Nit una chica muy linda de hermosos sentimientos y con una visión fantástica para ver la vida y captarla en su cámara.
Alessandro un chico apuesto y un excelente cocinero que se encuentra a esta Extraña mas veces de la que es normal.
Se conocen de mil maneras eso es hermoso, pero los une un pasado lleno de engaños, traiciones, mentiras, y nada es como suelen creer, ¿podran estar juntos? o ¿el pasado siempre los seguirá?
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Celoso del tal Roberts
Nit
Otro día más en el bar, para mi buena suerte no es tan lleno como ayer, cosa que agradezco ya que me duele la cabeza desde hace rato.
-Señorita, ¿le han dicho lo hermosa que se ve hoy? - una voz que ya puedo reconocer. Volteo y le regaló una sonrisa al hombre de traje, bueno a Roberts.
-¿Le han dicho que acosar es un delito?- me arrepentí de esa pregunta, no debí hacerla.
-Lo sé, pero ¿tu estas consciente de ello?, creo que tú eres la acosadora en este lugar- no pude evitar sonrojarme. Sabía que decirlo estaba mal, pero se me escapó, suelo ser muy tonta en algunas ocasiones.
-Creo que en este lugar hay más de un acosador- asegure – incluyendonos.
Pude cambiar de tema muy fácil, o creo que no me quiso seguir con ese tema incomodó.
Al finalizar mi día, Roberts me esperaba para acompañarme, aunque le dije en muchísimas veces que no es necesario, el insistió, tal vez no era mala idea, me iba ahorrar unos cuantos euros de taxi, ya que mi casa no queda tan cerca de aquí.
Al salir del bar, Roberts me espera junto a su carro, pero también esta Alessandro, un poco de nervios entra en mí, ni se, el porqué, pero tampoco sé porque está aquí ya que no me dijo que vendría, su cara tampoco es que demuestre que le guste ver a Roberts aquí, es más que obvio que Roberts está aquí por mí.
-Hola, no sabía que vendrías- dije un poco incomoda. Me acerqué a él y le di un beso en el cachete. Él me correspondió.
-Vine a llevarte a casa- dice tajante.
-Roberts se había ofrecido a llevarme- le dije un poco apenada con Roberts.
-Si, pase por aquí y me ofrecí, ¿espero que no haya problemas? – a pesar de que las palabras de Roberts suenen tajantes, lo dice con una sonrisa y un poco de sarcasmo en ello, palabras con ese tono puede caer mal y por la mirada de Alessandro veo que no le gusto.
-No, pero ella tiene que la busque, no hace falta que la lleves, para eso me tiene- me señalo. Una mirada de confusión en mi rostro se hizo presente, aunque no deje que ninguno la viera.
Roberts soltó una pequeña risa y me miró.
-Nit, un gusto verte hoy, que llegues bien- le agradecí – Nos vemos Alessandro- Alessandro no hace ningún gesto, solo ve como Roberts sube a su auto y lo pone en marcha.
- ¿Estas molesto por algo? – me puse frente a él, para que me mirara.
-No contigo- alce mis cejas- con él – señala hasta donde se había ido Roberts.
-¿Por qué?, él es un amigo, lo conocí en el bar un día antes de verte por cierto- subí mis hombros.
Por respuesta obtengo un beso robado, pero este beso es distinto al resto, este beso está lleno de rabia, aunque no es brusco, es fuerte y con bastante autoridad.
Me separo después de unos segundos intensos de besos y lo miro a los ojos, sus ojos son de un color oscuro intenso y más en esta madrugada tan fría.
- ¿Son celos? - pregunte. Deseo que lo sea, una parte de mi desea que él sienta celos y que se note que lo que siente por mí.
-Quizás un poco, pero no me gusta que te vayas con otro hombre en la madrugada, para eso me tienes a mí, vendré a buscarte las veces que tú me lo permitas- se acercó a mí y me dio otro beso, pero esta vez uno tierno.
Entre besos asentí a lo que me pidió, y como no aceptarlo y cada vez era más evidente que no me podía resistir a este hombre.
Al estar en el carro me debatía si decirle o no donde realmente vivo, pero aún no estoy segura de él.
Mirarlo mientras maneja, lo que realmente lo hace lucir sexi y creo que él lo sabe.
-¿Qué harás mañana?- su pregunta me saca de mis pensamientos.
-Iré a un partido de Béisbol con Claudio- él me lanza un mirada fugaz- Mi cuñado, el que conociste el día de la fiesta- le recordé.
-Eso lo recuerdo, es que me parecía casualidad…
Mi teléfono empezó a sonar y le pedí que me esperara un momento. A esta hora una llamada de mi hermana debe ser una emergencia.
-Val, ¿todo bien?
-Si, si, es para pedirte que compres para hacer desayuno, ya no queda nada y no quiero salir, pero como tú, pasas por la tienda que está abierta las 24 horas puedes comprar- Pude deducir que su cara de súplica a pesar de que no la estoy viendo.
-Está bien, pero ¿Qué haces despierta a esta hora? - la verdad eso es lo que me preocupaba.
-Sigo trabajando en el caso, los abogados de esa niña son fuertes- no pude evitar reír.
Mi hermana es buena en su trabajo y uno que otros casos le han hecho quedarse hasta tarde, hasta desvelarse, quién diría que este caso que puede verse sencillo es más complicado de lo que piensan, pero mi hermana podrá con eso estoy segura.
Después de despedir a mi hermana le pedí a Alessandro que me dejara en la tienda, que yo me iría después, pero no me dejo y hasta me acompañó hacer algunas compras que por cierto pago él, aunque me moleste un poco él me ignoro y solo rio en respuesta, luego me dejo en mi supuesto edificio y hasta que por fin llegue a mi verdadera casa, donde mi amada hermana está sentada con cientos de papeles y su laptop bastante concentrada, no la quise molestar así que me despedí de ella y me fue a dormir, mañana iría con Claudio al partido de béisbol y no puedo estar desastrosa.
ese Ricky sí sabe ser un gran y mejor amigo y un Hombre maravilloso....