La Tormenta Perfecta

¿Cuál es la probabilidad de que te vuelva a encontrar?, La suerte es solo cuestión de oportunidades de preparar encuentros.(Lucius Annaeus Séneca)

Nueva York ,Noviembre 17

Las calles de la ajetreada y bulliciosa cuidad, saludaban de Nuevo a Isabelle, un mes había transcurrido desde su huida de casa. Dejo todo el pasado atrás para un nuevo comienzo, después de vender el departamento de Brooklyn, viajo hasta Nueva York, pero las cosas no iban nada bien, sus ahorros estaban por terminarse y le queda muy poco dinero de la venta del departamento, seguía sin encontrar empleo y estaba hartando se, no lograba conciliar el sueño y a cada instante que pasaba ese par de ojos negros, la consumía y la seguía por todas partes.

A la mañana siguiente:

—lo siento señorita, no podremos darle el empleo.

La mujer llevaba horas caminando por la ruidosa ciudad, traía los pies adoloridos y estaba harta, por más que salía y trataba de dar lo mejor en cada entrevista todas resultaban en un fracaso, tenía una carrera terminada en Finanzas y administración, tuvo el promedio más alto al graduarse y ¿todo para qué?, si a todas las oficinas a las que iba la rechazaban una y otra y otra vez.

—señorita, déjeme decirle algo.—la verdad es que usted es sobresaliente para este puesto, sería excelente para estar en él y nos daría gusto que usted formara parte de nuestro equipo, le había comentado el director de recursos humanos, esa mañana.

—entonces, ¿por qué no puede darme el empleo?

—su padre... señorita storm, él sé ha encargado de que todas las empresas le cierren las puertas, nadie le dará empleo por esa razón, yo le recomiendo ir con él y arreglar el problema que hayan tenido; de esa forma verá como todas las empresas le empezarán a llamar.

—gracias por haberme recibido, le deseo un excelente día. La mujer se puso de pie y salió de la última entrevista que tenía agendada.

La razón por la cual llevaba un mes sin encontrar trabajo era por ese hombre, él se encargaría de destruirla, eso fue lo último que recordaba de la pelea con su padre, — ¡jamás lograrás nada en la vida Isabelle!

La voz sonaba fresca dentro de su cabeza, era un tormento diario, qué estaba por volver la loca, las gotas empezaron a caer una y otra vez sobre ella, llevaba horas caminando sin un rumbo fijo, la noche había cubierto el cielo.Y a la mujer seguis sin importarle que la lluvia empapara su cuerpo, seguía caminando sin tener rumbo alguno, lo menos que quería era regresar a casa, la soledad cada día la deprimía más, y en esa misma soledad se preguntaba que había pasado con el chico de la estación.

¿qué debería hacer?, llamarle no es opción se repetía una y otra vez la mujer, ¿casarme?, no ni loca volveré a esa vida, de que me sirve tener lujos si no tengo lo que más anhelo no tengo el amor que realmente quiero.

—¿hablando sola señorita?

un paraguas negro, cubrió la cabeza de Isabelle.

—por lo que veo, estamos destinados a encontrarnos, durante los días lluviosos. ¿no crees?

—La mujer se giro al reconocer la voz que le hablaba a su espalda, ¡Dylan! gritó con euforia y entusiasmo.

Abrazo al joven y dejo que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

—wow,debería ir por la calle cubriendo a cualquier chica sin paraguas, el agradecimiento que suelen dar, es muy reconfortante al parecer.

La mujer se separó de él y bajo la cabeza, odiaba que la vean en la etapa de debilidad.

Dylan tomo el paraguas con una mano y con la otra levantó la cara de Isabelle, —¿todo bien hermosa?

—si, bueno la verdad es que no, solo mirame.

—para mí te ves bien, la lluvia te sienta bien, sabes.

La mujer se detuvo y lo miro a los ojos, no había dejado de pensar en ese hombre, desde su primer encuentro, así que tomo un poco de Valentía, se puso de puntitas y dejo en los labios de Dylan un pequeño beso, esa fue la chispa que desató todo.

Dylan la quedó mirando con cara de asombro, se había quedado sin palabras, era algo que él jamás esperaba, él siempre daba el primer paso, él siempre era quien solía robar los besos y justo en este momento había perdido el control de todo eso, la situación se le escapaba de las manos. Y eso era algo que no podía permitirse.

—lo siento, respondió Isabelle, solamente quería salir de dudas.

Una risa nerviosa salió de los labios de Dylan y dijo.

—no te disculpes, ¿sabes por qué?

—¿por que? respondió la mujer.

—Porque ese no fue un beso. le respondió Dylan, la mujer lo miro decepcionada, —¡este si lo es!

Dylan dejo caer el paraguas, tomo la cintura de Isabelle, sus cuerpos jamás se sintieron tan de cerca , ni cuando se encontraron en aquella estación del metro, sus labios estaban totalmente sincronizados, sus cuerpos se amoldaban a la perfección, como si estuvieran hechos para estar juntos, el beso se hizo cada vez más largo, hasta que ambos se quedaron sin oxígeno.

La lluvia caía sin parar y eso no les importaba. después de terminar el beso Dylan le dijo a Isabelle.

—ahora si, ¿tiene alguna duda señorita?

La mujer solamente lo miro a los ojos y sonrió.

Claro que ya no quedaban dudas.