¿Y si el odio no es el fin? Tal vez, solo tal vez el amor verdadero es capaz de transformar corazones de piedra y convertirlos en un corazón de carne.
El camino de Tessa y Dominic no esta sellado con el olvido, este es un amor sublime, pero tormentoso y que estara aprueba constantemente ¿qué sucederá? Los invito a seguir esta historia llena de amor
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Capítulo 24 ¡Celos!
Narra Dominic
Varios días han pasado, y la forma de Tess ignorar mi presencia que me irrita, aun mas, después de aquel acalorado encuentro en el gimnasio.
La salud del abuelo ha mejorado considerablemente, teniendo en cuenta que su situación fue critica, por lo que se el pequeño demonio se la pasa en su habitación bajo la supervisión de insinuante señorita Harper, no sé qué hacen o que puede hablar una niña tan pequeña con un anciano que apenas si puede hablar.
Baker y Henry siguen sin pistas del atentado, esta maldita situación me tiene extenuado, como es posible que personas tan profesionales con lo son esos dos, y no tengan ni una pista.
− ¡señor! – habla Baker entrando a la oficina
− ¿Qué quieres? – pregunto
− Seria bueno que considerara investigar a la señora Bell´s – suelta sin una pizca de duda
− ¿Por qué? – indago
− Según me han informado, ella se encuentra en la cuidad, pero no se ha dignado a venir a saludar a la señora Tessa – responde como si sus palabras fueran obvias, pero estoy desconcentrado y mas por la maldita calentura
− ¿y que con eso? – pregunto sin entender
− No le parece muy extraño que, siendo tan cercanas, ella no se ha dignado a venir, además esta gastando considerables sumas de dinero y la señora Tessa le ha transferido mucho más en los últimos días. Por agradecimiento debería estar cerca de la persona que dice querer y apoyar – comenta con obviedad, cosa que para mí no está obvio, ya que se puede decir que soy nefasto en las relaciones personales
− Haz como lo consideres – respondo y lo veo retirarse
Salgo de la oficina en busca de Tessa, antes de volver a crear un problema me gustaría que ella me informe que está pasando con su prima.
Voy a su habitación, pero solo veo a la pequeña dormida, paso a la habitación contigua en donde se encuentra la señorita Harper y tampoco esta. Busco en casi toda la casa sin creer que me la vendría a encontrar en la terraza tomando una copa de whisky
− ¡hablemos! – le ordeno señalando el camino a la oficina y ella me sigue al tiempo que hace una mueca y tuerce sus hermosos ojos
− ¿Qué es lo que quieres? – pregunta con su rostro molesto, así que prefiero comenzar por el punto que inicio su molestia
− Si no te gusta la persona que se ha contratado para educación de ese demo…, perdón, de tu hija, puedes contratar a la que mejor te parezca – le hablo con cordialidad para que entablemos una comunicación pacifica
− ¿y dejar que la pobre señorita Harper se pierda el enorme placer de dejar de verte a diario? Eso no me lo perdonaría – responde ella con un tono de celos diría yo
− ¿Celos? – pregunto serio, pero con gracia dentro de mi
− ¿De quién? ¿De ti…? Jamás, usted señor Devil es lo que menos me importa, eso es asunto de Vera, no mío – responde ella con arrogancia
− Está bien, no me interesa discutir contigo, solo quiero que tengas en cuenta que puedes decirme si algo te molesta con respecto al cuidado de Violet – respondo, pero ella comienza a reír como loca
− Quien te escuche diría que eres un tipo muy amable. Que te compre quien no te conoce maldito energúmeno – responde ella con la misma risa esquizofrénica
− ¿Estas ebria? – le reprocho
− ¿y? ¿Cuál es el maldito problema? Todo es por tu maldita culpa – me grita
− ¿mi culpa? ¡Estas loca! – le cuestiono
− Si. Tú tienes la maldita culpa, por tu culpa no puedo beber, me dejaste traumada. siempre creí que debí hacerte caso, talvez si no hubiera tomado demás esa maldita vez que me rompiste el corazón en mil pedazos, no me habría pasado lo que me paso. ¿Sabes…? me odié, sentí asco de mí misma porque te amaba, eras todo para mí. Ahora que creía que todo era asunto superado, vuelvo aquí, a tu lado, ¿y todo para qué? Para ver como estas con Vera y ver como esa mocosa te come con la mirada, que por cierto se lleva bastante bien con mi hija, lo que me hace sentir culpable – se ríe de ella misma antes de proseguir. No sé porque me quedo escuchando, tal vez porque mi torpe y estúpido corazón se reconforta con sus ebrias confesiones – tu eres mi maldito Karma, tal vez mate un cura en mi vida pasada, no lo sé, talvez fui una mala mujer en mi vida anterior, pero en esta vida me dueles, me afectas demasiado, maldito idiota – termina llevando la copa a su boca
− Es mejor que te vayas a dormir Tessa – le ordeno
− No quiero, quiero que me des lo que me debes – me ordena ella
− ¿Qué te debo? – pregunto
− Esto – responde acortando la distancia y empujándome contra el sillón, sin darme tiempo se monta sobre mí y comienza a besarme con necesidad
− ¡Para, Tessa! – intento apartarle, pero es inútil, ella insiste por estar encima de mí, lo que me preocupa es lo que hare yo si no logro detenerla
− Te necesito, necesito sentirte, quiero… – no termina de hablar cuando ya me está besando
Quisiera decir que repruebo su errático comportamiento, pero la verdad es que también la necesito. Recibo su beso ardiente como alimento para mi hambre de deseo por ella, la tomo de su trasero y la acomodo para que su intimidad caliente rose mi inmediata dureza desabrocho su camisón y me deleito por unos segundos en su hermoso encaje, pero ella misma acomoda sus urgidas amigas por encima de su sostén y me toma del mentón y me susurra sobre mis labios – quiero que me devores – eso sonó casi suplicante y a la vez lujurioso. La tomo de su cabello y la obligo a llevar su cabeza para atrás y comienzo a besar su cuello, chupo y succiono dejando marcas evidentes por toda su piel, bajo por su clavícula y rodeo sus montess, marco sus pechos como animal antes de apoderarme de sus ansiosos y puntudos pez*nes, ella jadea y gime ruidosamente y su pelvis se menea sobre mí, paso mi boca y saboreo uno a uno, cuando mi boca se centra en alguno, mis dedos pellizcan en el que se siente abandonado – oh, si, si – gime Tess haciendo que mi miembro quiera romper la tela que nos separa. Lo que me sorprende es ver como ella misma se encarga de levantarse y quitarse todo lo que le estorba, al tiempo que se arrodilla y me ayuda a despojarme de mi ropa, se acomoda de rodillas sobre mi er3cto amigo y me deja ver su pronunciado y grande trasero, la tomo de su rostro y la ayudo para que se lo lleve todo a la boca. Es toda una profesional en el ámbito oral, se atraganta cuando intenta met3rlo todo adentro y eso me e+cita, me enciende ver como saliva sobre él y me observa con sus hermosos ojos para comprobar lo c*gido que me tiene, creo que de mis ojos salen llamas de fuego porque esa sola imagen me hace obligarla a comérselo todo y ayudarle con unos movimientos más salvajes para v3nirme dentro de su deliciosa boquita, gruño y me estremezco al sentir como su cavidad se llena de mi leche, la tomo del pelo he intento dejar todo de mi en ella, sin embargo la faena no termina aquí, pues ella no me deja recuperar y se monta sobre mí, pero esta vez no la dejare tomar el control, así que me levanto y la llevo contra el escritorio, tirando todo lo que hay sobre él, la someto sobre la madera dejando su trasero expuesto y listo para mí. Deseo poder p3netrarl4 con brío y adentrarme en ella sin contemplación, pero antes de eso quiero probar su goteante humedad, así que subo una de sus piernas al escritorio y dejo totalmente expuesta su intimidad, me arrodillo y contemplo por unas milésimas de segundo su ab3rtura, verla tan m*jada y cali3nte, es como verla palpitar, sin pensarlo más y dándome el gusto que tanto anhelaba beso su feminidad, paso mi l3ngua y me adentro en su cavidad, hasta que su hinchado y necesitado botón exige mi atención, cosa que hago después de dejarla completamente chup4d$, voy a su punto más sensible y succiono como si mi vida dependiera de ello – ha, ha, más, más – exige ella y siento como sus piernas tiembla y su redondo trasero se contrae para darme una gran y exquisita liberación, me tomo todo ella y es el mejor sabor que existe en el mundo.
No solo verla llegar, sino probar su sabor enciende mi infierno y cuando ella deja de temblar me levanto y la tomo de su cabello para que se levante un poco y con su espalda sobre mi pecho la obligo a ladear su cabeza para besarme, sus brazos intenta abrazarme por encima de su cabeza, hasta que una de sus manos baja a mi miembro dur* y lo comienza acariciar para intentar llevárselo dentro de ella, en ese preciso momento la recuesto nuevamente sobre el escritorio y la obligo a empinarse para que su tremendo trasero quede expuesto y me dé mejor y mayor profundidad en mi entrada, cosa que la hace gritar - ¡joder, eso dolió! – grita ella, pero la ignoro y comienzo a moverme dentro como si fuera un animal ins4ciable, mis manos hacen mucha presión sobre sus caderas y sus g3midos me incitan a palmear su blanco y pálido cul*, me siento como primíparo porque no logro controlar mi lib3ración, siempre me he mofado de poder tener el control del momento exacto de mi 3yaculaci*n, pero sentirla g3mir al tiempo que intenta sostenerse de cualquier cosa me hace v3nirme dentro sin lograr retenerlo, la temperatura de la habitación ha aumentado pues nuestros cuerpos sudados están agitados y no logro recuperarme.
− Quiero más – exclama ella abrazándome y besándome con la misma intensidad que al inicio
− Eres un pececito insaciable – le respondo mordiendo sus labios
− No sabes cómo extrañaba que me llamaras así – dice ella con sus ojos cristalizados y es aquí donde vuelvo a mi realidad
− Lo mejor será dormir – le respondo
− ¿Qué sucede? – pregunta ella
− ¡Nada! – respondo seco
− Dominic, no crees que exista alguna posibilidad entre los dos – pregunta ella y no sé qué responder
− No quiero hablar de estas cosas – respondo mientras comienzo a vestirme
− Ese siempre ha sido tu maldito problema, y lo peor es que soy yo la única que pierde – dice ella con su voz entrecortada intentando retener sus lágrimás al tiempo que toma su ropa furiosa
− ¿perder, tu…? Tu no sabes que es perder Tessa Wilson, ese sentimiento no creo que lo hayas experimentado en la magnitud que yo lo he hecho. Tú no tienes ni puta idea de todo lo que llevo aquí – señalo mi corazón – y que me carcome a cada instante – termino de hablar porque no quiero desnudar mis sentimientos.
será que está segunda parte la supera?
pues empecemos a leer
bendiciones
/Smile//Proud/