Me Enamoré De Mi Hermanastro

JOAN

No se en que momento estaba en su habitación sentado en su cama, ella había ido al baño por un botiquín ya que me había lastimado un poco con sus uñas, la verdad era que para mi unas uñas enterradas en mi piel no era nada comparado a las peleas que había tenido, pero su preocupación  me hizo que la apreciara más y me diera cuenta que se veía mucho más linda cuando se preocupaba por mi.

Cuando regresó del baño me dijo que levantara mi camisa pero era incómodo subirla así que opté por quitármela , sus ojos recorrían todo mi cuerpo con lujuria lo podía sentir, sonreí cuando ella bajó la mirada así que me acerqué más para decirle que si así estaba bien, al levantar su mentón me di cuenta que estábamos muy cerca, en sus ojos pude ver un brillo especial, bajé la mirada a sus labios y al verlos tan cerca se veían tan carnosos y jugosos que no pude resistirme y la besé.

No sé como mierda pude hacer eso pero tenerla tan cerca me hizo perder la razón de verdad quería besarla, era como si sus labios me hubieran hipnotizado.

Me di cuenta que no correspondía a mi beso así que me alejé rápidamente pidiéndole disculpa por dejarme llevar, sabía que la había cagado así que pensé en alejarme, cuando iba a llegar a la puerta sentí una mano en mi brazo cuando me di vuelta sentí sus labios en los míos fue una experiencia increíble ya que al saber que ella lo deseaba tanto como yo no habría problema, nos dejamos llevar por el momento no quería despegar mis labios de los suyos eran tan adictivos que quería más y más, no podía parar hasta que me vino a la cabeza una ola de arrepentimiento como si me hubiesen golpeado fuerte en la cara,  me separé de ella, no podía mirarla a los ojos, lo que me hizo retroceder, me di cuenta que no podía hablar así que me fui y la deje ahí en la cama sola.

Al llegar a mi habitación cerré la puerta con seguro evitando que pudiera entrar, puse mis manos en mi cara pensando en lo que había pasado, mi cuerpo seguía caliente todavía podía sentir sus labios y su cuerpo, era tan jodidamente hermosa que me di cuenta que no la veía como mi hermanastra , la veía como mujer y eso me estaba volviendo loco.

Me metí a bañar para despejar mi mente un rato, me quedé más tiempo del que estaba  acostumbrado bajo la ducha tratando de procesar todo lo que había hecho y de como iban a seguir las cosas después de lo que pasó con Mairim.

Cuando salí del baño, me puse un pantalón deportivo con una playera blanca pegada a mi cuerpo, tocaron a mi puerta y por un momento pensé que era Mairim, fui hacia la puerta quité el seguro y abrí, no era ella, era papá para decirme que estaba lista la cena que bajara para hacerlo todos juntos, en familia.