No Debía Enamorarme, Tenía Que Odiarte

Camino del hotel hasta el parque del pueblo, porque tengo antojo de una deliciosa empanada de yuca que solo allí venden. Además, caminar me ayudará mucho a olvidar ese impase que viví con Esteban.

Mientras camino por el parque hasta el puesto de las empanadas, me fijo en un pequeño aproximadamente de unos 3 o 4 años, es realmente hermoso, va corriendo y riéndose, su inocencia me cautiva, pero en ese momento me doy cuenta que piensa salir del parque sin precaución de los carros que por aquí transitan, así que salgo corriendo detrás para lograr detenerlo; gracias a Dios logre alcanzarlo a tiempo, porque Justo en ese momento iba pasando una camioneta.

Lo cargo entre mis brazos y le doy un fuerte abrazo y en ese momento una señora mayor se acerca y dice — mi niño, está bien?… volteo hacia donde la mujer se encuentra y respondo — si señora, no se preocupe, él está bien… ella con su cara de preocupación dice — no sabe señorita lo que acaba de hacer, estaré eternamente agradecida por esto… la miro con nostalgia y digo — no tiene que agradecer, cualquier persona hubiese hecho lo mismo por este hermoso Niño… miro al pequeño que aún tengo en brazos y le digo — hermoso príncipe como es tu nombre?… él me sonríe, aún no se ha dado cuenta del peligro que corrió hace un momento, su inocencia no le permite ser conciente; entonces el pequeño responde — me llamo Juanmi… le sonrió y le digo — que nombre tan hermoso tienes… luego de un pequeño silencio la señora dice — su nombre es Juan Miguel, solo que así le decimos de cariño… le sonrío y digo — que lindo nombre… despues el pequeño dice— y tú cómo te llamas… mientras lo bajo de mis brazos le digo — pequeño mi nombre es Sofia… se queda mirándome fijamente y dice — te pareces a mami… sonrio y le repondo — me alegra parecerme a ella, porque eso quiere decir que tendré un hermoso hijo como tú… su mirada se pone triste, lo cual me hace sentir mal, así que le digo — dije algo malo?… el niega con la cabeza y luego dice — mami está en el cielo… sentí como si apuñalaran mi corazón, me pongo a su nivel y le doy un abrazo muy fuerte y luego la señora dice — si, hace un año que Mariana nos dejó; disculpa Sofía pero ya debemos irnos.. aún en estado de sorpresa, afirmó y digo — lo siento mucho enserio, cualquier cosa trabajo en hotel del pueblo, allí me podrán encontrar, me dio mucho gusto conocerlos… la señora sonríe y reponde — el gusto fue nuestro, y de nuevo muchas gracias Sofía… me despido y vuelvo al hotel.

Después de lo sucedido el hambre y antojo se fueron; además quede consternada por la historia del pequeño, debe extrañar mucho a su mamá, cómo yo extraño la mía.

De regreso al hotel, recibo una llamada de Tatiana — hola sofi, ya vines para el hotel?… le repondo — si Tatis, estoy a media cuadra, sucede algo… ella no reponde y solo dice —bueno Sofi acá nos vemos… no puedo esperar buenas noticias, la actitud de Tatis es muy extraña.