Dulce una mujer que nunca quiso ser madre pero que la vida le dio un cambio de 80 60 grados encontrándose con Amy una niña huérfana que le robó el
Corazón de inmediato a tal punto de quererla como su hija cambiándole su mundo entero un amor que surgió entre ellas para Amy dulce es su mamá y para dulce Amy es su hija pero su felicidad se verá afectada por la llegada del papá de Amy Máximo un alfa despiadado que no le importa lo que tenga que hacer para encontrar a su hija sin importar a quien tenga que lastimar en el proceso un hombre que lo único que le importa es encontrar a su hija sin importar ensuciarse las manos en el proceso.
¿Que pasará cuando las encontré ?
—Yo soy el padre de Amy dame a mi hija
—Eso jamás Amy es mi hija y nunca te la daré
La hija del alfa es mía
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(Se que en el título dice hijo pero es niña aunque diga el hijo del alfa es mío trata de una niña )
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Den el beneficio de la duda
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**7:00 AM**
—¿Quién diría que yo estaría despierta tan temprano? La única forma en la que antes veía esta hora era llegando de una fiesta, no despertando por mi cuenta. Cuando iba a la universidad siempre elegía el horario de la tarde, porque odiaba madrugar. Y mírenme ahora… aquí estoy, preparándole la mamila a Amy.
Ya la había alimentado cuando me llamaron para avisarme que los pedidos habían llegado. Cargué a Amy y salí con ella en brazos. Abrí la puerta y les indiqué dónde colocar las cosas. Me ayudaron con la cuna y el moisés. Tengo que contratar a un organizador para decorar la habitación.
Organicé un poco y ya casi todo estaba en orden. Dejé a Amy en su cuna. Llamé a la amiga de mi mamá, que es trabajadora social. Quedamos en vernos a las 9:00 a. m., así que aún tenía tiempo para arreglarnos y desayunar.
Estaba preparando mi desayuno: pan con café, y una mamila para la beba. Ya casi estábamos listas, solo esperábamos el taxi. Tengo que instalar el portabebé en el auto, pero eso será después, aún no lo compro.
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**En la oficina de Servicios Sociales**
—Hola, buenos días, Dulce. ¡Cuánto tiempo sin verte!
—Hola, Carmen. Buenos días.
—No entendí muy bien tu mensaje, por eso preferí que vinieras y me contaras mejor.
—Bueno… necesito que me ayude. Verá… quiero adoptar a esta pequeña.
—Dulce, espero que sepas que adoptar a un bebé no es un juego ni un capricho. Sabes que hay que cambiar muchas cosas de la vida para siquiera poder solicitar la adopción. Es mucho papeleo, y no sé si pueda ayudarte. Te conozco desde que eras así de pequeña, como esta bebé. Sé que nunca has querido tener hijos, y que tu vida ha sido algo alocada. No sé si serás capaz de cuidar a esta niña, cuando a veces ni de ti misma has podido hacerlo…
—Entiendo que cuesta creer que quiero adoptar a esta bebé, pero nunca había estado tan segura de algo en mi vida. La quiero desde el momento en que la encontré. Seré totalmente sincera con usted: el sábado salí de fiesta, pero no me sentía cómoda, así que decidí salir del lugar. Estaba caminando por el parque, organizando mis pensamientos, cuando empezó a lloviznar. Al pasar por unos botes de basura, escuché el llanto de un bebé. Me detuve, y ahí la encontré: en una caja, con un papel que tenía su fecha de nacimiento, su nombre y una carta de su madre. Aquí está… léala, si gusta.
Después de encontrarla, no fui capaz de dejarla ahí sola. No sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar, y era tan pequeña… De inmediato la llevé al hospital. Solo tenía un resfriado, pero nos quedamos toda la noche en observación. Al día siguiente, la pediatra nos dio el alta.
Como era domingo, no llamé a Servicios Sociales. Además, quería hablar con usted primero para saber qué me aconsejaba. Solo le pido… que me dé el beneficio de la duda.
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