El Amante

Monólogo de Eliana

Unos días habían pasado luego del desastre que ocasioné a causa de mi desastre emocional, afortunadamente todo habia sido resuelto de la mejor manera, mi hijo comenzaba con sus clases y yo seguía saliendo cada dia a atender algunas entrevistas de trabajo.

Como era de esperarse David no se apareció más por la casa y eso a pesar de ser triste para mi hijo, a mi me mantenía muchísimo más tranquila, a pesar de que no dejaba de pensar en lo que podría estar sintiendo Eliot con todo esto, ya que el no es un niño tan expresivo.

Mientras tanto a mi se me hacía muy difícil no decirle la verdad a mi hijo respecto al mal padre que tenía, pero me contuve tanto tiempo porque sé que envenenarle la mente a mi niño diciéndole cosas feas de su padre no es la mejor manera de salir del problema, al contrario, solo le estaría haciendo más daño a mi pequeño Eliot.

Más adelante el podrá darse cuenta por sus propios medios que tipo de persona ha sido su padre en todo este tiempo.

Fabio

Este día en medio de mis reuniones, recibo una llamada de Javier, la cual tuve que atender de inmediato, ya que deseaba saber de mi reina, mas que un deseo es una necesidad porque muy a pesar de que esté dolido por saber que volvió con su ex, debo asumir que no he podido dejar de pensar ni siquiera un segundo en ella.

Esa mujer se metió tan dentro de mi piel que a pesar de que duré un par de meses fuera del país y sin saber de ella, su recuerdo sigue dañando mi mente.

La miro en todas partes, la sueño despierto. Definitivamente si no la tengo a mi lado creo que voy a enloquecer. La deseo tanto que cuando vuelva a verla voy a hacerla mía. Ella tiene que ser mía, para siempre.

📲—Buen día, aunque en realidad allá es más de media noche, lo siento señor Ferrara.

—Buenos días, Javier, no importa. Cuénteme que sucede. No te preocupes, aun estoy en una junta.

—Señor Ferrara, le tengo noticias al fin, parece ser que la señora Brown se ha separado de su esposo tan pronto como que había decidido seguí con él. Actualmente no viven juntos desde hace más de un mes —me dice este hombre y yo no pude evitar sonreír como un adolescente hablando de su primer amor—. Ella aún no ha firmado el divorcio, sus motivos lo desconozco, pero su abogado asegura que lo que está haciendo con todo esto es como para castigar a ese hombre.

—Sean las razones que sean, eso va a cambiar apenas yo regrese, te lo aseguro. Me acabas de alegrar el día, hombre. Te mereces unas vacaciones, tómalas cuando quieras.

No puedo evitar demostrar la alegría que siento dentro de mí, mis socios me miran sonrientes y creo que piensan que esto se debe a un nuevo negocio. De ser así, sería el negocio más importante de mi vida.

—Gracias jefe, otra cosa; el hijo de la señora Brown enfermó hace unos días, me informó el abogado, pero no he podido averiguar nada porque no lo llevaron a ninguna clínica y mantuvieron ese asunto bajo estricta confidencialidad.Parece ser que lo atendió un amigo de la señora Eliana en casa.

—¿Un amigo? —se me desaparece la sonrisa de inmediato—. Averigua lo que puedas sobre ese niño, si fue grave o si solo fue algo pasajero, de ser grave has lo posible para que lo atiendan en una de las clínicas Ferrara. E investiga acerca de ese amigo, quiero saber todo de él, desde su pasado hasta su pasatiempo favorito y lo quiero cuanto antes —le hablo en voz baja—.

No entiendo porque cuando siento que tengo una pequeña esperanza con ella alguien tiene que interponerse en mi camino. No puedo evitar sentir celos porque a mi no me ha permitido acercarme a ella, pero si tiene amigos y esto me desconcierta.

—De acuerdo jefe —resopló—.

—Mantén vigilancia en esa mujer y su hijo. Día y noche y sé discreto. Que no se vaya a enterar y me arme un escándalo luego. No quiero que ese hombre ni su amante de turno se atrevan a hacerles daño.

—Como usted ordene ¿Y entonces, mis vacaciones?

—Las tomas cuando yo regrese. Encárgate de hacerme un informe detallado de lo que te pedí, por favor. Hablamos más tarde.

Termino esa llamada y me quedo pensando y preocupado por Eliot, cuanto debe estar sufriendo por las estupideces de su padre. Sé lo difícil que es crecer sin sus padres juntos.

Es por ello que trato de dar lo mejor de mí cada día para que mi princesa Amber no se sienta mal por la situación y estoy seguro que puedo hacer lo que sea necesario para ganarme el afecto de Eliot, sé que puedo lograr que ese niño ya no extrañe tanto a la escoria que tiene como padre y que me quiera, que me acepte como una figura paterna.

Vuelvo a mi reunión, pasado unos diez minutos, continuamos hablando acerca de la idea que tengo de abrir una sucursal de la empresa de mi padre en este país y parece que la idea le ha fascinado a estos inversionistas. Rápidamente la cooperación se vuelve un hecho y cerramos el trato.

Esperando volver en dos meses cuando las instalaciones de la distribuidora de alimentos procesados esté por comenzar. Aún así debo seguir viajando para comenzar con los preparativos de esta nueva sucursal, desde la compra de los lotes para la construcción, hasta los inicios de la obra.

Vuelvo a mi suite y me quedé mirando el celular, embobado viendo unas fotos que descargué de las redes sociales de esa mujer. La dueña de mis desvelos, y no dudo un segundo en llamarla

Eliana

Esta noche estaba recostada en la habitación de Eliot viendo unos dibujos tan bonitos que estaba pintando en un enorme lienzo, era la pintura más hermosa que había visto en mi vida y me sentí tan orgullosa de lo talentoso que es mi pequeño retoño, sus dibujos a su corta edad son impresionantes, dignos de vender en una galería artes.

De pronto escucho mi celular sonar y atiendo sin percatarme de que la llamada era de ese hombre y su voz en seguida me puso a temblar.

📱—Eliana, mi reina, ¿cómo estás? —su respiración al otro lado del teléfono se oye agitada y cierro mis ojos imaginando que está tan cerca.

Hasta que me obligo a entrar en razón y responder para que no se de cuenta que su simple presencia me mueve hasta la última fibra de mi cuerpo.

📲—Muy bien, Fabio. ¿Y tu? —respondo totalmente seca, aunque muero por decirle que vuelva—.

📱—Bien ahora que escucho tu voz —su voz ronca me hace temblar—. Me enteré de que tu hijo estaba un poco enfermo ¿Se encuentra bien?

📲—Si, gracias a Dios ya esta bien, fue algo momentáneo. Un virus, pero lo atendimos en casa.

Ambos guardamos silencio por un rato, a pesar de que yo moría de ganas de que hablara, que me dijera que está frente a mi puerta, como la última vez.

📱—Me alegra mucho que esté mejor. Pensé invitarlos a comer, no sé si estarías de acuerdo, pero... Creo que debemos hablar. La última vez quedó un tema pendiente entre nosotros.

Me dice y sonrío en silencio, mientras me alejo de la habitación de Eliot para que no escuche mi conversación, ya que al notar que era Fabio quien me hablaba volteó a mirarme con emoción.

📲—¿Con "la última vez" te refieres al día que desapareciste sin avisar? —reclamo sabiendo que no tengo ningún derecho, pero me dolió que me haya dejado justo cuando consideraba que debía apoyarme en él—.

📱— Mi reina, no es lo que estás pensando, yo debía viajar y luego... Me enteré de cosas que quisiera no recordar —me dice ese hombre y sentí vergüenza al saber que se refería a que volví con Juan David, cosa que fue un rotundo error—. Solo quiero que hablemos, vamos, salgamos a cenar. Hace mucho que le debo una salida a mi amigo Eliot.

Trata de manipularme con mi hijo y sonrío como idiota al saber que mi pequeño Eliot también desea que salgamos con Fabio.

📲—Fabio yo... Te llamaré si lo decido, debo preguntarle a Eliot si quiere salir, estos días sin su padre en casa fueron un poco difíciles para él y no quisiera presionarlo —miento, sé que ambos deseamos salir con ese idiota que ahora está tratando de seducirme con sus palabras—.

📱—Entiendo perfectamente, mi reina. Claro, no te estoy presionando, resulta que estoy por llegar al país y pensé que sería bueno encontrarnos y hablar.

📲—Vale, te estaré avisando, gracias.

Al soltar ese celular me doy cuenta de que mi corazón no deja de latir fuerte, ese hombre tiene mucho efecto en mí y eso me aterra. Es por eso que me niego a verlo, de solo oír su voz me desestabiliza por completo, no quiero imaginarme como será cuando lo tenga en frente.

Vuelvo a mi habitación y trato de dormir, pero el recuerdo de Fabio me roba el sueño, lo que hace que me desvele una vez más, ansiosa por volver a escuchar su voz.

«Dijo que está por regresar, luego de más de dos meses sin vernos, por fin estará aquí y muero de ganas de verlo»

Al día siguiente me levanto con un sueño atrasado terrible, así que decido quedarme en casa. Hoy no salí a buscar empleo, debido a que los días anteriores me han desmotivado tanto que siento que merezco un descanso.

Por la tarde, estoy viendo una película junto a mi hijo y el me saca esas entradas al circo que hace un tiempo había traído Juan David como excusa por llegar tarde a una de nuestras salidas, y me pide que lo lleve este día, ya que él circo está por cambiar de ciudad.

Llamo a Elsa para invitarla y me dice que no tiene tiempo, luego llamo a Maya; mi amiga y también está trabajando en turno de noche, así que no hay manera, tuvimos que ir solo los dos a ese circo, aunque a decir verdad ese era un mejor plan.

Al estar ahí a punto de entrar a esa gran carpa de nuevo siento que alguien toma mi mano y me dirige casi a rastras hacia la taquilla.

—¿Y tu que haces aquí? —pregunto sorprendida—.

—Me parece que necesito una entrada para acompañarlos al circo —responde Fabio y yo tan solo lo miro a los ojos y en silencio, mientras que una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro al ver esa mirada tan intensa que me regala este hombre— ¿Me acompañan a ir por una?

Él al verme también sonríe y me lanza un guiño, cosa que hace que me ponga mucho más nerviosa y sonríe al darse cuenta de que con solo una mirada suya pone mi cuerpo entero a temblar.

Eliot toma el tiquete que en un momento había sido de su padre y lo coloca en la mano de Fabio y ambos sonríen.

Fabio agarra a Eliot y lo levanta en sus brazos, lo saluda y agradece por la entrada que le dio el niño y luego vamos a por unas golosinas.

Ese hombre me llevaba tomada de la mano y yo sostenía la mano de mi hijo. Parecíamos una verdadera familia feliz y por primera vez en mucho tiempo me sentí completa. Creo que necesitaba esto desde hace mucho tiempo, esta sensación que tengo ahora mismo es indescriptible.

Este día disfrutamos plenamente de las funciones del circo y después Fabio nos llevó a casa. Al despedirse de mi no pudo evitar rozar un poquito mis labios con los suyos y yo me quedé estática, no supe que hacer ni como reaccionar, el tan solo sonrió y se marchó feliz dejándome a mi tan confundida y a su vez con ganas de besarlo aun mas.