Venciendo El Pasado

Ese día todos compartieron con Maried y su familia. María, Pili y Wendy aprovecharon de salir y compraron, panes, jamón, queso, mayonesa, salsa de tomate, lechuga, tomates, refrescos; en fin, querían merendar con toda la familia de su hermana lesionada.

Ángel y Julieta salieron por su parte y compraron una torta de chocolate, rellena de chocolate y con cubierta de chocolate, servilletas y golosinas.

Al regresar todos, las mujeres entraron a la cocina y prepararon unos deliciosos sandwiches, mientras que los hombres hacían su parte, preparando los vasos con hielo para los refrescos.

Fue un día bastante tranquilo y emotivo. Zaydana, la mamá de Maried, veía el hermoso ambiente de fraternidad que estaban viviendo en su casa.

Después que compartieron los sandwiches, los refrescos y la torta y ante la mirada de todos, Rafael dijo: "yo quiero decir algo, aquí, delante de todos". Maried se asustó, su corazón se aceleró y de nuevo, la mariposa revoloteó. En tanto, María, Pili, Wendy, Ángel y Julieta tenían la sospecha.

Rafael se levantó y se puso en medio de todos, en ese momento se dirigió a Zaydana, la mamá de su princesa y a Eudin, su papá y futuro suegro y les dijo: "señores míos, yo realmente aparecí hace poco, apenas tengo unos meses que conocí a su hija, pero apenas la conocí me fui enamorando de ella. Realmente, amar a Maried no es nada difícil porque ella es una mujer hermosa, noble, leal, servicial, buena amiga, y sobre todo, muy inteligente. La ternura que encuentro en su mirada, me hace amarla más. Antes del accidente le pedí que fuera mi novia, y me dijo que lo pensaría y luego salió corriendo sin mirar para los lados, por esa razón fue que el carro la atropelló, sin querer. Yo entiendo que la reacción fue porque nunca le había pasado algo así, pero necesito saber, aquí, en frente de todos, si ya lo pensaste mi hermosa Maried". Ella miró a todos alrededor, sobre todo a sus cinco (5) hermanos, y todos asintieron con sus cabezas. Vicente le dijo: "hermana ya es tiempo que te dediques tiempo a ti, a ser feliz". Su mamá estaba muy emocionada, porque podía ver el amor, los detalles y la dedicación de Rafael para con su hija.

Imagínate toda la emoción que en ese momento, estaba sintiendo Maried en su corazón. ¿Qué respuesta le darías tú? Yo creo, que si fuera mi caso, en ese mismo momento le gritaría que siiiiiiiii.

Ella se imaginó como profesional, pero nunca como novia. Se imaginó exitosa y ayudando a muchas personas, pero nunca como madre.

Ahora estaba allí, en frente del joven que dice amarla, y además, en presencia de todos sus seres queridos.

Ella lo miró fijamente a sus ojos y le dijo: "está bien, en este momento te responderé. Tengo mucha vergüenza, pero hay una realidad y es que yo me siento muy bien contigo, siento amor por ti y además, estoy agradecida por todo lo que has hecho por mí en este día. Mi respuesta es un sí total y rotundo".

En ese instante todo se convirtió en alegría y celebración, ellos gritaban y aplaudían.

Mientras tanto Rafael se acercó a Maried, la tomó de su mano y la besó en los dedos de su mano. Le dijo: "gracias por aceptarme y gracias por tus hermosas palabras hacia mí. Gracias por transformar mi mundo y gracias por enseñarme que lo más bonito de la vida es servir a todas las personas, especialmente a los enfermos, quienes sufren tanto. Aquí, en tu casa, y en frente de las personas más amadas por ti, te prometo que te trataré con todo el amor y el respeto que te mereces, y aún cuando te quiten el yeso, seguiré siendo tu cuidador y ayudador. Siempre estaré para ti porque te amo".

Ella estaba muy dichosa y no podía creer que ese día que había pasado tanto dolor y angustia, se pudo convertir en el día de la plenitud de su felicidad.

Él, se sentó al lado de su amada y allí hablaban, se reían y compartían con todos los presentes.

Al cabo de una hora Ángel y Julieta se despidieron, ya debían irse. Luego, María, Pili y Wendy hicieron lo mismo, por lo cual Rafael le dijo a su amada novia: "te llevo a tu habitación, porque yo también debo irme. Tengo una noticia que darles. Deben saber que su hijo, ya tiene novia". Maried le dijo, si mi amor por favor, mis hermanos irán delante para guiarte a la habitación que comparto con mis hermanas Camila y Bárbara".

Efectivamente, todos le iban indicando el camino. Rafael, la tomó en sus brazos y le llevó a su cuarto, la acostó en su cama y se despidió. La besó en la frente y se despidió hasta el día siguiente.

Ya únicamente estaban en la casa, o mejor dicho en la habitación sus padres y hermanos.

Mientras Maried se estaba acomodando, para no lastimar su pierna, fueron entrando uno a uno Ernesto, Vicente y Santiago, quienes habían salido para acompañar hasta el carro a Rafael. Cada uno entró con su almohada y cobija respectiva. Zaydana, su mamá, les preguntó: "y qué significan esas almohadas y cobijas?". Ellos respondieron: "Maried siempre nos ha querido y nos ha cuidado como si fuéramos sus hijos, y ahora que ella nos necesita, no la dejaremos sola. Decidimos que estas ocho (8) semanas que está en reposo, y mientras tenga ese yeso puesto, dormiremos aquí con ella".

De los ojos de Maried brotaron lágrimas de agradecimiento y amor hacia sus hermanos. Y allí, en ese pequeño cuarto, la princesa enyesada durmió feliz al lado de sus amados hermanos Ernesto, Vicente, Santiago, Camila y Bárbara. Todos estaban a su alrededor y apenas Maried se movía, inmediatamente ellos le preguntaban qué necesitaba, para ayudarla.

Qué hermoso es cuando cosechamos de lo que sembramos. Maried sembró en sus hermanos amor, dedicación, entrega, ternura y ahora, eso estaba recibiendo.

Allí en ese cuarto se estaba viviendo una gran muestra de amor incondicional.