Giada Santoni; Asistente del departamento de policía de Polizia di Stato, en Italia. Mujer determinante, hermosa, con un carácter y temperamento fuerte, está dispuesta a atrapar del mafioso
Investiga cada movimiento del mafioso para llegar a él y seducirlo, utilizando su arma mortal, la belleza natural tan atrayente que cautiva a cualquier hombre.
Stephen Bernardino Verro, el mafioso más buscado de Italia, guapísimo e inteligente.
Detrás de todo, hay oscuros secretos, que sin darse cuenta, ambos caen en una red sin salida, dónde Giada, por su venganza será su maldita perdición.
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Quiero una mamá
Giada frunce el ceño, le molesta que él no le diga algo en concreto. Abren la puerta y Giada disimula su sorpresa.
—¡Hijo mío!— una mujer de aproximadamente 60 años, le saluda con una gran sonrisa
—madre— le abraza Stephen, dejando a un lado su arrogancia y maldad, es solo Stephen Verro, no el mafioso más buscado
Santoni los observa darse ese cálido abrazo y luego desvía su mirada para contemplar el alrededor, es una pequeña casa, muy hogareña.
—¿Y esta mujer?— la anciana la mira de pies a cabeza
—madre, es una amiga íntima— responde Stephen sonriendo muy seductor volteando a mirar a Giada
—un placer, soy Georgia Verro ¿Y tú?
Giada mira a Stephen, desde que se conocen no le ha dicho su nombre. —soy Giada. Un placer señora Georgia— se presenta Giada muy educada
—¿Hijo, por qué no dijiste que traerías compañía?
—no pensé que GIADA, fuera aceptar mi invitación— Stephen no deja de mirarla, ahora le dice Giada no Cisne y ella se siente incómoda
—pero aquí estoy, su casa es muy cómoda señora, me agrada
—por fin alguien está de acuerdo conmigo, mi hijo es muy testarudo, quiere llevarme a vivir a una gran mansión, y la verdad soy feliz con Mia
—¿Mia?— pregunta Giada con extrañeza
—¡¡Papito!!— una niña viene corriendo demasiado feliz a los brazos de Stephen
El corazón de Giada empezó a latir rápidamente.
—mi pequeña niña, que lindo vestido te has puesto
—mi abuelita lo hizo para mí, cuando supe que vendrías, me lo puse para que me vieras linda papá
—siempre eres hermosa mi pequeña Mía— Stephen baja a su hija, la cual por su emoción no se había percatado de la presencia de Giada —Mia, ella es Giada, una amiga
—¿Ella será mi mami?— pregunta Mia con inocencia
Giada parpadea varias veces, todo lo que había sido pasión, ahora son muchas sorpresas, Stephen Verro tiene a su madre con vida, y tiene una hija.
—ella solo es una amiga, cariño— Stephen acaricia la larga cabellera de su hija
Giada se agacha, para quedar a la altura de la niña, aunque el vestido le queda ajustado, pero hace el esfuerzo. —no estés triste, podemos ser buenas amigas ¿Te gustaría?— Giada le sonríe y la niña la abraza impactando el corazón de Giada, porque no se esperaba ese abrazo.
—ella me agrada mucho papá— Mia está demasiado feliz
—a mi también hija, por eso la invite para presentarte
—¿Vamos a cenar?— pregunta Giorgia, tiene todo listo para servir
—por favor madre, gracias por tu dedicación en cocinar
—no te preocupes hijito, soy tan feliz cuando vienes a comer con nosotras, por favor, vayan a tomar asiento, hay que celebrar que tenemos una invitada especial— Georgia se marcha a la cocina
Giada mira rápidamente a Stephen, tanto como ella y Emilio están sorprendidos.
Al llegar al comedor. —quiero sentarme a tu lado— súplica Mia a Giada
—claro, sería un honor tener tu compañía— Mia se sienta a su lado y Stephen las observa en silencio
—¿Ustedes son novios?
—¡Oh, vaya! ¿Cuántos años tienes pequeña?— pregunta Giada intrigante
—8 años, recién los cumplí, estoy creciendo y seré una gran doctora para salvar la vida de las personas
—eso es admirable, sería grandioso tener una amiga que sea doctora— sonríe ampliamente Giada —felicidades Stephen, tienes una hija encantadora
—ella es lo mejor que tengo en mi vida
—aqui está la cena, pavo al horno, lo favorito de mi hijo y nieta, espero que te guste, querida, traeré el mejor vino
—se que quieres hacerme muchas preguntas, luego de todo, hablaremos Giada, me gusta tu nombré— Stephen profundiza su mirada en ella
—mi papá, es guapo ¿Cierto?— Mia le pregunta a Giada tomándola por sorpresa
—¿Estás segura? Pienso que tú papá es el más ogro del mundo— la niña se ríe a carcajadas
—tienes razón, muy pocas veces lo veo molestó y parece un ogro, pero es el mejor papá que papito Dios me regaló, aunque casi no pasamos tiempo juntos, y lo echo mucho de menos— los ojos de Mia se tornan llorosos, por lo que Stephen respira profundamente, y se sienta al lado de su hija
—pequeña, muy pronto estaré para tí ¿Bueno? No pongas esa carita, sabes que me debilitas
—lo siento papá— Mia hace pucheros y Giada está consternada con todo ésto
—no es tu culpa cariño, yo te entiendo
—aqui está el vino, tengo una colección de vinos, hijo, abre la botella mientras yo les sirvo— Stephen obedece
Giada quiere decir muchas cosas, es que desea ya pero ya, estar a solas con Verro y preguntarle, pero debe tener paciencia.
—se ve delicioso— Giada observa la comida
—mi madre es una excelente cocinera, fue una Chef profesional, pero por circunstancias de la vida, se apartó de la cocina
—y no me arrepiento, hijo, los mejores años de vida, los estoy teniendo al lado de mi nieta, ella es la felicidad, mi buen comensal
Stephen sirve el vino en cada copa, Giada se dispone a probarlo. —el vino Franciacorta es perfecto para acompañar este pavo
—estoy de acuerdo, es una excelente elección— Giada bebió un sorbo
Todos empezaron a cenar, pero Stephen no puede dejar de mirar a Giada, Mia a su padre y Georgia a todos. —¿Estás casada?— pregunta Mia
—mi princesa, no hagas esas preguntas— Stephen interviene
—estoy soltera cariño, y tampoco tengo hijos, soy una mujer solitaria
—¿A qué te dedicas, querida?— pregunta Georgia
—hace lo mismo que yo, madre— responde Stephen, su madre sabe a lo que sus hijos se dedican
—¿De qué hablan?— pregunta Mia
—hija, debes comer, o si no se te va a enfriar la comida— Stephen evade la pregunta de su hija
—papá deberías conquistar a Giada, ella me agrada, quiero tener una mamá, quiero mucho a mi abuelita, pero quiero tener una mamá
—Mia por favor— a Stephen no le gusta tocar este tema
—¡Mi madre fue asesinada! Quiero una mamá, ¿Cuándo me darás una?— súplica Mia llamando la atención de todos, pero más de Giada
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