona no es lo correcto, además de ser algo perturbador.

-Umm...- ella pensó mientras me miraba sin interés, bien, hasta que...-hay algo que puedes hacer.

    De la forma en que esas palabras fueron pronunciadas, ya tenía idea a qué se refería.

-¿Y qué puedo hacer para que no mates a ese hombre?

   Ella acarició mi cabello delicadamente y sonrió de lado.

-Pasa una noche conmigo y él estará libre.

-Está bien.- acepté y ella sonrió.

-Pero además de dejarlo libre... perdonaré esa deuda.

   Por eso no esperaba. ¿Ella perdonaría la deuda y lo dejaría libre, solo porque tendría una noche de amor conmigo? Difícil de creer.

-Pero antes...- aparté su mano de mi cabello- antes de pasar la noche juntas... me gustaría ver al hombre.

-¿Por qué quieres verlo? ¿Acaso es para asegurarte de que tu sacrificio valdrá la pena?

-¡No! Solo quiero verlo.

   Ella bajó la cabeza pareciendo pensativa y cuando levantó la mirada, quedé hipnotizado. Sus ojos azules estaban más oscuros y me atrajeron.

-Solo te dejaré verlo... si me dices si ya me has aceptado como tu esposa, si has decidido ser la señora Armstrong.

-Está bien...- respiré hondo, ya tenía esa respuesta en la punta de la lengua- no... no seré la señora Armstrong.

   Megan apartó la mirada y sin darle mucha importancia, salió caminando en la misma dirección de antes. La seguí evitando estar a su lado.

   Seguimos en silencio y pasamos por la piscina, por el jardín, por guardaespaldas listos con revólveres en la cintura y al final de aquella gran extensión, donde pisamos piedras, entramos en un lugar oscuro, lo que me dio escalofríos.

   Las luces se encendieron de repente y me mostraron a un hombre atado a una silla, su ropa estaba llena de sangre. Estaba con la cabeza gacha y estaba inconsciente.

   Un desespero se apoderó de mí y me giré hacia Megan, quien me miraba sin sentir ningún remordimiento, estaba fría, distante, malvada. Ella ordenó a sus hombres que golpearan al hombre indefenso, y él estaba allí, casi muerto.

   Intenté acercarme para ver si todavía estaba vivo, pero Megan me detuvo.

-¡Suéltame!

-No permitiré que te acerques.

-¿Por qué ordenaste que tus hombres hicieran esa crueldad a un indefenso?

-Porque se lo merecía, al igual que tu querido papá.

-¡No! Ninguno de los dos. Nadie merece ser torturado de esta manera.

-Umm... tenemos pensamientos diferentes y ahora que has visto lo que querías... cumple con nuestro trato.

-No hay ningún trato más, Megan... eres cruel.

   Ella sonrió y respiró hondo. Me soltó y se acercó al hombre en la silla.

   Recordé brevemente lo que ella dijo sobre jalar el gatillo y corrí para impedírselo, pero ella sacó rápidamente un revólver de su cintura, el mismo arma destructiva que antes no había visto. Apuntó hacia mí y me detuve.

-Mejor.- sonó maléfica.

-¡No hagas eso, Megan!- supliqué, sintiendo el miedo envolviéndome.

   Megan ignoró mis palabras y esta vez apuntó el revólver a la cabeza del hombre, rozándola y golpeándola.

-Por favor, Megan... no lo mates, te lo suplico.

   Ella miró su muñeca izquierda, como si estuviera viendo la hora en su reloj y dijo:

-Quieres intentar negociar... todavía tengo dos minutos.

-Eres una cretina maldita.

-Los insultos que salen de tu boca son como cumplidos.

-No tienes el derecho de matar a las personas... no eres dueña de sus vidas.

-Pero soy dueña de mi dinero y conmigo nadie juega.- gritó furiosa, con odio en sus ojos.

-No me intimidas.

-Pero puedo hacerte suplicar por la vida de un simple desecho humano y ahora... ese desecho recibirá lo que se merece.

   Megan armó rápidamente el revólver y apuntó hacia él, lista para disparar.

   Grité su nombre desesperadamente y ella me miró asustada. Dejó caer el revólver de su mano y cuando lo vi, ya me había agarrado y ahora me besaba de manera salvaje, descargando en mis labios todo su odio y furia.

Cedí a ese beso, tanto que comencé a corresponder. El beso que ella dirigió desde el principio empezó a ser dirigido por las dos.

Su forma de besar era impresionante, era caliente y al mismo tiempo feroz. Me mordió y no paró. Jadeó contra mi boca y yo suspiré.

En el calor del momento, abracé sus hombros y no evité que sus manos fueran nerviosas hacia mi trasero. Sus manos me apretaron y gemí contra su lengua, que ocupó el espacio solitario de mi boca.

Pero la hice parar con un empujón.

Con sus ojos llenos de deseo, pero también de furia, ella agarró la pistola y volvió a apuntar a la cabeza del hombre y sin mirarme más, apretó el gatillo...

Cerré los ojos...

En la pistola no había bala, ella armó, disparó y nada le pasó al hombre. Realmente pensé que cuando abriera los ojos vería al pobre indefenso con un agujero en medio de la frente.

Megan me sacó de ese lugar que solo acumulaba polvo, miedo y muerte.

Afueras, ella agarró mi mandíbula y dijo furiosa:

- El plazo de su muerte se extendió. Esta noche te rendirás a mí y si no lo haces... él morirá.

Se alejó aún furiosa y me dejó allí...

Esperaría lo que la noche tenía preparado para mí...

Y la noche más esperada por Megan había llegado y yo luchaba contra mí misma para aceptar el hecho de que si no pasaba la noche con ella, ella mataría a ese hombre. No lo conocía, pero temía por su vida, como temería por la vida de cualquier persona.

Deudas o errores no deberían considerarse motivos para matar a alguien. Las personas que pensaban de esa manera eran enfermas, crueles, sin corazón, frías y prepotentes. Desafortunadamente, Megan Armstrong ya había demostrado ser así y yo nunca me involucraría ni me enamoraría, a pesar de que no podía olvidar en ningún momento los besos que ella me dio.

Salí del baño vestida con una bata blanca y me encontré con Megan sentada en el sillón.

La habitación estaba borrosa, obviamente ella apagó una de las lámparas.

Megan se levantó y vi que llevaba puesta una bata negra, abierta un poco en la altura de sus pechos.

Quise volver al baño y encerrarme allí, pero yo era la salvación de muerte del hombre endeudado.

Así que me acerqué, reuniendo todo el coraje que tal vez pudiera existir en mí y empecé a desatar vacilante la bata, sin apartar la mirada de sus ojos azules oscuros. Ella anhelaba y yo temblaba, la vergüenza no podía arruinar ese momento, después de todo, Megan ya me había visto desnuda.

Ella movió la cabeza y yo no entendí, hasta que...

- ¡Para ahora mismo lo que estás haciendo!

Me detuve y ella se acercó a mí, luego llegó tocando suavemente mis labios, los acarició y apretó, causando la misma sensación que cuando me besó ferozmente.

Megan me sentó en la cama y besó mi frente cariñosamente. Sentí consuelo, extrañamente consuelo.

Comenzó a besarme lentamente haciendo que sus manos recorrieran desde mi cuello hasta uno de mis pechos aún cubiertos por la bata. Apretó mi pecho y suspiré contra su boca.

Ya me había excitado, había hecho que deseara tener esa noche con ella solo con ese beso, pero luego ella se detuvo y enderezó su postura.

Megan se quedó de pie, con los ojos conectados con los míos en todo momento.

- Eres hermosa, Stella.

Y mi corazón palpitó.

- Stella?

- Sí, Megan? - respondí entre caricias.

- Eres perfecta.

Solo asentí y comencé a sentir una tensión sexual infiltrándose entre nosotras dos, esa tensión que no me ayudó en absoluto.

Megan comenzó a desatar la bata, pero nuestros ojos permanecieron conectados, mientras ella me miraba desde arriba.

Con la bata ya desatada, Megan la abrió y pude ver la belleza de la parte delantera de su cuerpo.

Su mano bajó desde su cuello pasando por sus pechos y llegando a su abdomen, ignorando la cicatriz.

Su mano se deslizó hacia su desnudez y escuché claramente cuando ella gimió bajo como en un susurro excitante por haberse tocado y yo vi lo que hizo en segundos. Eso me hizo salivar por un deseo repentino, deseo de poder repetir eso en ella y hacer que sintiera mi toque. Fue como una descarga de realidad que me hizo desearlo.

Cuando levanté la mano para tocarla, ella me lo impidió y pude ver ahí, una mirada abatida y triste, ya no había deseo en ella, sus ojos estaban caídos.

- ¿Estás bien? -pregunté preocupado.

- Sí.

Megan pensó...

- Megan, yo...

- ¡No digas más nada! -me interrumpió y me callé- ¿Por qué te preocupas tanto por alguien que ni siquiera conoces?

- Es... -intenté responder.

- Mi cuerpo, Stella, es mi bien más preciado y necesita ser deseado para ser tocado.

- Megan...

- Estás dispuesta a acostarte conmigo para salvar la vida de un incompetente, pero no me deseas y eso es lo que más me duele. Te saqué de una vida y te di todo, te salvé de quienes más amabas y en quienes confiabas, personas que no merecen tu amor.

- Yo... -empecé a entristecerme, viendo su desahogo y tristeza.

- Solo deseaba tenerte para mí, deseaba tener momentos contigo, necesitaba ser deseada por ti, pero no... me lastimaste al pensar que te obligaría a tener relaciones conmigo, pero nunca sería capaz de eso.

- Megan, por favor... escúchame... yo...

- ¡No! Voy a buscar a alguien que me desee... y no te preocupes, ese incompetente por el que suplicaste que no muriera, ya está libre.

- Megan... perdóname -pedí e intenté sostener su mano que ataron ligeramente.

- Buenas noches, Stella -dijo con tristeza y salió de la habitación.

La seguí minutos después, la deseaba, quería poder tocarla, sentirla.

Vi su silueta girar a la izquierda al final del oscuro pasillo y corrí para alcanzarla. La seguí, seguí y finalmente, me detuve de golpe.

Me arrepentí de haberla seguido.

Observé por un breve momento cómo su cuerpo era tocado con deseo por las manos de la hermosa Lola, que la besaba con avidez. Todo esto sucedió cerca de la encimera de la cocina.

Lola estaba tocando su cuerpo y haciendo que ella suspirara.

Quien debía estar haciendo eso era yo, quien debía estar amando ese hermoso cuerpo era yo, solo yo...

Regresé a la habitación con esa imagen en la cabeza y lloré tan pronto como me cubrí completamente con la manta. Lloré y me arrepentí de haberla rechazado durante tantos días.

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dora leidy Yara bonilla
Excelente de principio a fin
dora leidy Yara bonilla
Buenísima
Norma Marroquin: Me encanta esta novela la vdd Autora te luciste con ellas la he leeido 3 veces y son las mismas que me facina.
total 1 replies
Abril Torres Diez
Me encantó la novela muchas felicidades
Analla Salvador
me justo mucho la novela ojalá aya una segunda temporada
Ainodlam Madriz
excelente maravillosamente tú novela felicitaciones
Evelin jamilhet Alvarado
Malo
Evelin jamilhet Alvarado
Muy malo
Ser Up
estelae tiene aburrida está que corta las guinchas por megan y se da tanto de rogar que ya aburre
Lil Souto
Excelente
Maria Consuelo Rodriguez Berriz
Intenso.!
:vアレクサ
mujer a ti no te apuñalaron un pulmón?
:vアレクサ
eso tenga más respeto que yo como espectadora ubiera sido más fácil que la tabla del uno.
:vアレクサ
y no te culpo reina kskfjd
:vアレクサ
cuando te enteres hermosa- /Sweat/
Ana Leticia Morales
que poca
Alv Flor
asta horita me a gustado lo que leo
Taylor Blue
me encanta dios mío
Taylor Blue
Muy malo
Ash
preciento q Mercier es padre de Megan👽
Ofelia Paloma Rodriguez
excelente
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