Gabriel Patel y Xavier Hudson son como hermanos desde siempre y cuando ambos hicieron una familia quisieron que sus hijos siguieran la misma línea.
Pero quizás esa no era una muy buena idea.
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Veintiuno
Jul ¿estás metida en algo raro?- le preguntó su hermano al teléfono.
- No¿Porqué preguntas eso?
- Cinco millones menos en tu cuenta.¿Eso te dice algo?- le dijo intentando parecer no estar preocupado.
- ¿Me estás vigilando hermanito?- le contestó medio apenada, ella debió decirle a él, su hermano nunca la había juzgado, por el contrario.
Ella sí había sacado aquel dinero, era un respaldo que quería tener por si alguna vez necesitaba desaparecer para siempre de el mundo que la rodeaba, hasta había pagado por una identificación falsa en la que ni siquiera era inglesa y había pagado también para hacerla lo más irrastreable posible.
Bajo aquel nombre que hasta el momento nadie sabía había depositado el monto del que hablaba su hermano, ya una vez se había sentido rechazada por todos y no quería volver a caer en lo mismo sin tener un sostén para poder escapar.
- Sabes que no te vigilo, si lo estuviera haciendo te habría preguntado que hiciste con el dinero, fue papá, tienes un investigador detrás y al parecer es un tipo poco confiable, está tergiversando todo lo que haces y el viejo no se da cuenta que lo hace para seguir cobrando.
- Comprendo, no es fácil para él, lo decepcioné demasiado como para confiar en mi, no soy merecedora de eso.
- Jul, tú sabes que las cosas no son así, en esta historia todos tenemos algo de culpa y dejamos que tú cargaras sola con todo.
- Déjalo hermanito, él está en su derecho de desconfiar, hasta tú, fue mucho lo que saqué y creo que te debo un dato importante sobre el dinero, esta no será la única extracción grande que haré, pero no te preocupes, ni es para nada malo ni voy a quedar en banca rota, cinco millones no son ni la mitad de lo que tengo y lo sabes bien.
- Está bien Jul, me fío de ti y en tu buen juicio, ahora dime, ya conseguiste trabajo.- intentó dejar el tema de lado y que ella sintiera la confianza que le tenía.
- Sí, en un bar, trabajo en el turno de las noches para seguir estudiando, a ver si termino de decidir que carrera voy a empezar.
- Cuando lo decidas por favor quiero ser el primero en enterarme si es algo que no va a seguir la línea familiar, quiero estar preparado para la próxima explosión Hudson, no deseo que la honda expansiva me deje traumado.
Las risas de los dos hermanos se escucharon de un lado y otro del teléfono, pero a pesar de llevarlo como una broma sabían que eso era una realidad latente pues Xavier soñaba con ver a sus dos hijos sentados en la presidencia de sus empresas.
............
Julianna como le dijo a su hermano había comenzado a trabajar en un bar, era uno de esos cerca de la universidad y que casi siempre empleaba a jóvenes que necesitaban un ingreso extra para sus estudios, allí todos los que trabajaban eran amistosos y agradables y la chica enseguida se sintió querida entre ellos.
- Andrés - le habló al barman del bar mientras estaban tranquilos pues tenían pocos clientes- Sabes de alguien de confianza que quiera ser mi inquilino. - unas semanas ya habían pasado desde que Julianna llegó al lugar y ellos se habían convertido en buenos amigos.
- Depende de cuanto cobres por la habitación me ofresco, en donde estoy me están sacando el zumo.
Andrés era un joven puertoriqueño que estudió medicina y ahora hacía una especialidad en cirugía para después regresar con los suyos, su familia en su país no estaba en mala posición y pagaba los estudios pero los otros gastos debían salir de él y por eso trabajaba en el bar.
- No pienso cobrar mucho, con lo que gano aquí me da para los gastos de la casa, lo otro sería para gastos de estudio cuando me decida por fin que será.- ella tenía el dinero suficiente para vivir incluso sin trabajar pero no quería eso, ella quería sentir la sensación de conocer gente y tener nuevos amigos sin preocuparse porque estuvieran con ella por su chequera.
- Pues puedes contar conmigo entonces. ¿Solamente tienes una habitación vacía?
- No, la casa tiene cuatro cada una con su baño, una es la mía, otra para convertirla en estudio y pienso alquilar dos.¿Por?
- Porque Thiago, el chico por el que entraste a trabajar está igual que yo, se alquila en mi mismo piso y está también hasta el cuello.
- ¿Se puede confiar en él?- ella conocía a todos allí desde hacía muy poco y hasta el momento ninguno de ellos le había dado una mala señal, pero al tal Thiago nunca lo había visto.
- Como si fuera yo, te lo aseguro.
- Entonces cuando quieran van y ven el departamento, si les conviene hacemos trato, no es lejos de aquí.
- En cuanto sea mi hora de descanso le aviso y seguro viene enseguida, hoy no trabaja, y así nos ponemos de acuerdo para ir juntos.
Thiago era un chico con dos nacionalidades, argentina e inglesa, sus padres y sus abuelos habían nacido en Londres y en un momento de dificultad emigraron a Argentina y ese simple hecho más el ser prácticamente un genio le hicieron merecedor de una beca en Oxford para estudiar medicina, ahora igual que Andrés hacía una especialidad, pero en ginecología, y al ser casi una eminencia médica había conseguido un trabajo en un hospital sin terminar aún la especialidad y había podido dejar el bar.
- Bueno ya está todo dicho, te dejo que ya tengo clientes, prepara tu magia que estos tienen pinta de ser de los que piden tragos raros porque leyeron en el Forbes que lo toma algún magnate de la tecnología.
Los dos rieron mientras ella caminaba rumbo a una mesa con cinco jóvenes que admiraban a la pelirroja que venía a atenderlos y que ya no era la niña alta y flacucha que había salido hacía unos meses de su casa.