Venciendo El Pasado

Maried sintió que el mundo se le cayó encima cuando Julieta le dijo llorando: "cuando salimos de allí, nos estrellamos con un muro. Había un grupo de personas y sólo teníamos dos opciones: atropellarlos a ellos, o tirar el carro contra el muro. Ángel prefirió estrellarnos y aquí está desmayado, no me responde, estamos llenos de sangre. Ayúdanos por favor, vengan para acá".

Cuando Maried escuchó la noticia, les contó a las otras chicas. Todo fue tan rápido y triste a la vez. Ella, como siempre, estaba triste, pero centrada y le dijo a Rafael: "levántate, ahorita no tenemos tiempo para llorar, vamos a ayudarlos".

Todos se levantaron y fueron hasta el lugar que Julieta les había indicado. En un carro iban Rafael y Maried y en el otro: María, Pili y Wendy.

Al llegar, pudieron ver una escena como muy pocas en la vida.

Allí estaba el carro de Ángel totalmente inservible y a un lado, se veía a Julieta con la frente y las manos llenas de sangre y a Rafael en sus piernas. Había mucha gente alrededor, asombrados con el accidente terrible que estaban observando.

Al acercarse observaron que la cabeza de Ángel estaba abierta por la frente y, por un lado, y Julieta gritaba y lo levantaba hacia su cuerpo, una y otra vez, pero él no respondía.

Maried como pudo se acercó, el yeso no la dejaba correr ni caminar rápido y Rafael le tomó los signos vitales a su mejor amigo.

Sabes qué pasó? Ángel falleció en aquel fatídico accidente y Julieta se encontraba en shock.

Entre todos, lo subieron al carro de Rafael, mientras Julieta se iba con María, Pili y Wendy y se dirigieron al hospital en el cual, todos ellos, estaban haciendo la rotación hospitalaria.

Al llegar, por supuesto, todos los del cuerpo de guardia los conocían, corrieron a bajar a Rafael. Inmediatamente, lo pasaron a la sala de trauma shock y le colocaron el desfibrilador para hacerle el RCP (Resucitación cardio pulmonar), pero había pasado mucho rato, entre el accidente y ese momento... No pudieron hacer nada, Ángel estaba formalmente muerto. Le hicieron el electrocardiograma respectivo para confirmar su deceso y procedieron a llevar la noticia a sus amigos, los cuales estaban afuera esperando un milagro.

El responsable de llevar la fatal noticia era el médico de guardia. Él salió, los miró a todos y dijo: "lo lamento mucho, hicimos todo lo posible para salvar su vida, pero no lo logramos. Lo siento".

Rafael cayó al suelo, mientras Maried, María, Julieta, Pili y Wendy lloraban desconsoladamente. En ese momento iban pasando por la emergencia el Dr. Larry, quien era el jefe del servicio de Medicina Interna y además, profesor de clínica de los bachilleres, junto a otro grupo de estudiantes, compañeros de Maried. Al ver los gritos y llantos de sus alumnos se acercó y preguntó: "qué pasó aquí? Por qué están llorando de esa manera?.

Maried le respondió: "Profesor, Ángel acaba de fallecer!".

El rostro del Dr. Larry se notó evidentemente sorprendido. Él sabía que Rafael y el joven fallecido eran grandes amigos, por lo tanto, se acercó a Rafael, y sin pronunciar ni una sola palabra lo abrazó. Ambos lloraron sin decir nada.

En ese instante Julieta decidió llamar por vía telefónica a la casa de Ángel para darles la terrible noticia. Respondió su papá, el cual al enterarse, lloró amargamente.

Al cabo de unos 15 minutos llegaron cuatro (4) personas llorando y corriendo, eran los padres y hermanos de Ángel, y allí estaban todos reunidos, dándose apoyo los unos con los otros ante tan irreparable pérdida.

Por mi parte, yo nunca quisiera atravesar por una situación como esa. Imagínate, ¿qué pasaría por la mente del padre de Ángel cuando recibió la noticia? Y peor aún, ¿cómo haría para contarle lo sucedido a su esposa? ¿Dónde sucedió la tragedia?

Son preguntas que supongo que se estaba haciendo el papá de Ángel apenas escuchó la noticia.

La mamá dijo: "qué le pasó a mi hijo? ¿Está vivo, verdad? Todo es una mentira, quieren jugarnos una broma? Rafael, responde por favor".

Él inmediatamente, con sus ojos llenos de lágrimas y con la voz entrecortada le dijo: "cómo quisiera que todo fuera mentira, pero tristemente no es así. Mi amigo falleció en un accidente automovilístico, fue una muerte fulminante, él no sufrió, y no sintió dolor, ya que falleció con el impacto".

El padre de Ángel al escuchar el relato preguntó: "falleció alguien más?".

Julieta llorando respondió: "yo venía con él, me suturaron en la cabeza, pero estoy bien".

El papá de nuevo preguntó: "pero no entiendo nada, por qué mi hijo murió y tú estás bien?".

Ella bajó la cabeza y le dijo: "él no quiso colocarse el cinturón de seguridad. Con el impacto salió volando del carro y se golpeó en el pavimento. Yo, aunque tenía mucha sangre, me quité el cinturón de seguridad y corrí para ayudarlo, pero ya no pude hacer nada, porque estaba muerto. Su cabeza se rompió con el pavimento y parte de su cráneo quedó regado en la carretera".

Al escuchar el relato de la única testigo en la escena, todos lloraban con amargura. La mamá no pudo soportar una palabra más, sus piernas estaban débiles y su aliento desfallecía... En ese momento la señora se desmayó y todos corrieron para auxiliarla.

Nadie sabe cómo va a reaccionar en los momentos de tribulación. Hay quienes corren, otros ríen, algunos no aceptan las malas noticias, otros, quieren golpear por la impotencia. Yo realmente no sé cómo reaccionaría ante una situación terrible, lo que sí sé es que, en esos momentos, la familia y los amigos tienen un papel muy importante, ya que es en ellos que debemos apoyarnos para levantarnos y continuar caminando. Teniendo la certeza de que al ser querido, jamás vamos a olvidarlo, ni mucho menos reemplazarlo... únicamente debemos aprender a vivir con esa ausencia: ausencia que duele hasta morir, porque todo nos recuerda a nuestro familiar ausente: algún olor, quizás un color, alguna canción, una comida, una bebida, una frase, un programa de televisión, una película...en fin, todo nos recuerda a nuestro ser querido.